Capítulo 18

456 26 13
                                    

Entré a mi habitación, saqué un pijama y me lo puse. Me metí en la cama.

-Solo quiero que me des amor -susurré refiriéndome a Luke.

¿Por qué soy tan gilipollas? Me pregunté. Estaba muy enfadada conmigo misma. Quería volver a ser de Luke. Quería sentir sus caricias. Dormir junto a él. Que me dijera todos los días lo hermosa que me encontraba. Que me enseñara los lugares más bonitos del país. Que yo fuera su único centro de atención. Que no pudiese elevarme la voz. Que me besara cada vez que estaba triste. Que me despertara tirando piedrecitas a mí ventana desde la calle. Que me protegiera de todo aquello que me pudiera hacer daño. Sentirme protegida junto a él. Que todo fuera como antes de morir. Nada comparado con ahora, que parece que hay una barrera entre los dos. Una barrera que nos separa y no se puede romper. Cerré los ojos llenos de lágrimas y me quedé dormida.

Era media noche, me levanté de mi cama y me puse un vestido viejo. Me calcé con las botas de montar a caballo. Salí de mi casa y me dirigí al establo intentado hacer el menos ruido posible para que mi padre no se despertara y así evitar unos azotes.

Entré en el establo y saqué a Will, mi caballo. Ya llevaba la silla puesta y todo. Lo había dejado todo preparado para antes de irme a dormir. Me monté en el caballo con un poco de dificultad ya que éste era tremendamente alto. Salimos del establo y empezamos a galopar hacia el bosque. Mi sueño era encontrar a algún hada o algún ser mágico que me liberara de mi horrible vida.

Nos adentramos al interior del bosque. Notaba el aire helado meterse por debajo de mi ropa haciéndome tiritar de vez en cuando. El aire que expulsaba Will se convirtiá en baho al salir de él.

Paramos enfrente de un gran árbol. Me bajé de mi caballo. Empecé a andar y Will me seguía a donde yo fuera. Miré a mi alrededor, todo estaba plagado de árboles. El aire era demasiado frío. Estábamos a principios de invierno. ¿Cómo se me había podido ocurrir salir de casa con el frío que hacía? Me di la vuelta y empecé a andar en dirección a casa.

Oí unas ramas crujir en el suelo. Miré a Will por si había sido él el que las había roto. El caballo giró sus orejas a la dirección de las ramas rotas y me di cuenta de que él no había sido. Empecé a andar más rápido asustada. Entonces delante mío apareció un lobo. Nunca había visto un lobo. Y dudé que fuese un lobo normal. Ya que era casi igual de grande como mi caballo pero no tan alto. Will se puso de pie y empezó a relinchar preso por el pánico, y se fue al galope a casa, dejándome sola. Empecé a correr asustada. Corrí todo lo rápido que pude hasta que quedé acorralada. El lobo me miró de arriba a abajo. Deseaba no haber salido de mi casa ese día. El lobo se acercó jadeante hacia . Me puse a llorar desconsoladamente, pensaba que iba a morir. Estaba a punto de suceder, hasta que una luz blanca se puso delante mía. Esa luz empezó a tomar forma, una forma de ángel. Eso era, un ángel. Vestía totalmente de blanco, sus alas eran blancas. Era un chico alto, sólo lo veía por detrás y las lágrimas me emborronaban la visión, pero podía decir que era rubio. Emanaba luz y hacía que entornara los ojos. Hizo un gesto con las manos y el lobo se fue corriendo.

Not About AngelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora