Capítulo 13

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Llego a la casa y los padres de Lily aún no llegan. No pudieron asistir a la entrega de méritos por trabajo. Después irían a cenar juntos. Subo las escaleras y me lanzo en la cama mirando el techo.

Veo a la rata peluda mirar por la ventana.

—¿Y Lily?—dice.

—La he dejado en la escuela.

—La has besado, ¿cierto?

Miro a la anciana en el cuerpo de la rata—¿Cómo lo sabes?

—Soy una anciana que sabe muchas cosas, Brad.

—No. Eres una rata que habla.

—Más respeto. Puedo hacer que te quedes en ese cuerpo para siempre.

—Haz lo que quieras. Ya no me importa.

—¿Qué te pasa?—dice al subir a la cama a mi lado—No eres así.

—No me conoces. No sabes como soy.

—Sí, sí sé. Los he observado por mucho tiempo, a ti y a Lily. Sé lo que han hecho y lo que no. Con quien has estado y con quien no.

¿A qué se refiere con que: con quien he estado?

La miro un instante y me llegan muchas cosas a la cabeza—Rata acosadora.

—Hey, quieto amigo. No es para tanto heh. No es que he estado observando con quien te has acostado.

—Qué bien—dije con sarcasmo.

—Ahora dime, ¿qué te pasa?

Me siento en la cama y suspiro—No lo sé. Quizás esto ha sido lo mejor que me ha pasado. Desde que quedé atrapado en este cuerpo todo ha mejorado. Mis calificaciones en especial.

—Eso porque Lily te ha ayudado.

—Solo digo que he analizado bastante. Gracias a todo esto me he dado cuenta en quien soy en realidad. No soy un torpe como creía. He dicho cosas que nunca pensé que diría. Cosas que salieron de mí sin siquiera pensarlas.

—Eso es gracias al tiempo que te has dado. Gracias al cuerpo de Lily te diste tiempo en estudiar para ayudarla a ella mientras ella te ayudaba a ti sin que te dieras cuenta, y tú te ayudabas a ti mismo. Gracias a todo esto, gracias a su cuerpo dejaste de andar en fiestas y hacer esas cosas que haces o hacías. Te diste tiempo y con el, tuviste tiempo de encontrarte a ti mismo.

—No entiendo lo que dices.

—Si lo haces. ¿Sabes una cosa?

—¿Qué?

—Lily te quiere.

Miro a la rata por un momento—Pero no puedo estar con ella.

—¿Por qué no?

—No soy para ella. No merece a alguien como yo. Yo... No la quiero.

—Eso dice tu cabeza. Pero no tu corazón.

—Mi corazón no sabe lo que dice. Mi cerebro es quien decide, no el.

—Piensas así. Pero sabes que estás equivocado.

—Al diablo si estoy equivocado o no—me pongo de pie—. Solo quiero alejarme de ella. No soporto estar cerca de ella.

—Estás enamorado.

La miro un instante sin decir nada. Siento mis ojos llorosos y la rata no vuelve a decir nada.

—Yo...Yo—tartamudeo—... Yo no estoy... enamorado.

—Tu mirada y tus sentimientos dicen lo contrario.

Rio sarcasticamente—¿Ahora me vas a decir que ademas de que puedes meterte en el cuerpo de una rata, también puedes ver los sentimientos de una persona hacia otra?...

—¿Y si te digo que si?

Abro mi boca para decir algo, pero no puedo hacerlo. Nada sale de mi estúpida boca de mierda.

Di algo Brad. Di algo.

—Si te digo que si, ¿qué harás Brad?

—¡Nada!—grité llevando las manos al aire—No haré nada. Pero si te digo que te estás equivocando conmigo. No estoy enamorado de esa... ¡de esa niñita virgen!

Virgen. Pero no niegues que te mueres por desvirginarla—me dice mi subconsciente.

Claro que no me muero por ser el primero en eso. Así que cállate.

—¡Brad!—alguien grita, miro a la ventana y ahí está—¿Por qué has hecho esto?

—¡¿Qué demonios haces aquí?!—grité acercándome a la ventana. Ella ya esta dentro y me mira a la cara ignorando a la rata.

—Me dejaste sola allá—señala hacia afuera con la mano—. ¡Tuve que pedirle a un desconocido que me trajera! Y ha sido de lo más incómodo, trató de tocarme. ¡Era un puto gay y tú aquí tranquilamente!

—¡Deja de gritarme! No te hubiese sido incómodo que un chico te tocara si dejarás de ser...

—¿De ser qué?... ¡¿Virgen?! ¿Eso ibas a decir?

—¡No, carajo! Que dejarás de ser tan tonta e inmadura.

—¿Inmadura? ¿A quién le llamas inmadura? Tú eres el estúpido chico arrogante, despreciable y tonto que he conocido en toda mi vida.

—Deja de gritar, porque no he hecho nada.

—Oh, perdón rey de roma—dice con sarcasmo—. No me había dado cuenta de que estaba gritando.... ¿Y qué no has hecho nada? ¡Eres un gilipollas!

Se escucha un ladrido—Mejor me voy
—dice la rata y se lanza por la ventana.

—¿Un gilipollas? ¿Eso crees, reina del drama?

—¿Reina del drama? Tú eres el dramático aquí.

—¿Pero es que no te has escuchado, señorita perfecta? —ella abre la boca sorprendida—Sí eso es lo que crees. Te crees perfecta. Yo solo soy un estúpido gilipollas que se la pasa cogiendo las primeras chicas que se le pasan por el frente sin que le importe una mierda, soy ese torpe que no hace más que jugar y burlarse de los demás... ¿Crees que no sé todo lo que le has dicho a tu mejor amiga?

—¿Qué te contó Barbara?

—¡Qué sé yo! ¿Ahora te haces la tonta?... solo me contó algunas de las estúpidas cosas que tu dices que soy. ¿Y sabes qué? Me importan cojones las estúpidas mierdas que digas o no digas de mí.

—¿Ah, sí? Si no te importaran no estuvieras discutiendo a base a lo que dije o dejé de decir.

Me quedo callado un instante lleno furia. ¿Por qué me hace enojar tanto una chica como esta?

—No voy a negar que dije ciertas cosas, ¡pero tampoco puedes negar que todo lo que dije es verdad!...

—¿Pero qué es lo que sucede?—alguien abre la puerta y Lily y yo llevamos la mirada hacia ella—¿Lily?
—dice su madre sorprendida al ver mi cuerpo en la misma habitación que el cuerpo de su hija—¿Qué hace él aquí?...

I'm In Your Body ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora