5. Entre dulce y agrio

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—¿Cómo estás en Facebook? Te buscaré —dijo uno de los compañeros de MingHao.

El pobre muchacho no sabía usar muy bien el nuevo aparato, y, no pudo ponerse al día en las redes sociales en tan poco tiempo.

—No tengo eso que dices —respondió.

—¿No tienes? —el otro insistió—. ¿Por qué...?

—Porque él estudia en lugar de andar compartiendo babosadas —esta vez fue Jun quien contestó mientras se dejaba caer en la silla—. Deja de molestar al presidente de la clase con tus tonterías.

—Bueno, será para la próxima —arregló el castaño con una sonrisa tímida al final—. No te preocupes, trataré de hacerme una cuenta y agregarte.

—¡Está bien! —chilló alegre el compañero—. Espero tu solicitud, presidente.

Y mientras el chico se iba, MingHao se volteó para ver a un cansado Jun que refunfuñaba en su asiento. No hacía falta hacer cosas como esas para que las personas se retiraran. A veces Jun era muy directo y grosero.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué lo has tratado así? —el castaño le golpeó ligeramente el hombro—. Él sólo me pidió mi usuario en esa red social.

—Las redes sociales sirven para distraerte de tus verdaderos oficios —Jun espetó—. Además, te estoy haciendo un favor. Ese niño sólo necesita agregar gente para sentirse popular y seguro te molestará con las tareas cada cinco minutos porque no las entiende.

—Lo pensaré entonces —MingHao rascó su cabeza por el lío mañanero en el que se había metido.

—Todo este salón está lleno de irresponsables que se aprovecharán de tu conocimiento, así que tómalo como el mejor consejo de tu vida.

MingHao asintió mientras escuchaba algunas quejas de su amigo al revisar la mochila para sacar los apuntes de lógica matemática. Hoy parecía bastante irritado con algo y por eso dudó en querer hacerle alguna pregunta.

—¡Diablos! Me olvidé de comprar mi jugo de manzana.

— ¿Qué te sucede? —preguntó de una vez por todas—. Estás muy insoportable esta mañana. ¿Dino hizo algo mal? ¿Tú hiciste algo mal?

—¿Podemos dejar de hablar de Dino? —atacó el peli-negro—. No todo lo que me sucede tiene que relacionarse con él. Somos punto y aparte. Necesito que dejen de mencionarme a ese niño.

—Bien, no mencionaremos a Dino.

—Gracias.

El agradecimiento no fue amable, fue cansado. MingHao no podía entenderlos, Jun y Dino cambiaban tan rápido y de un día para otro, todo se volvía diferente. SoonYoung y él terminarían locos si seguían tratando de pensar en qué les sucedía.

—Ustedes pelearon y quizá deban arreglar las cosas.

—Somos punto y aparte, MingHao.

—Pero-

—¿Crees que me encuentro de humor, para que me insistas? —negó observándolo—. Puedes ser mi mejor amigo, pero realmente no quieres que me enoje contigo también.

—Tú tampoco quieres que yo me enoje contigo. No siempre soy un pan de dulce, ¿sabes?


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PLEDIS SCHOOL 2: VOLVAMOS A EMPEZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora