18. Ser presidente, apesta

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—¿Cómo está mi presidente favorito?

—Deberías dejar de llamarme así, papá —WonWoo suspiró al otro lado de la línea—. Yo, no-

—¿Por qué debería hacerlo? Estás comenzando como un verdadero Jeon lo hace. Aunque, para mi preferencia, deberías estar en el puesto de los Choi.

WonWoo cerró su paisaje por un momento, intentando calmarse mientras escuchaba al egocéntrico de su padre hablarle desde una llamada mañanera. No podía creer que accediera a hablar con él cuando sabía de qué hablarían y de aquello no saldría nada bueno. Después de negar un par de veces, volvió a prestar atención.

—Lamento no haberte llamado antes, se me ha hecho difícil por el trabajo. Tú sabes, mandar y estar en la cima no es nada fácil.

—Sí, papá.

—Pero cuéntame, WonWoo. Me tiene muy emocionado que seas el presidente de la clase tal como lo predije. Ya tu madre hasta te dice presidente Jeon. Y aquí entre nos...Tu hermana está un poco celosa.

—¿Mi hermana? ¿La directora de una de las organizaciones más famosas de este país? Padre, ser presidente de la clase no es la gran cosa...

—¿Cómo que no es la gran cosa? Estar el mando, WonWoo. Los Jeon debemos mirar al resto desde arriba y derrotar a todos si es necesario.

—Papá, eso suena espantoso.

—¿Qué suena espantoso? Para ganar hay que pensar en grande, sin importar los límites. Nos ha funcionado bien...¿No fue así como tu padre alcanzó el primer lugar?

Silencio.

—WonWoo, ¿sigues ahí?

—Sí, padre. Aquí estoy.

—Escucho un poco de desconfianza, sabes lo que opino acerca de eso. Los Jeon no se portan débiles, nunca.

—Padre, hay algo que debo decirte.

WonWoo ya no podía más, su familia debía saber que él no fue escogido como presidente de la clase, debido a su fea actitud años anteriores y su poca habilidad para socializar con sus compañeros. Ya no quería seguir sintiéndose presionado por las llamadas constantes de su madre y sus hermanos.

Y ahora su padre parecía ser la cereza en el pastel.

—¿Qué sucede?

—Papá, yo no fui escogido como presidente de la clase. Fue mi compañero Xú MíngHáo.

El silencio de su padre, lo hizo sentir en el infierno mismo. Su cuerpo tembló un poco y realmente comenzó a sentirse desesperado al notar que no se escuchaba ni siquiera la respiración del hombre.

PLEDIS SCHOOL 2: VOLVAMOS A EMPEZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora