Querido Izuku

iii

Había comenzado a llover desde hacia unas horas, aunque al principio fue una pequeña llovizna e Izuku no le había dado tanta importancia, ahora incluso caía granizo y podía ver como otros lugares eran impactados por rayos, toda su ropa estaba empapada y de su quijada resbalaban gotas de agua, estaba esperando afuera de un bar a que lloviera con menos fuerza pero ya llevaba ahí más de diez minutos y no pasaba lo que quería.

Antes de que su celular se apagara, había intentado llamar a Kai, pero no le respondió y tuvo que conformarse con dejarle un mensaje de voz, porque ni siquiera le respondió los mensajes de texto que le envió.

Su cuerpo tiritaba de frío y se vio tentado a entrar al bar, pero por más que quisiera se había detenido porque él no tomaba y allí lo único que haría sería exactamente eso, además de que dentro del bar estaba la silueta de una persona conocida y, deseaba por sus adentros que solo se hubiese confundido y no fuera quien creía. Después de estar todo mojado y con el celular apagado, sinceramente no deseaba ver a su novio Kai emborracharse.

Además, de que una gran parte de su ser no quería ver a todas las chicas que rodeaban a su novio, pues seguramente todas eran tan bellas como para ser modelos —incluso podrían serlo—, pero estaban allí coqueteando con Kai.

Cansado de esperar, Izuku se dirigió a su casa, tan lento como pudo ya que nadie le esperaba en casa y allí no tenía algo que hacer o con qué entretenerse. Camino a casa, el pecoso tanteó el bolsillo derecho de su chaqueta y sacó el papel rosado que horas antes le había sido entregado.

Sus ojos se tornaron rojos de nuevo y quiso echarse a llorar a la mitad del sendero, observaba con detenimiento la dirección que estaba anotada y, no pudo aguantar su gesto de sorpresa al darse cuenta de que estaba cerca, demasiado cerca de aquel lugar.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Izuku con tan solo pensar en ir a ese lugar, ahí estarían sus ¿ex amigos? Aún no sabía cómo decirles, pues en su interior los seguía considerando sus amigos y esperaba de corazón que ellos hicieran lo mismo. Incluso por un momento quiso e intentó dirigirse a ese lugar, pero a mitad de camino no pudo más y tuvo que devolverse a su casa, tenía miedo de lo que fuera que le pudiesen decir las personas del lugar, estaba cansado de que acusaran a su novio de quién sabe cuántas cosas que no eran verdad.

Justo cuando ya pisaba los escalones que daban al umbral de la puerta, su cuerpo fue empujado fuertemente y en un parpadeo estaba siendo acorralado por su mismísimo novio. La respiración de Izuku era errática pues el susto que se había llevado no había sido pequeño, y casi le da un golpe a la otra persona pero al menos ni lo intentó.

—¿Sabes qué hora es, Izuku? —preguntó Kai, su respiración tampoco era calmada y daba a entender que había estado corriendo antes de llegar ahí, exhalaba justo en el rostro del pecoso, quien no podía evitar arrugar su nariz cada que percibía el olor a alcohol.

—No lo sé, el celular se me ha apagado en el camino —dijo mientras sentía como el sudor frío resbalaba por su frente.

—Oh, ¿En serio? —el pecoso asintió. —Qué lástima, pero igualmente debías intuir la hora por lo oscuro que estaba, ¿no?

Izuku asintió nuevamente, se sentía incapaz de responder por alguna extraña razón.

—¿¡Entonces por qué llegaste tan tarde, eh!? —exclamó enojado e hizo más fuerte el agarre que tenía en el hombro y cintura del pecoso.

—Y-yo lo la-lamento, Kai —Izuku sentía que ahora sí se echaría a llorar definitivamente. —Te j-juro que no va a volver a pasar.

—Espero que así sea.

Después, Kai soltó al pecoso y entró a la casa de un portazo.

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olah, se me va a apagar el celular así que no tengo casi tiempo jujuju

solo me queda decir que Ito Junji hace mangas realmente maravillosos, podrían ir a darles un vistazo, bai

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