Capítulo 8

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NARRA JUDITH

El ruido de una puerta abriéndose me despertó. Abrí los ojos y miré desconcertada a todos los rincones de mi dormitorio buscando a Luke. Él no estaba.

-¿Judith?- oí a mi hermano Michael llamarme.

-¿Sí? Aquí estoy, en mi habitación.

A los segundos lo vi aparecer entrando en mi habitación. Miré mi reloj, eran las siete menos cuarto.

-¿Cómo has llegado tan tarde?- le pregunté.

-Pues...

-Pues ¿qué?

-He pasado la noche con Maia.

-¿Qué, qué?- le dije saltando de la cama eufóricamente.

-Sí, ya tienes cuñada- dijo pasándose la mano por la nuca. Se le veía contento. Y un color rojo reinó sus mejillas.

-Pues no sé qué decirte...

Maia no me caía muy bien. Sabía perfectamente que se burlaba de mí a mis espaldas. ¿Por qué tan derrepente quiere a mi hermano? Mmmm, no sé, todo esto me hace sospechar.

-Ya sé que no te cae muy bien pero... ella me ha prometido cambiar.

-Está bien. Si te gusta sal con ella. No pasa nada. Mientras seas feliz- le dije con afecto -yo también seré feliz- le dije abrazándole.

Cuando me fui de mi casa para ir al instituto, no paraba de pensar en Maia. Puta, zorra, hija de puta. Cuanto la odio. No creo poder soportarla. La odio demasiado. Es una falsa profesional. Odio y rabia corrían por mis venas cada vez que pensaba que mi hermano y esa perra estaban saliendo. No podía creer que mi hermano tuviera como novia a la chica que más odiaba en el mundo y encima que se la haya tirado. Seguramente lo habría seducido con sus encantos para hacerme daño. La gente de su pasta es demasiado jodedora. Cuando salí de mi casa estaba demasiado mosqueada. Delante de Michael lo ocultaba, pero cuando él ya no estaba conmigo, el odio empezaba a correr por mis venas. Me sentía traicionada. Un torbellino de llantos amenazaba en mi pecho para salir de mis ojos en forma de tormenta. No quería llorar delante de toda la gente que iba caminando por la calle. No pude aguantar. Y empecé a llorar. Tenía como unos veinte minutos para llorar hasta llegar al instituto. La mayoría de la gente que pasaba por mi lado no se daba cuenta de lo que me pasaba, pero otras se me quedaban mirando con cara de pena. ¿Por qué? ¿Cómo puede ser? Me dejé caer de rodillas sobre la acera, pero alguien me agarró por detrás. Giré mi cabeza y lo vi.

-Luke- dije incorporándome para poder abrazarlo.

-¿Qué te pasa?- me preguntó preocupado.

-Me ha traicionado. Michael me ha traicionado.

-¿Y eso?

-Una larga historia.

-Venga no llores- dijo secándome las lágrimas -¿Okay?- me dijo haciendo que sus ojos empezasen a brillar de una manera muy dulce.

-Okay- dije soltando una pequeña sonrisa.

Me pasó su brazo izquierdo por mis hombros y me pego a él.  Yo le pasé mi brazo derecho por su cintura. Empezamos a caminar por la larga calle hasta llegar al instituto.

Con Luke me sentía segura.

Feliz.

Ya no lo sentía como aquel chico loco. Sino como si lo conociese desde siempre. Era como si tuviera con él toda la confianza del mundo. Sentía poderle contar cualquier cosa. Sentía que él influía más en mí que yo misma.

Not About AngelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora