I'm In Your Body ✔

Capítulo 3

Narra Brad

Llego al aula de clases con Claudia frente a mi.

—No quiero que te acerques a esa chica, ¿entiendes?

—¿Viste como me trató?

—Eso ya no importa. Solo no te acerques a ella y punto. Ahora debo entrar a clases.

Abro la puerta y tomo asiento en unos de los pupitres de adelante, pero detrás del primero en la tercera fila.

Saco un cuaderno y miro hacia la puerta. La niñita virgen acaba de entrar

—Miren, miren, miren. Pero si es la niñi...

—No estoy para tus ofensas—Me interrumpe levántando la mano diciendo que pare y negando con la cabeza. Toma asiento delante de mí.

No dice nada. Solo saca un cuaderno y lo hojea.

—¿Oye?

—Olvídalo, ¿sí?

—¿Qué?

Se gira para mirarme—No me voy a disculpar con tu novia y mucho menos contigo.

—Tranquila. Sino lo contrario.

—¿Qué?

—Me disculpo contigo.

—¿En serio?

—No—rio.

La escucho gruñir y girarse en su asiento hacia el frente.

—Buenos días, estudiantes—dice dice el maestro Roftin.

—Buenos días—dice la niñita sin dejar de mirar su cuaderno.

—Espero que ya tengan hechos sus ensayos, porque van a exponer sobre el, la semana que viene. O sea el lunes.

—¿Qué?—gritó un chico sentado detrás de mí— Eso es injusto. Aún no he hecho nada.

—Qué bien. Pues empieza desde ahora o te haré reprobar este grado, señor Braulio—le dice al chico y se acerca a su escritorio pasando páginas de creo que es un archivo—. Así que tomen notas para que después no digan que se les olvidó o que vengan y digan que lo dejé para otro día o que no dejé nada—me mira.

Claro que va a mirarme a mí. Yo soy uno de los  estudiantes que hace eso. Siempre le digo que dejó el trabajo para otro día o que nunca dejó nada. Aunque hay veces que esa niñita virgen me daña los planes.

...

Suena la campana de la salida y todos salen corriendo excepto yo que termino de recoger algunas cosas y la niñita virgen que habla con el maestro en voz baja parada frente a su escritorio.

Los miro tratando de escuchar algo mientras termino de guardar un cuaderno y unos lápices.

—Gracias maestro. Se lo agradezco mucho—dice la niñita guardando algo en su mochila que no logré ver—. Gracias—dice y se gira para irse. Le paso por el lado hasta llegar a la puerta.

—Brad, espera.

Me detengo fuera del aula y me giro para verla justo al momento que sale corriendo del aula.

—¿Qué quieres?

—Solo quería disculparme por lo de esta mañana.

—No tienes que hacerlo—empiezo a caminar dándole la espalda para irme y me sujeta por un brazo.

—Pero quiero hacerlo.

—¿De veras?—la miro.

—No.