—Como que las cosas se fueran abajo? A qué te refieres?— Pregunto el chico alzando su ceja, intentaba verte a los ojos pero simplemente no podías despegar tu mirada de el piso, sentías su mirada intentar atravesar tu alma, cosa que te ponía inclusive más nerviosa de lo que de por si ya estabas.
—Bueno... E-Era la tarde, e-e-estaba saliendo de la escuela, y este tipo gigante se me acerca y me dice que mi padre... Tuvo un accidente, que no estaba disponible y el tenía que recogerme, y en mi poco conocimiento de las intenciones ocultas de los adultos... Le creí... M-M-Me llevó lejos de mi hogar, y me lanzo a este cuarto mohoso.... y...— Comenzaste a decir, pero no tardó mucho para que las imágenes de los sucesos los cuales estabas contando se implantaran en tu mente, y volvieses a vivir todo por una segunda vez.
Flash Back
—Quédate ahí! Si te mueves te ira peor!— Dijo el hombre mientras te lanzaba a un colchón sucio y desgastado.
—P-P-Pero que hice? Mama y papa nunca me harian algo asi... Cierto? Donde esta mi papa?— Preguntaste confundida al mismo tiempo que asustada, tomaste a el hombre de la pierna mientras tus ojos se cristalizaban y comenzaban a picar, el hombre te vio mal para soltarte un golpe el cual te volvió a empujar a la cama.
Te quedaste callada y pusiste una mano de manera inconsciente en tu mejilla, preguntandote miles de veces el porque tus padres te hicieron eso, pero a las dos horas finalmente tu cerebro logro asimilar el que ellos realmente no conocían a tus padres, y lo único que te deparaba de ahora en adelante era una vida incierta llena de dolor, sufrimiento y más cosas desagradables.
Porque te habías tardado tanto en comprenderlo, si, eras una niña de seis, pero eso no es excusa para ser alguien ingenuo, eso fue lo que pensaste en ese momento, y te decidiste a dejar tus cosas de niña de lado, no podías permitirte el que ellos hiciesen lo que querían contigo.
En esas dos horas no te quedo mas por hacer más que simplemente ver a tu alrededor, y al notar que nadie vendría por ti comenzaste a analizar cada parte de la habitación, solo querías salir de esa habitación sin ninguna ventana, al notar eso te quedo pensar, ventanas, no había ninguna, pero estabas segura de que gente se quedaba ahí, recordabas que tu madre siempre decía "Necesito algo de aire, me sofocare si no abren una ventana". Sofocante, eso era algo que no describia la habitación, como evitaban ese sentimiento, tenía que haber algo, una ventila, una ventana pequeña abierta, algo en lo que el aire fluya...
Te levantaste, el sonido de tu pasos hacia un eco desesperante el habitación. Sonido, si había una ventila tendría que haber un sonido, un sonido de aire... Procediste a quitarte los zapatos, las cosas eran más silenciosas, pero no del todo, el olor, mohoso, pero en algún lugar de la habitacion tenia que ser mas leve, no importaba si estaba en el techo, o en el piso, tenia que tener algún rastro.
Y así comenzaste a hacer tu investigación completa, no tenías que hacer nada de ruido, lo cual te estaba resultando bastante bien.
Desgraciadamente todo este pensar tenia un costo, ahora las cosas no podías verlas de la misma manera, dejaste de ser esa niña inocente en un intento de supervivencia el cual por ahora iba bien, las cosas procedían de una manera rápida, y aunque lo haya narrado como horas, simplemente llevabas cinco minutos pensando.
Siguiendo con tu punto de vista...
No habían muchos muebles en la habitacion, por no decir ninguno, pero algo tenia que ocultar eso para que ninguno de los habitantes de la habitación se fuera, además seguramente tendrás problemas para abrir la rendija la cual no tenías ninguna duda de que existía, primero, porque un hoyo en la pared sería muy obvio, segundo para evitar el escape de cualquiera que se encuentre en tu posición, y tercero, porque la habitación era de madera y algo resplandecía en la esquina de la habitación.
Bingo...
Cuando comenzaste a acercarte a tal rendija escuchaste los pasos de alguien el cual comenzaba a avanzar desde el pasillo.
No tenías tiempo de tener temor, no podías acobardarte ahora ya que estabas tan cerca de salir.
Impresionantemente, tu mente se había desarrollado tan rápido para ya tener una ruta de escape. Bien dicen que en momentos desesperados las medidas aplicadas son desesperadas, bueno, aquí lo que pasó fue que en momentos desesperados pasaron cosas inesperadas.
Una linda niña de seis años se volvió una adulta en tan solo unas horas.
Tus ojos esmeralda se concentraron en los tornillos, no faltó mucho para que el broche que tenias en el cabello estuviese de una manera horizontal quitando dos de los tornillos de las rejillas.
Los pasos comenzaban a acercarse más, pero gracias al cielo el hombre estaba haciendo pequeñas paradas en aparentes cuartos a los lados de el tuyo.
Finalmente se desprendieron, las cosas comenzaron a brillar para ti, sonreiste con felicidad, ibas a salir el mismo dia en el que entraste!
Si no hubiese sido por un fuerte y robusto hombre el cual en tu escape te tomo de los pies sacando de la ventila en la que apenas estaban entrando.
—A DÓNDE TE CREES QUE VAS?— Preguntó tomándote de las manos dejandote encima de el piso, tus pies literalmente estaban a un metro de el piso, y tus brazos empezaron a doler por el rudo trato que les estaban dando.
Finalmente el hombre te miro enojado.
—Judi!— Gritó dirigiéndose a alguien más, tus ojos intentaron ver la cara de la mujer la cual no habías visto aún.
—El siguiente cliente cuando llega?—Pregunto nuevamente sin despegar la vista de ti, comenzó a analizarte de pies a cabeza cosa que te dio repulsión.
—Ya hay dos en la fila— Dijo la mujer desde otra habitación.
—Dale las pastillas a esta y se la das a los dos, diles que esta es bastante nueva en todos los sentidos por lo que pueden mantenerla más tiempo con ellos como compensación por tener que compartirla...— Dijo el hombre lamiendo sus labios.
—No voy a tomar nada de lo que me den... Prefiero morir de hambre...— Dijiste, el hombre alzó una ceja, esas palabras eran muy duras para una niña como tu, y de hecho, eras la primera que reaccionaba de una manera tan valiente como esa, el hombre sonrió con deseo.
—Bien, diles que tendrán tiempo triple ya que serán tres personas la que la usen, además... No le daremos las pastillas aun, quiero que recuerde la primera vez que pasara esto...— Dijo el hombre de manera enferma.
Tú apretaste tu quijada, te daba asco el solo pensar en lo que estaba pasando, pero no lograrias que te rompiesen aun, planeabas mantener ese valor todo lo que sea necesario.
—Además... cierra la rendija de este cuarto y mete a alguien más, a esta la pondremos en otro lugar de donde no podrá escapar...— Dijo el.
GRACIAS POR LEER!!
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¿Qué? -- Dabi × tu
FanfictionPorque las villanas no les puede gustar su trabajo? Porque no podemos nosotras tambien corromper al mundo? Porque siempre somos las niñas buenas? Bueno... Hoy cambia todo eso.