Capítulo 17

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Llegamos al hotel. Judith no paró de jugar con sus dedos. Utilizaba lo que fuese para distraerse. No me dirigía la palabra. Me era muy distante. Quería preguntarle qué le pasaba. Pero no me atrevía por miedo a la respuesta. Nunca más la podré volver a sentir como cuando le envié el fuego fauto. ¿Ya no me quería? Yo la miraba sentado en la cama mientras ella hacía las maletas para irnos. ¿Me dejará estar con ella cuando lleguemos a Londres?

Me levanté y me acerqué a ella y le dije:

-¿Qué te pasa? -ella me miró y tardo unos segundos en responder.

-No lo sé -dijo. Intenté abrazarla pero ella me apartó. Mi corazón oxidado empezó a latir más fuerte. "Ya no me quería" me repetía en mis adentros.

-Judith -susurré.

-Lo siento. No sé qué me pasa -me dijo mirándome a los ojos.

-¿Me quieres? -le pregunté. Al hacerlo me di cuenta de que no quería saber la respuesta. No quería que me dijera: no.

-¿Qué es lo que se siente al estar enamorado? -me dijo haciendo un movimiento de cabeza como sino lo entendiera, como si fuera una estupidez-. Yo no siento nada -dijo con una sonrisa cargada de maldad. Le hacía gracia la situación. ¿Dónde estaba mi dulce Judith?

Ese "nada" me retumbó en la cabeza. Yo iba a estallar. No quería perderla aunque no me quisiera yo deseaba estar a su lado, que fuera mía para siempre.

***

Todo el viaje de vuelta me resultó terriblemente amargo. Estaba a su lado. Ella ya no estaba callada. Tenía una sonrisa de ¿felicidad? Parecía drogada. No era la misma. Había cambiado. Vimos una película en el avión. Ella eligió la más sangrienta. Cuando estaban las escenas más fuertes -y me refiero a fuertes cuando: arrancan cabezas, cortan dedos, hacen sufrir, en las escenas más melancólicas...- ella se reía. Yo la miraba asombrado. La Judith de antes se hubiese pasado toda la peli con los ojos cerrados. Pero la nueva Judith no.

***

En la salida del aeropuerto llamé varias veces a James. Este no cogía el móvil. Le escribí unos cuantos mensajes para que viniera a recogernos. Al cabo de 20 minutos como no me respondía cogimos un taxi. Era domingo por la noche. Judith tenía los ojos muy abiertos de vez en cuando me miraba de reojo y cuando yo la pillaba mirándome se reía. Su comportamiento era extraño, no sabía si se reía de mí o de algo. Estaba muy rara. Yo no me reía cuando ella lo hacía. Estaba demasiado preocupado. Ya nunca volvería a ser la misma y peor, ya no me quiere. Yo quiero que me ame pero parece como sino tuviese sentimientos.

Llegamos a su casa.

-¿Quieres que te acompañe? -le pregunté deseando que dijera: sí.

-No -dijo ella.

-Te subo la maleta -le dije intentado convencerla.

-No, mira yo quiero primero ver a Mike, cuando lo vea si quieres vienes, pero déjame verlo a mí primero.

-Está bien. Espero.

NARRA JUDITH

No sé qué me ocurre. Me siento muy viva, valiente y genial. Pero -siempre hay peros- no me siento igual con Luke. Yo lo quiero pero algo me impulsa a decirle que no para hacerle daño. Me impulsa a ser mala persona. A no tener sentimientos. Pero eso pensaba antes de abrir la puerta del apartamento y encontrarme a Michael tirado en el suelo sin vida. Entre los dos sofás se encontraba fallecido. Fui corriendo hacia él, ni siquiera cerré la puerta. Me puse de rodillas frente a él.

-Michael, Michael -dije zarandeándolo por si acaso estaba vivo. Estaba muerto, no notaba su pulso ni su respiración. Rompí en un mar de lágrimas.

Not About AngelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora