14 Todavía se puede hacer más

21 0 0
                                    

Tema: Todavía se puede hacer más

Lectura Bíblica: Mateo 25:34-40

Introducción.

En México, según un estudio realizado en este año, el número de hogares familiares supera los 30 millones. Eso representa más de 90 millones de personas en nuestro país que viven junto a su familia, o parte de ella. En el 2011, se registraron más de 90 mil divorcios, es decir, 16 por cada 100 matrimonios unidos en ese año. En ese mismo año, se encontró que casi la mitad de las mujeres casadas (44.8%) habían sido tratadas con violencia por su cónyuge. Prácticamente 1 de cada 5 mujeres, han recibido violencia. El año pasado, otro estudio reveló que entre el 15% y el 45% (según si es la mujer o el hombre) de uno de los miembros de las parejas aceptan haber sido infieles. En cada vez más lugares se acepta legal y socialmente la unión entre personas del mismo género, esperando que adoptando puedan conformar una "familia", (Preguntar al grupo) ¿Será que el modelo de Dios para las familias es ese conjunto de males? (Esperar respuestas) (Decir): Absolutamente no, Dios tiene algo mucho mejor que lo "normal" ante la sociedad.

Las anteriores pueden parecer simplemente estadísticas, pero la realidad es que las familias de nuestro país sufren. De una u otra manera, inclusive si no hay golpes, hay muchos problemas. Y es que, la gran mayoría de las personas que te rodean no tienen la mano de nuestro Dios para sostenerse a Él. Todas las personas con las que te cruzas en el trabajo, la calle, la escuela, y el transporte público tienen una gran necesidad de amor, la cual buscan llenar con una gran lista de cosas que el mundo ofrece, y que los destruyen, porque nadie se acerca a hablarles sobre el verdadero amor que necesitan: el de Jesús (Romanos 10:13-15). A Dios le importa la familia. Él la creó, y al hacernos Sus hijos nos hace parte de una gran familia, la más grande e importante, porque trasciende a la eternidad; pero hay muchos que no están en ella, personas que estimamos, que conocemos, que vemos y con las que nos cruzamos. Es importante que sean hijos de Dios, y nosotros debemos decírselos.

(Preguntar al grupo) ¿Alguna vez, te ha pasado que teniendo la oportunidad de ayudar a alguien, sientes que puedes hacer más? (Esperar respuestas) (Decir): Encontrando por la calle a un hombre con necesidad, esperando todos los días, todo el día, recibir algo para llevar a su "casa"; niños trabajando en las aceras para tener algo que comer; dando algún consejo después de escuchar los problemas de tu amigo o vecino en casa; haciendo algún favor o ayudando a alguien, hay que dar lo mejor que tenemos para dar.

Desarrollo.

1.No neguemos la ayuda: Como hijos de Dios podemos hacer mucho por quienes tienen necesidad de Dios. Proverbios 3:27-28 nos habla de que si podemos hacer el bien a alguien, no se lo neguemos, ni lo pospongamos, cuando podemos darle la mano en ese momento. (LEER) 1 Juan 3:17-18. La aflicción que puedas sufrir tal vez dure mucho tiempo, pero tú tienes a Dios a tu lado, ayudándote, dándote fuerzas. Pero, piensa en las personas que te rodean que no conocen a Jesús, ¿Quién está con ellos de esa manera? ¿Quién va a mostrarle al mundo que el modelo de Dios para la familia es mejor que el que se conoce? ¿Quién les va a ayudar a acercarse a Dios sino tú?

2.Seamos como Jesús: Hemos escuchado Su historia desde hace tanto tiempo. En las iglesias siempre está presente Su nombre. Pero más que ser denominados seguidores de Cristo, debemos comenzar a actuar, comenzar a serlo de corazón. Aprendamos de Jesús, dejemos que Él cambie nuestras familias y las que nos rodean a través de nosotros.

A) Seamos radicales. El Señor fue obediente en todo; por más que convivía con pecadores (Lucas 19:7), Él "contagiaba" al mundo, sin permitir que el mundo lo contaminara. (Preguntar al grupo) ¿Qué permites que entre a tu vida? ¿Qué permites que entre a tu casa? (Decir): Donde tú quieras que Dios esté, no puedes también permitir que entre lo malo. (LEER) 1 Pedro 1:14-16. Esta cita nos enseña que así como Dios es santo, es decir, que está apartado del mal, nosotros también debemos serlo en TODA nuestra manera de vivir, no sólo en la congregación, sino en TODAS partes. La gente decía: "¿Quién es este Jesús? ¿Por qué habla diferente? ¿Por qué actúa diferente?" Con nosotros debe de ser así. "¿Por qué eres diferente? ¿Por qué tu familia es diferente?" Entonces nosotros podremos decir, que es Dios en nuestras vidas. Debemos tener una forma distinta de hablar y de actuar. Así todos conocerán que somos discípulos de Jesús. Nuestra actitud no debe de ser permisiva al pecado, pero tampoco debemos condenar a nadie, pues Jesús no lo hizo.

B) Amemos de corazón. Jesús es misericordioso. Ama al necesitado. Cuando se le acercaba alguien con problemas, tenía compasión de él, y como ahora, el que viene a Él, no le echa fuera (Juan 6:37). Nosotros también, podemos ver la necesidad y hacer lo que Dios quiere que hagamos. La gente que te rodea, desde lo más profundo de sí, dice: "Necesito ayuda, muéstrame que hay amor para mí, muéstrame que las cosas no tienen que ser sólo problemas, que hay esperanza para mí y mi familia, dime que aún hay más". La mayoría de tus conocidos, compañeros, amigos y familia, sabe que existe un dios, pero no cree que Dios es real, y hace grandes cosas con los que creen en Él.¿Qué quiere Dios que hagamos, según Efesios 5:1-2? (Decir): Que escuchemos a Jesús y seamos imitadores de Él, andando en amor como Cristo nos amó. Aún en la misma iglesia, en la reunión en la que estás presente hay necesidad, pero Dios nos ha unido a Su familia, y estamos para ayudarnos sin esperar a que nos ayuden, eso es lo que el Maestro nos enseña, y que debemos de hacer, porque mejor es dar que recibir.

C) Prediquemos a Jesús: Ciertamente podemos dar mucha ayuda. Aún si no tenemos mucho dinero para dar, tenemos aún algo mucho mejor. Podemos hacer mucho más. Tenemos las buenas nuevas. El mundo entero suele tener valores que no valen nada, y van tras cosas que de nada sirven, dirigidos a una eternidad de muerte y perdición; creen que la salida a los problemas reside en algún político, en otra persona, en el dinero, la fama. Pero necesitan saber que Dios los ama, que quiere darles vida eterna. Nosotros conocemos ese evangelio: (LEER) Juan 3:16-17

conclusión.

Dios te ama. Dios ama a tu familia. Un día Él te mostró ese amor ¿Lo puedes recordar? Ese día, y tal vez mucho tiempo antes, durante y después de eso, Dios usó a alguien para hablarte de Él. Muchos esperan por ti, porque tú hagas lo mismo y les hables de Él. No te rindas. Muchas veces será difícil, pero si Jesús lo dio todo, nosotros podemos dar también de nosotros para que nuestra sociedad y sus familias sean salvas. Piensa en alguien: tal vez se te ha acercado últimamente para contarte un problema, o has visto que está decaído. Por ahora, enfócate en esta semana a predicarle; hay mucho que hacer, muchas personas que necesitan escuchar del amor de Dios y ser de Su familia. Todavía podemos hacer más.

Tay-Reh'-O. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora