¿Volvemos a empezar?
Bienvenido a Pledis School, la escuela más prestigiosa y cara de toda Corea. Cuenta con las mejores instalaciones, la mejor educación y las más grandes bibliotecas.
Realmente es una pena que no se pueda decir lo mismo de los...
-Se recomienda ver el video cuando la escena comience-
—¡¿Qué hiciste?!
El grito de MinGyu fue muy escandaloso, tanto, que Hoshi se tiró para atrás y se encogió en su sitio. No era culpa de él, nadie le dijo cómo se manejaban las cámaras de seguridad; debería haber una materia para eso.
—No me golpees, soy joven para morir —dijo asustado el peli-negro.
La situación había sido así. Nadie le encargó a Hoshi vigilar las cámaras de seguridad o al menos lo que constaban de sus pantallas, eso era algo que ni el mismo SeungCheol podía hacer. Él se involucró en el trabajo por sí solo. Camino a las oficinas del presidente, encontró un pequeño cuarto y sin pensarlo dos veces se clavó en problemas que no eran suyos.
Ahora, dañó todo el sistema de seguridad de Pledis School, las cámaras ya no funcionaban. Y aunque quería tener todo bajo control, MinGyu lo descubrió.
—Prepárate, porque voy a dejarte con la cara roja de tantas cachetadas —MinGyu comenzó a remangar su uniforme.
Hoshi pidió un momento para explicar.
—Tenía tu batido en mi mano, ese que me pediste con urgencia —comenzó el payaso con el índice frente a MinGyu—. Entré a este cuarto, sí, lo admito. Pero tienes la culpa también.
—¡¿Por qué tengo la culpa?!
—¡Porque me llamaste y me gritaste por teléfono! —contestó—. Yo me asusté y por eso se me cayó el batido en todo el sistema.
—¡Pero tú lo hiciste!
—¡Pero tú..!—se quedó pensando—. ¡Pero tú eres mi cómplice! ¡Ambos tenemos la culpa y ya!
—Bueno, ya —trató de calmar MinGyu con un suspiro profundo—. SeungCheol va a matarnos. No importa de qué manera lo vea, también estoy involucrado de algún modo.
—¿Qué vamos a hacer?
—Bueno, somos hijos de familia adinerada, podremos hablar con nuestros padres y convencerlos de algún modo.
Hoshi se rascó la cabeza de sólo pensar en los gritos que su padre le regalaría por crear tanto caos. No era la primera vez que debía dar dinero para cosas que él rompía y sería un completo desastre si se negaba a colaborar otra vez.
—SeungCheol no debe enterarse, ¿estás de acuerdo?
Hoshi asintió.
—¿Cómo hacemos para que no se entere?
—Creo que tendremos que obstaculizar disimuladamente algunos días la entrada a este sitio.
—Podríamos tomar la llave y-
—Sí, Hoshi —MinGyu golpeó la cabeza del otro—. A eso me refiero con obstaculizar disimuladamente la puerta.
Por un momento, todo se quedó en silencio. Ambos estaban preocupados, llenos de inseguridad y a punto de llorar de la desesperación.
—Estamos en problemas, Kim MinGyu.
—Lo sé, Kwon SoonYoung.
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