Tay-Reh'-O. 1

17 La lengua

Tema: ¿Con esa boquita comes alabas?

Lectura Bíblica: Santiago 3:1-12 (Versión PDT)

Introducción.

Dos estudiantes caminaban cierto día por una calle de Londres. De pronto uno de ellos se detuvo frente a una casa de empeños, para observar si había un buen traje que comprar. Encontró uno con anuncios que decían, "Con algunas manchas, gran reducción del precio". Ni el joven, ni nadie más compró ese traje, excepto una mujer que lo cortó para parchar otras cosas que tenía en casa. El traje, perdió su atractivo, el interés de la gente, su utilidad y su valor.

Y nosotros, ¿Seremos como ese traje? ¿Seremos muy buenos, pero tenemos un "pequeño" detalle? Seguramente no queremos perder nuestro valor, ni dejar de agradarle a Dios, o de vivir Su voluntad. Pero hay un pequeño defecto que ataca, entre otros, desde hace mucho tiempo a la humanidad: la lengua. Se nos ha hecho costumbre usarla para muchas cosas, menos para lo que fue hecha: Bendecir. Piénsalo, ¿Cuántas de tus palabras van destinadas a eso, y cuántas al chisme? ¿Cuántas a maldecir? "¡¿Maldecir?! Nunca" Podríamos decir, pero si entendemos que 'maldecir' significa 'hablar mal', las cosas cambian. Adelante se lee varias veces 'hablar mal', y no para referirnos a la falta de vocabulario, sino a difamar, maldecir, herir con las palabras, insultos, al hablar mal de otros, chismes, vulgaridades, mentiras, y palabras no honrosas que no sirven nada.

Desarrollo.

1. El valor de tus palabras (Vers. 1-2): "Hermanos míos, no sean todos maestros entre ustedes, pues ya saben que Dios juzgará con más severidad a los que somos maestros. Todos fallamos mucho, pero el que no cometa errores en lo que dice ha llegado a la perfección y puede controlar todo su cuerpo" La responsabilidad delante de Dios de todo lo que dices es grande, mayor a lo que pensamos. La gente que te rodea muchas veces va a prestar atención y hacer lo que dices, porque saben que tú conoces la Verdad; ten cuidado con lo que enseñas y hablas. Es muy interesante ver cómo la Biblia se refiere al que no habla erróneamente como alguien que ha llegado a la perfección, y puede controlar todo su cuerpo. Más adelante veremos cómo podemos ser justificados o condenados por nuestras palabras. Así que, si piensas que al abrir la boca será para mal, mejor no enseñes. Pero no te quedes así siempre, hay una solución.

2. La consecuencia de tus palabras (Vers. 3-8): "Nosotros ponemos el freno en la boca del caballo para que nos obedezca y así poder controlar todo su cuerpo. Con un pequeño timón los pilotos obligan a grandes barcos a ir a donde ellos quieren, aun en medio de fuertes vientos. De la misma manera, la lengua es una pequeña parte del cuerpo, pero presume de grandes cosas. Hasta un gran bosque puede incendiarse con una pequeña y débil llama de fuego. La lengua es como la chispa que prende el fuego. De todas las partes del cuerpo, la lengua es todo un mundo de maldad, contamina todo el cuerpo. La lengua incendia todo el curso de nuestra vida y sus llamas vienen del mismo infierno. Los hombres siempre han podido domar toda clase de animales salvajes, aves, reptiles y animales del mar. Pero ningún hombre puede domar su lengua. Es como un mal que no descansa y está llena de veneno mortal".

El peso de las palabras es muy grande, no sólo afectan a los demás, sino también a ti. Pueden destruir toda tu vida, llenarte de maldad, contaminar todo tu cuerpo, acabar con tu familia y con tu relación con las personas, y no sólo eso, sino que te hace 'no-apto' al Reino de los Cielos "tampoco los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los tramposos, ni los que maltratan a los demás con sus palabras, tendrán parte en el reino de Dios" dice 1 Corintios 6:10

3. La lengua para lo que es (Vers. 9-12): "Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre y con ella maldecimos a las personas que han sido creadas a imagen y semejanza de Dios. De manera que con la misma boca bendecimos y maldecimos. Eso, hermanos míos, no debería ser así. ¿Acaso puede dar un manantial agua dulce y agua amarga al mismo tiempo? Hermanos míos, ¿puede una higuera dar aceitunas y una vid higos? Así tampoco un manantial de agua salada puede dar agua dulce." Dice Santiago 3:9-12 (Versión PDT) ¿Alguna vez ha tratado de usar refresco en el cereal? ¿O su celular para equilibrar esa silla-columpio de su comedor? No lo creo. ¿Alguna de esas cosas es inútil (además de la silla)? No, ni el refresco, ni el celular. Simplemente son cosas que no fueron hechas para eso. Cada cosa tiene su lugar y propósito. ¿Alguna vez ha usado su lengua para gritarle (y no precisamente "Dios te bendiga") al conductor que se le cerró? ¿O para cambiarle el nombre a su transgresor por uno menos agradable? Ah, las cosas cambian, tal vez le sonó un poco menos mal que la idea de romper su celular al sentarse, y es ahí donde nuestro entendimiento debe ser renovado. Pero, vaya, ¿Decir una 'mala palabra' en defensa propia, será malo? Sí. Tú, como hijo de Dios, decidiste (y espero que sigas decidiendo) entregarle TODO a Dios. No puede ser tu Señor a medias. Tus palabras deben buscar el Reino de Dios, y alabar al Padre.

La Biblia enseña qué uso debemos darle a nuestra lengua en Efesios 4:29-32 "No digan malas palabras, sino palabras que ayuden y animen a los demás, para que lo que hablen le haga bien a quien los escuche. No hagan poner triste al Espíritu Santo, quien es la garantía para su completa liberación en el día señalado. Quítense de ustedes toda amargura, ira y enojo, gritos, calumnias y malicia. Sean amables y considerados unos con otros, y perdónense como Dios los ha perdonado a través de Cristo". Además, ya vimos que con la lengua, bendecimos a Dios.

No podrán salir de tu boca bendiciones si tú hablas lo primero que sale de tu estómago; si la usas para hablar mal. Y vaya que el mundo necesita bastante de gente como tú y yo, que conocemos el mensaje de Jesús, para bendecirlos, aconsejarlos (conforme a la palabra), y hablarles y mostrarles del amor de Dios. Ahí podemos ver de nuevo el versículo 2: si tú enfocas tu lengua a bendecir, lo podrás hacer con todo tu cuerpo. De lo contrario, si usas tu lengua para mal, no sólo pones una barrera a las bendiciones delante de ti, sino que privas de ellas a todos los que te rodean. ¡Qué responsabilidad tan grande es esa! Por eso Dios nos va a pedir cuentas por cada palabra que salga de nuestra boca. Lo dice la Biblia en Mateo 12:36-37 "Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado."

4. La solución: Renueva tu entendimiento, deja de hablar mal, rompe esa costumbre de hacerlo. Jesús nos aconseja qué debemos hacer para bendecir en Mateo 12:33-35 "Decidan si el árbol es bueno y el fruto es bueno, o si el árbol es malo y el fruto es malo. El árbol se conoce por sus frutos. ¡Partida de víboras! ¿Cómo pueden ustedes hablar lo bueno siendo tan malos? Lo que uno dice muestra lo que uno es en su corazón. El que es bueno lo es en su corazón y habla de lo que tiene allí; de igual manera el malo lo es en su corazón y habla de lo que tiene allí." Que en tu corazón abunde Dios, y Su palabra de bendición (a través de la oración, ayuno y estudio de la palabra), para que eso sea lo que salga por tu boca y se muestre en todo tu ser. Eso es lo mejor que puedes hablar y hacer. No hay palabras humanas más sabias ni un Camino a seguir más hermoso que el de Jesús.

conclusión.

Tal vez le parecía algo 'no tan malo' hablar mal, estar en chismes, maldecir, y desperdiciar las palabras en conversaciones vanas, pero una sola mancha hace que el traje pierda su valor y utilidad. Grandes cosas hay de parte de Dios para los que le aman, para los que permiten y quieren ser usados por Él, pero ese 'defectito' de la lengua hace que uno pierda esa oportunidad. La gente no usa su celular como sartén, y tu lengua no debe ser usada por ti a tu antojo, si quieres que todo tu ser sea usado por Dios. Controla tu lengua, y bendice. No sólo es no hablar mal, sino bendecir.