MILÁN
Mi rutina comenzó el jueves, dos días después de tomarme la dichosa cápsula, nos levantamos a las seis treinta de la mañana, desayunamos tranquilos y mientras Mazklan salía con todos los guardaespaldas, yo solo me iba en un carro Audi con Salkova y Matthew, el cual ya era parte del sequito con el secreto de mi próximo embarazo.
Entraba en la clínica, me pasaban a un consultorio me inyectaban el brazo, me ponían una estúpida curita, me revisaban presión arterial y me largaba de ahí. Me iba al trabajo con el brazo adolorido, o mejor dicho ahora ya eran los brazos, ya que los van rolando.
Me estaba preparando para salir a correr, al parque cercano del departamento, siempre me acompañaba mi guardaespaldas personal, Matthew, bueno, ya lo creí que era personal, porque él y Salkova eran de los que más me seguían, compras, cafés, hasta cuando me iba a los bancos del patio de las oficinas.
Pero resulta que, al salir de la habitación, Matthew ya no estaba y en su lugar estaba Alexandro con Hendrickson.
—Hoy nosotros lo acompañaremos, pues Matthew y el señor Salkova fueron por las nuevas cámaras de seguridad— dijo Hendrickson, asentí y enarqué una ceja.
—No me digan que irán de esa forma— pregunte mientras los veía aun en traje.
—Es lo correcto, además sabremos seguirle el ritmo— levante los hombros y nos dirigimos al parque caminando, al entrar en este comencé con mi ejercicio, no quería que se hiciera más noche, como en varias ocasiones ha pasado.
Me coloque mis audífonos y comencé a correr, ni siquiera sabía si era real que me estaban siguiendo el ritmo, gire un momento para ver dónde venían, venían ambos muy atrás de mí, sabía que el traje les iba a incomodar.
Cuando gire nuevamente mi visa al frente, pegue un grito cuando alguien salió de entre los arbustos y me tomo de los brazos, intento jalarme, hasta que logre darle una patada.
Sentí los pasos apresurados de Alexandro y Hendrickson.
—¿Estas bien? — pregunto Alexandro, pero yo tenía mucho miedo, Hendrickson se fue detrás de ese hombre encapuchado, mientras de Alexandro trataba de menguar mi miedo.
—Hey Milán, escucha, respira tranquilamente, respira, no te alteres, ya paso, Hen fue detrás de ese hijo de perra— me llevo al banco más cercano mientras yo trataba de respirar con dificultad.
Tomé un poco de agua y poco a poco me fui calmando.
Minutos más tarde regreso Hendrickson guardando su arma.
Había escapado.
Más tarde Mazklan estaba que explotaba, estaba gritando improperios mientras yo tomaba un té en la cocina.
—Mazklan— Le llame, pero seguía en su rito de regañar a los guardaespaldas.
—MAZKLAN— grite esta vez, entonces me miro y se acercó a mí.
—Logre reconocerlo, ese hombre, lo he visto en el edificio y no es el tal Daniel, el inquilino que creían— Eso llamo su atención y la de Salkova que estaba al teléfono —Recuerdo haberlo visto en las escaleras, ya sabes que a veces me gusta usarlas en lugar del elevador, también recuerdo que en una ocasión me abrió la puerta del edificio antes de que tuviera el carro, incluso me sonrió— lleve mis manos a mi cara en señal de frustración.
—Informa a Thomas que necesito fotos de todos los del edificio... gracias señor Damen— dijo Salkova al momento que terminaba con la llamada
—Señor— dijo Salkova a un Mazklan pensativo —¿Por qué no utilizamos a Miguel y Lucifer? — Mazklan asintió mientras se levantaba.
ESTÁS LEYENDO
MAZKLAN +18
Romance+18 LGBT BoyxBoy Grece era por quien estaba dispuesto a morir, Grece, era una de mis razones para cometer muchas y grandes estupideces, Grece fue el motivo de muchas cosas, sin embargo, no lo fue de mi felicidad. Gracias a un castigo colocado por m...