MAZKLAN +18

4| "Fue"

ATENCIÓN 2/2 

MAZKLAN

Llevaba casi una hora sentado mientras revisaba algunos informes en mi portátil, una hora con veinte minutos en la cual nos encontrábamos en vuelo.

Mientras que Milán se encontraba frente a mi escribiendo como si su vida dependiera de ello, en su cuaderno, por cierto, tenía los audífonos colocados y hasta aquí escuchaba su música.

Pase veinte minutos más de esta forma hasta que yo mismo me canse, deje de lado la portátil y me levante, me dirigí al baño a lavarme la cara y me mire en el espejo.

¿Qué estaba haciendo?

Tenía recién cinco días de haber llegado de Japón y tenía tres días de haber visto a Grece, eso me descolocaba por completo, más porque hace tres días, mi padre invito a desayunar a Milán, pues quería ver como iban sus informes y la universidad, así que en ese momento en el que me quede solo, no sé como lo sabía, pero Grece entro en mi oficina y sin que siquiera lo pensara, me beso, le correspondí y nos fundimos en un beso muy caliente, ya saben, de esos de tócame por aquí te toco por allá, pero justo en ese momento, la puerta se abrió y Milán entro.

—Olvide mi...— se quedo callado con el simple hecho de ver la escena, obviamente rápidamente me separe, sobre todo porque mi padre se encontraba en la puerta.

Por primera jodida vez, en los más de tres meses que llevo junto a Milán, en estos más de tres jodidos meses que llevamos compartiendo departamento y técnicamente días enteros, vi la primera expresión en su inexpresivo rostro.

Y era una, que, para mí, estuvo catalogada como decepción.

—Milán, papá— trate de separarme más de Grece y caminar hacia ellos, pero Milán solo me esquivo y se dirigió a su escritorio por una carpeta.

Salió sin decir nada y mi padre solo me dirigió una mirada que no supe interpretar, después solo suspiro y negó lentamente y se fue, sin decirme nada.

Me sentí la más grande mierda en ese momento, no solo por lo de Milán, sino que también porque decepcioné a mi padre.

—Creo que es mejor que te vayas Grece— sin que dijera nada, me encaminé al elevador y me fui al estacionamiento, obviamente el carro de papá ya no se encontraba.

Desde ese día Milán me evita a toda costa, se despierta más temprano que yo, me deja el desayuno y llega por cuenta propia a la oficina, la mayor parte del tiempo se la pasa hundido en su trabajo sin siquiera hacer ruido.

Hoy, durante el transcurso del camino de casa al aeropuerto, le pedí disculpas, pero a pesar de que me dijo que todo estaba bien, no sé porque no lo siento de esa forma.

—No somos nada y si su padre no le ha dicho nada, yo no tengo porque meterme en este tipo de asuntos, total, yo solo soy su castigo y al final de cuentas tengo que seguir fingiendo— y eso fue todo lo que hablamos, realmente estaba hecho mierda, ni siquiera el que mi padre ignorara este asunto me tiene así.

Me afectó más la reacción de Milán, y la verdad, no sé ni porque mierdas.

La verdad, no se que esta pasando conmigo.

Después de soltar un suspiro más a mi reflejo, me vuelvo a dirigir a mi lugar.

Y otra de las horas más pesadas volvieron a pasar.

Al aterrizar, trate de ayudar a Milán con su pequeña maleta, pero no me lo permitió, un hombre ya se encontraba ahí con los papeles correspondiente para el arrendamiento de un auto.