28. El poder de una disculpa sincera

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—¡¿Qué?! ¡¿Yo?!

SeokMin llamó la atención de algunos alumnos a partir de sus gritos. El maestro soltó una carcajada al ver a su muchacho favorito saltar de la felicidad cuando lo escuchó decir que él representaría el área de ciencias en la feria del miércoles.

SeokMin estaba muy feliz. Ser el encargado de enseñar un pequeño proyecto en la feria era algo nuevo para él, pero seguía siendo importante y algo digno por lo cual entusiasmarse. Siempre le había planteado ideas a su profesor, pero no había forma de expresarlas al resto de alumnos y considerando la grandeza de sus visiones, no dudó en casi saltar con la noticia.

Estaba muy orgulloso de él mismo.

—Me gusta tu entusiasmo, espero que podamos ganar algún concurso en la feria escolar gracias a tus ideas.

—Realmente se lo agradezco, profesor Kim —lo abrazó y no pudo evitar sonreír—. Daré mi mejor esfuerzo para que todo esté completamente organizado.

—Sé que así será —el mayor le devolvió el gesto—. No te estreses tanto como yo, deberías divertirte un poco con esto.

—Lo haré, pensaré en algo pronto.

—Me tengo que ir —le palmeó el hombro dos veces—, si tienes alguna duda puedes decírmelo. Estaré atento a lo que tengas pensado para el estante, lo mejor será que podamos decorarlo de la manera en la que tú quieras.

—Sería grandioso.

—Bien, nos vemos después.

Luego de que SeokMin se despidiera agitando su mano en el aire, pudo sentir unos brazos rodeándole la cintura e inmediatamente se alarmó. Intentó mirar hacia atrás, pero el agarre del otro era muy fuerte. Pensó en las personas que podrían hacer algo así y abrió los ojos con la idea de que podría ser JiHoon intentando secuestrarlo para vengarse de él y su «traición».

—No sabes cuánto esperé a poder abrazarte así.

Era Samuel y lo supo por esa voz peculiar y ese perfume caro que corrió directamente hacia sus fosas nasales debido al acercamiento. SeokMin se sonrojó y se cubrió un poco la cara ya que algunos estaban viéndolos algo extrañados por el tipo de abrazo.

—¿Qué haces, Samuel? Todos nos miran.

—Cuando te veía desde lejos, quería correr a abrazarte como cuando estábamos pequeños —escuchó su risa—. ¿Recuerdas?

—Tú lo dijiste; cuando estábamos pequeños —SeokMin se volteó, rompiendo el abrazo—. Ahora... Es extraño.

Samuel formó un mohín que no le gustó para nada al muchacho. Parecía molesto y podría entenderlo porque claramente le dijo que no a una demostración de cariño tan bonita. Tener a Samuel de nuevo en su vida, seguía siendo chocante para él, no se acostumbraba aún a eso y hasta había olvidado lo cariñoso que era desde niño.

No supo qué más decirle, así que comenzó a caminar por el pasillo en dirección a su salón de clases.

—Lamento si te incomodé —dijo, siguiéndolo con pasos apresurados—. ¿Cuál fue la noticia del profesor Kim?

—Estaré encargado del área de ciencias en la feria.

—¿Cuándo será?

—El miércoles.

Samuel lo detuvo y lo giró desde la manga de su suéter verde olivo. No pudo evitar perderse cuando su amigo le sonrió tan sincero y no esperó a abrazarlo de nuevo, sin importarle mucho lo de antes.

PLEDIS SCHOOL 2: VOLVAMOS A EMPEZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora