Rendirse ante el alfa.

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—Hijo de puta. —exclamó y se dio cuenta que había sido un error porque todos lo vieron con ojos muy abiertos y mandíbulas caídas.

—¿Hendery? —murmuró Kun hacía él, un intento de saber si estaba bien.

Él soltó el aire de sus pulmones y asintió, las pequeñas omegas quitaron su tunica, el collar y el anillo de su cuerpo, para que la luz de la Luna pudiera bañarlo por completo. Ouh, momento... ¿hace cuánto no se convertía? mierda, esperaba aún poder hacerlo.

—Tu nombre... —pidió Hendery colocándose frente al contrario, una sonrisa llena de burla apareció en el rostro del otro alfa.

—Sae Bin. —sentenció, si ponerle atención y una mirada rápida a Kun le indicó que era el alfa que le había dicho antes.

—¿Deseas continuar con esto? —preguntó Hendery con tranquilidad.— Tengo entendido que tienes un omega que cuidar...

—Lo hago por él, para asegurarme que tenga a un líder que lo protegerá. —siseo y Hendery notó su mandíbula tensarse, nadie se levantó o lo apoyó, así que suposo que...— No está aquí. —bingo.

—Entiendo. —Hendery caminó lejos de él, más cerca del fuego.— Conoces las reglas, nada de armas, nada de cambiar a forma humana, nadie puede ayudarte, se termina cuando uno de los dos muere o se rinde... —dijo con más fuerza pero al ver la mirada decidida de alfa negó.

—Pareciera que te repites las reglas a ti y no a mi. —bufó el idiota y las ganas de golpearlo aparecieron en Hendery. Bien, al menos podría patear su insolente culo de manera legal.— ¿Tu quieres rendirte? ¿tienes miedo?

Una sonrisa sarcástica apareció en el rostro del alfa.— Los Wong no renunciamos. —siseo, invocando a su lobo y se sintió complacido con los ojos abiertos de Sae "tonto" Bin cuando vio su forma de lobo, su pelaje gris, sus poderosos ojos negros.

El contrario cambió, pero, ¿a quién quería engañar? Hendery era más grande que él, el mediano lobo de pelaje café y ojos avellana no tendría chance a menos que fuera jodidamente bueno en combate, aunque había algo de lo que debía cuidarse, ya que al ser más pequeño podría permitirle más agilidad.

Se rodearon, caminando frente a frente, observandose de manera provocativa y burlona, esperando quien dará el primer golpe después de las palabras de Kun.

—La batalla por la manada comienza ¡ahora! —gritó y Hendery decidió que no sería el primero en atacar.

SaeBin saltó rápidamente, como todo un guerrero tonto e inexperto, directo al cuello del alfa, pero él se movió a un lado logrando que el lobo café se estrellara con fuerza en la tierra. Su mente trataba de recordar todas las enseñanzas de su padre mientras evitaba todos los golpes que el lobo le lanzaba. Él no atacaria para matar, no, ni siquiera quería estar en todo ese desastre... pero SaeBin había insistido y si quería pelea le daría una buena y larga, con la esperanza de que el alfa desistiera.

Se revolcaron en la tierra cuando el alfa menor se lanzó contra él dando justo en su pecho, Hendery se arrastro para desprenderlo y golpearlo con sus patas para lanzarlos lejos, pero el jodido mordió su pata sin dudarlo y un dolor del infierno punso en su pata izquierda, quitándole soporte y equilibrio. Eso complicó las cosas. El dolor seguía presente pero más que ganar, Hendery debía demostrar su valía, se lanzó hacia el alfa y a pesar de que estuvo intentando quitarlo logró su cometido.

Un aullido desgarrador se escuchó en el aire cuando sus dientes perforaron la carne del costado del lobo, seguido de un suave sollozo que Hendery detectó, estaba alejado.

Su omega.

El pensamiento pasó volátil por su mente que se desconcentro un momento y el alfa lo empujó lejos. El omega ¿qué pasaría con el omega si pierde? había algo, pero la verdad, entre el dolor, la sangre y el fuego, apenas recordaba quién era y por qué hacía esto.

Los Omegas del Alfa | HenXiaoYangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora