22. Los perdedores recibirán su castigo

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Bajo el mando de SangDo, el nuevo director de Pledis, las cosas habían cambiado y era obvio. Los estudiantes, podían buscar sus talentos ocultos, pulirlos y hacerlos valer. Todo el ambiente era más feliz, las actividades estudiantiles distraían de cualquier mal momento y ayudaban a lograr puntos para la universidad. Todas las áreas tenían apoyo e implementos que los Choi se encargaron de brindarles para su mejor adaptación: cursos de arte, de fotografía, de ciencia, ajedrez, fútbol, baloncesto y...

Natación.

Chan miró hacia la piscina, viendo cómo los miembros del equipo de natación de Pledis competían contra otra escuela. Y para ser específicos, él veía el carril dos, con uno de los mejores en su área: Jun.

—Nuestro Jun es asombroso —SoonYoung aplaudió en el aire, demasiado orgulloso por el muchacho—. Mira nada más esa rapidez... Lo hace genial.

—Nunca imaginé que fuera tan bueno en ello, supongo que por eso el entrenador le exige tanto.

Chan mordió su labio, sin poder decir nada. Él no había sido invitado y sabía perfectamente las razones, pero, luego de que SoonYoung le insistiera, terminó sentado entre el público, viéndolo.

Cuando los Payasos Pledis y JiHoon se unieron para sabotear la competencia de natación, fue uno de sus momentos favoritos, porque por primera vez sintió que Jun lo necesitaba; luego de que los años pasaran, luego de haber salvado a Jun, nunca pensó que un día se sentaría a verlo triunfar en un lugar así, pero nuevamente, las cosas comenzaron a suceder. Admitía tener miedo de que todo intentara desmoronarse, lo que tenía en sus manos, se iba cayendo en el camino y no sabía cómo devolverlo a su lugar; incluso le aterraba la idea de dar un mal paso y cometer más errores.

—Pero... ¿Dónde están sus padres? —MingHao formuló una pregunta demasiado importante—. Él me dijo que vendrían, estoy seguro.

—Quizá deben estar por ahí, pero nosotros no los conocemos aún —SoonYoung se encogió de hombros—. ¿Tú los conoces, Chan?

El joven miró al par y negó para volver su vista a la piscina. No, no conocía a sus padres y no quería conocerlos. Le molestaba mucho pensar en que Jun no invitó a la persona que realmente había respondido por él tantos años.

Chan no sabía nada de natación, pero supo que había ganado Jun cuando la gente comenzó a gritar, especialmente el pequeño grupo de fans que tenía el peli-negro. Jun salió con frescura de la piscina, con una sonrisa inigualable: carismática y enganchadora, que dejó un minuto sin aire a Chan.

Ese tonto, seguía provocando un cierto revoloteo en su estómago.

Quería retirarse lo más pronto posible, porque Jun no debía verlo ahí, eso atentaba contra su orgullo y todas las palabras crudas que había soltado durante meses al verlo.

—Hay que ir antes de que las fans locas se nos adelanten.

SoonYoung y MingHao comenzaron a correr entre las personas para alcanzarlo y desde donde estaba, escuchaba los gritos de Soon intentando llamar la atención de Jun. Y fue ahí cuando lo vio mejor, abrazando al par con mucha alegría. Realmente se notaba tan feliz que el pecho de Chan comenzó a quemarse. Conversaron por un rato, hasta que una mujer se acercó a abrazarlo y darle un beso en la mejilla, seguido de un hombre que lo abrazo con una sonrisa en la cara.

PLEDIS SCHOOL 2: VOLVAMOS A EMPEZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora