6| Aunque fuera de esta forma

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MILÁN

Cuando me desperté por algunas risas que se escuchaban en la planta baja, noté mi mejilla y mi pierna entumida.

Nuevamente había amanecido sobre el pecho de Mazklan, y él tenia una de sus piernas encima de las mías.

Esto cada vez se me estaba saliendo de control.

Me levante y tuve que cruzar encima de Mazklan, pues mi cama estaba pegada a la pared y él había dormido a la orilla, ni siquiera sintió cuando baje de la cama. Me encamine a mi maleta de mano y la lleve al baño.

Primero lave mi cara y despues los dientes, me metí a la ducha y despues de salir, comencé con mi aseo y cuidado personal de mi cara, no quería que me volviera el acné nuevamente, eso me traía malos recuerdos, es por eso que la cuidaba mucho.

Justo cuando iba saliendo del baño, Mazklan se estaba levantando de la cama.

—Iré a ayudar a mi madre con este tonto almuerzo, creo que algunas personas ya llegaron— deje mi tolla en la silla de mi escritorio mientras me dirigía a la puerta.

Estaba vestido lo más normal que se podía.

Aunque ese cambio que dieron a mi guarda ropa los hermanos de Mazklan hace un mes, no me hacia ver alguien de pueblo como era mi estilo, alguien sencillo.

Estos botines Gucci me delataban y el sweater y los jeans, lo bueno que si ellos no conocen de marcas no sabrán de esto.

Nunca me ha gustado la ropa cara ni extravagante, pero desde que "esto" comenzó con Mazklan he cambiado muchísimas cosas por su "forma de vida" y para que los malditos medios no "me coman" vivo.

—Ok— contesto mientras se dirigía a su maleta —Oye— me detuve y lo mire —Ese pantalón te queda genial— susurró, dije un gracias rogando a todos los dioses que no me sonrojara. —Prefieres uno feroz o un casto— levante una ceja al no entender de que hablaba. —Un beso Milán—

—Sabes que uno casto— dije mientras me daba la vuelta y me retiraba, la verdad es que no era la primera vez que nos dábamos un beso, lo habíamos hecho cuando estábamos en una fiesta y nos dimos cuenta que un paparazzi nos seguía.

Pero solo fue un beso casto y fugaz.

Ayer aclaramos que este beso lo haríamos para no ser tan secos y que crean que es mi pareja.

Bajé las escaleras y seguí las voces a la cocina.

De espaldas la reconocí, a parte de mi madre, estaba esa chica castaña y delgada, con un sweater amarillo con motitas de muchos colores, esa chica nunca iba a cambiar.

—Eres un dormilón— dijo mi madre mientras señalaba el reloj que marcaban las nueve cuarenta y tres.

—El viaje me dejo cansado— dije llamando la atención de la chica, que giro rápidamente y corrió a mí.

—No puede ser— susurro mientras me abrazaba —Dime que no eres Milán— dijo muy sonriente.

—Soy Milán, Bonnie— le abrace, porque era una de las personas especiales para mí.

En la preparatoria ella era la capitana de las porristas y mi mejor amiga.

—Que cambiado estas— susurró mientras me examinaba.

—Solo crecí— dije mientras me reía.

—Dios, Milán, tienes unos dientes perfectos, ya no tienes acné, estas más alto y ahora vistes Gucci y Chanel y, joder, Tessa te tiene que ver— susurró mientras me jalaba, me di cuenta que mi madre ya no se encontraba aquí.

MAZKLAN +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora