Capítulo 12

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«Azura»

—Anoche tuve un sueño... Yo estaba con Mark cuando de pronto veía al príncipe y me extendía la mano. Me decía que fuera con él pero... Yo miraba a Mark y luego a él. Entendí con quien debía estar y a quien dejar ir. El príncipe asentía con una sonrisa mientras yo entrelazaba mi mano con la de Mark y nos despedíamos de Ale.

—¿Y eso cómo te hizo sentir?

—Inesperadamente feliz... Lo acepto. Yo siempre ame a Mark, jamas deje de hacerlo. Incluso cuando también quería a Ale. Pero el amor que tenía por Ale era un tanto más... Fraternal. Y él lo sabía. Y sé que aún amo a Mark porque sigo poniéndome nerviosa cuando estoy con él –reí nerviosa –. Ya no me siento culpable... Ale quiso morir para que volviéramos a estar juntos.

—Eso es muy bueno, princesa Azura –alguien tocó la puerta y luego entró.

—Doctora Celina, cree que pueda adelan... Zuri, oh Dios. Lo siento... –y salió cerrando de tras de si.

—Él no sabía que también estás viniendo tú conmigo, espera –asentí mientras ella salía a buscará a Mark –. Dame 10 minutos.

—Si, claro. Lo siento.

—Descuida, Mark –cerró la puerta del cubículo y volvió a sentarse frente a mi –Entonces... ¿Ya sabes que le harás para su cumpleaños?

—Así es, lo he planeado desde el mes pasado, mañana será el mejor cumpleaños de su vida.

—Perfecto, entonces princesa. Algo más que quiera decirme.

—Por el momento no, doctora, solamente tenía la inquietud de ese sueño –sonreí aliviada. Y salí, al verme Mark se levantó de la silla donde estaba sentado y me sonrió nervioso.

—Lo lamento, yo no quería interrumpir nada.

—No te preocupes, Mark. Ya casi terminaba –él asintió.

—Pasa, Mark –me dio un beso en la mejilla y entró junto con la doctora Felina.

Al día siguiente me levante más temprano se lo habitual. Me coloque ropa cómoda y salí hacia la cocina para encontrarme con los chef que ayudaron a Mark el día que me pidió ser su novia otra vez. Ambos eran los mas jóvenes de la cocina, ambos hacían una especie de servicio social en el castillo por parte de sus escuelas de cocina. Marcelo ya había pasado por eso enseñaba y supervisaba a Iván.

—Ivan, Marcelo ¿cómo van?

—Excelente, princesa. El desayuno está casi listo. El área de repostería está por allá atrás –señaló Iván.

—Ya lo sé, Iván, gracias –en cuanto su superior se dio la vuelta Iván me mostró su lengua y yo hice lo mismo riendo.

Me puse manos a la obra. Yo sería la encargada de hacer el postre para el desayuno y el pastel de cumpleaños de Mark. Luego de media hora, Iván se acercó y robó una Zuri-galleta.

—¡Iván! –lo regañé, pero salió corriendo mientras reía. Está vez no tuvo tanta suerte pues su superior, Marcelo vio todo, lo miró con severidad y apunto de golpearlo intervine –No lo castigues, Marcelo.

—Pero princesa. Está siendo irrespetuoso con usted y también lo fue con el príncipe Mark.

—En realidad no lo soy... –miré a Iván por encima del hombro de Marcelo –¿Qué?

—¿No se lo dijiste?

—¿Decirme qué, alteza?

—Quizá haya olvidado mencionar ese pequeño detalle –Marcelo lo tomó de la camisa.

¿Rey? |#2| © TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora