4.-Valiosas y grandísimas promesas

50 1 0
                                    

Lectura Bíblica: Deuteronomio 7:9,11

Un matrimonio había salido de viaje. El esposo conducía feliz. Había hecho ya trescientos kilómetros sin dejar de mirar de reojo la velocidad que llevaban. De repente la esposa consultó la guía de carreteras y dijo: "Nos hemos perdido". "¿Y qué?", replicó el marido. "¡Llevamos una media estupenda!". Eso es lo que muchos hacen, van por el camino que quieren buscando alcanzar el éxito por sus propios medios (aunque no importe si estos son buenos o malos), creen que están bien, pero deberían recordar que cuando uno no sabe qué debe hacer las cosas no salen como uno espera, como cuando un hombre le pidió a su vecino que le ayudara a mover un sofá que no cabía por la puerta. Uno se fue a un extremo y el otro también, forcejearon un buen rato hasta que quedaron exhaustos, pero el sofá no se movía. "Olvídelo, jamás podremos meter esto" dijo el hombre. El vecino lo miró con extrañeza y le preguntó: "¡Ahh! ¿Se trataba de meterlo?"

Seguramente, al igual que todos, esperas recibir algo bueno, pero si no vives las promesas de Dios, no estás viviendo la vida que Dios tiene para ti. Estás solamente sobreviviendo, estás "bien", como el matrimonio en la carretera, cuando Dios quiere cumplir sus propósitos y su voluntad en tu vida, pero solamente lo va hacer por Sus promesas. Si no las conoces, o no haces lo que Dios te pide, jamás disfrutarás de los beneficios y bendiciones que buscas. Hay que entender primero que para recibir, debemos hacer, pero ¿Qué puede necesitar Dios de nosotros? Nada. ¿Qué le podemos dar? ¿Qué quiere Él recibir de nosotros? Obediencia: Que guardemos Sus palabras y las pongamos por obra (Juan 14:15; Levítico 26:3-12; 1 Pedro 1:14).

1. Una Promesa:

Es un acuerdo entre dos partes a través del cual una de ellas se compromete a realizar algo ante el cumplimiento de una condición. ¿Qué dice 1 Pedro 1:3-4a? Que Dios ya nos dio grandísimas y valiosas promesas por medio de Jesús, para que vivamos como Él quiere, y podamos ser como Dios.

Según Andrew Wommack: "Una promesa de Dios es una declaración de parte de Él (Dios) que lleva en sí el poder para cumplirse, siempre y cuando las condiciones se cumplan... Las promesas representan la manera que Dios usa para establecer su voluntad en el mundo". ¡La Biblia está llena de promesas porque Dios quiere bendecirnos! 2 Corintios 1:20 dice "porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios" Todas las promesas que Dios ha hecho se cumplen por medio de Jesucristo. Eso es seguro. Por eso, cuando alabamos a Dios por medio de Jesucristo, decimos "amén", que es firmeza sólida e incuestionable, veracidad, adhesión, seguridad: "Así sea". La frase, "por medio de nosotros," significa que depende de nosotros si recibimos la promesa o no.

El salmo 46:2-3 declara que aunque los montes se hundan en el mar y la tierra sea removida, no debemos temer, sino que podemos confiar en que el Señor es fiel (Números 23:19). Y Dios nos ha dado promesas que cubren cada área de la vida. No existe ninguna circunstancia ni ningún tema sin una promesa, la cual se pueda desatar para experimentar la voluntad de Dios.

2. Nuestra parte: Hebreos 10:36. Hay que hacer la voluntad de Dios, para recibir las promesas que Dios nos da. Para poder estar y vivir en la Presencia de Dios es necesario que obedezcamos lo que dice Su Palabra. Leamos Juan 14:21,23. "El que tiene mis mandamientos" ¿A qué se refiere esta parte del versículo? Aquel que tiene Sus mandamientos es aquel que abre su Biblia cada día, la estudia y le pide a Dios que haga el cambio en él. Es aquel que entiende que al escuchar la voz de Dios y obedecer, empezará a vivir la perfecta voluntad de Dios "y los guarda" Guardamos sus mandamientos cuando disponemos nuestro corazón a Su Palabra, y la tenemos como gran tesoro, y la aplicamos en todo lo que hacemos. "El que me ama" Debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, con todo nuestro ser, y ponerlo en primer lugar.

3. La promesa de Su presencia: "Será amado por mi Padre, y yo le amaré," Dios nos ama de una manera mucho mayor a cualquier amor que nos pueda dar este mundo, porque Él mismo es amor. Un amor tan pleno, tan grande, que no puede ser medido. "y me manifestaré a él... y haremos morada con él." ¿Cómo se ha manifestado Dios en tu vida? Normalmente la gente cree que cuando Dios se manifiesta lo hace por medio de ruido, o de un ángel, o mil cosas más, y lo puede hacer, pero Él quiere darse a conocer en tu vida. Ya lo ha hecho de millones de maneras, dándote salud, provisión, te ha protegido, te da vida cada mañana, etc. Porque Dios se hace manifiesto a través de Su creación, aunque a veces no nos damos cuenta, pero Dios siempre quiere mostrarnos Su amor, Su Presencia de una manera mucho más grande de lo que jamás te has imaginado. Recuerda, depende de ti.

Einstein se encontró con Charlot y le dijo: "Lo que admiro en usted es que su arte es universal, todo el mundo lo comprende". Charlot le respondió: "Lo suyo es mucho más digno de elogio: todo el mundo lo admira y prácticamente nadie lo comprende" Aunque muchas personas han tomado lo siguiente por pretexto, la Biblia no es como las matemáticas, incomprensible para muchos, es la Verdad que necesitamos y podemos entender. Recuerdo que (¡en la primaria!) un niño comentaba que su abuela había muerto después de leer Apocalipsis; la Biblia no es peligrosa, y tampoco está llena de puras obligaciones, de castigos o sólo de meras promesas, no hay palabras al aire ni mensajes escondidos. Algunas veces lo que Dios nos mande incluirá cambios drásticos y grandes en nuestras vidas, como ocurrió con Abraham (Génesis 12:1-4). Inclusive esos mandamientos pueden ser contrarios de lo que la sociedad nos dice, pero "...es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5:29). Si, puede que nos cueste obedecer a Dios en muchas cosas, y aunque a veces no veamos que las cosas salen bien por hacerlo, podemos tener la seguridad en que Dios obra a nuestro favor, bendice nuestra obediencia y cumple Sus promesas. Dios da Su Espíritu a los que le obedecen, y es mediante Su Espíritu que nuestras almas son purificadas por la obediencia a la verdad (1 Pedro 1:22)

Muchos ahora le dicen a Jesús: <<"Señor, Señor" bendíceme>> pero no le obedecen ni guardan sus mandamientos. ¿Qué debemos hacer nosotros? Deuteronomio 6:6-9. Guardar en nuestro corazón Su palabra y obedecerle en todo, aún con nuestros pensamientos (2 Corintios 10:5), y recibiremos Sus promesas.

"Dios, tú bendices a los que van por buen camino, a los que de todo corazón siguen tus enseñanzas. Ellos no hacen nada malo: sólo a ti te obedecen. Tú has ordenado que tus mandamientos se cumplan al pie de la letra. Quiero corregir mi conducta y cumplir tus mandamientos. Si los cumplo, no tendré de qué avergonzarme. Si me enseñas tu palabra, te alabaré de todo corazón y seré obediente a tus mandatos. ¡No me abandones!" (Salmos 119:1-8 TLA)

Tay-Reh'-O. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora