Lectura Bíblica: SALMOS 138:8
El mundo se torna en una gran lucha por sobresalir y ser “alguien” en la vida, determinando si esto o el otro vale más la pena. Dejando atrás a la familia, su salud, su vida; pero sobre todo dejando a Dios a un lado. Así andan millones, buscando cumplir su propósito en la vida; buscan dejar una marca en este mundo. La mayoría, en estas fechas está pensando que el presente año va a ser mejor que el pasado: no cometerán los mismos errores, bajarán más de peso, tendrán más dinero, algo material, más tiempo con su familia. Esta vez las cosas serán diferentes. Eso quisiéramos todos: cada día siendo mejor que el anterior. Porque así mismo, los problemas parecen ser cada vez mayores, y no hay en quién confiar. ¿Sabes exactamente qué depara este año? Yo no.
A veces, sin darnos cuenta vamos en el camino equivocado, que no nos lleva a hacer lo que Dios predestinó para nosotros desde antes de que naciéramos, por obstinación o falta de fe. Porque ciertamente Él tiene un propósito específico para cada uno. Tener los mismos propósitos que Dios tiene para nosotros en este año, y en toda nuestra vida, es lo mejor que podemos hacer.
1.Identidad: Hay miles de millones de personas en este mundo. Muchos mueren cada día, y otros más nacen. Todos con metas en mente. Y así pasa el tiempo, retrasando sus 12 propósitos por años, y al final, muchos se quedan en el olvido. Como hijos de Dios, nuestros propósitos no deben ser minimizados, lo que debemos tener en mente no son cosas sin valor. Nuestra meta es en Cristo (Filipenses 3:14), y por ello, Él debe ser el primer lugar en nuestras vidas. Jesús es nuestro destino, por lo tanto cada acción debe llevarnos hacia Él. El tiempo que tenemos en esta tierra es muy corto, y nadie lo tiene asegurado. Cuando Dios quiera, nos llamará a Su presencia. Cada segundo es valioso, y a veces cometemos el gravísimo error de desperdiciarlos. No trates de ser “alguien”, porque ni el mayor “alguien” tiene un lugar eterno en el Reino si el Padre no lo quiere así. No eres cualquier persona, eres un hijo de Dios. Halla en Él tu identidad y propósito.
2.Propósito: Tus propósitos son las cosas que esperas hacer o que sucedan en un futuro. Recuerda tus 12 propósitos de año, y piénsalo bien. ¿Realmente es lo que más quieres que suceda en el futuro? ¿Son tus prioridades? ¿Serán las prioridades de Dios para tu vida? Hay cientos de cosas que son menos necesarias, y sin embargo, dejamos que estén en nuestro corazón, distrayendo nuestra mirada del Reino de los cielos. Sí es bueno desear buenas cosas para nuestras vidas, pero establecer los propósitos que Dios tiene en Su corazón es mejor; búscalos en Su reino, y todo lo demás vendrá por añadidura: todo (Mateo 6:33). Lamentaciones 3:37 enseña que nada sucede si el Señor no lo ordena así. No te esfuerces sino en hacer Su voluntad. Alinéate en oración al propósito de Dios.
3.Nuestro mayor ejemplo: es Jesús, Él sufrió; fue abandonado, negado, traicionado. Se burlaron de Él. Fue humillado, siendo Rey. Se quedó sólo al final, en una cruz. Nadie pone eso en su lista de propósitos de año nuevo. Pero Jesús vivió todo eso, sabiendo todo lo que iba a suceder, todo el dolor que sufriría, pero también la recompensa. Porque era lo que el Padre quería. Era lo mejor para todos nosotros. No dejo las cosas a medias. No se rindió. Venció a la muerte y resucitó. Si Jesús, siendo 100% Dios, pero también 100% hombre, vivió el propósito de Dios hasta el fin, tratándose de eso, ¿Por qué nosotros no?
4.Promesas: “Señor, tú cumplirás lo que has prometido hacer para mí. Señor, tu fiel amor es para siempre; por eso sé que no abandonarás a quienes tú mismo creaste.” Dice el Salmo 138:8 (Versión PDT) Ten paz. Lo que Dios ha dicho para tu vida, lo va a hacer. Lo que Él ha prometido hacer contigo, lo va a cumplir. Cuando Él dijo: “Sea la luz”, la luz fue, y Dios vio que era buena. (Génesis 1:3-4) Así fue con toda la creación, y así es en todo lo que hace. Lo que Él dice, lo hace, y bien; lo que habla, lo ejecuta; porque no es hombre para mentir, ni hijo de hombre para arrepentirse (Números 23:19). Confía en Sus promesas, aunque no veas. Dios jamás te va a dejar de amar, pues Su amor es fiel y eterno. Su amor no depende de nuestras actitudes o acciones; ni de las circunstancias o del pasado, tampoco del futuro. Es constante, porque Él es Dios. El Señor que creó todas las cosas, te creó a ti. Y no va a abandonar a Su creación. Aunque tu padre y tu madre te dejaren, con todo Jehová te recogerá (Salmos 27:10). No temas, Él te redimió y te puso tu nombre (Isaías 43:1). Eres de Dios.
Puedes tener planes para este año, pero El Señor tiene un plan mayor, especial; no sólo para los siguientes días, sino para cada día de todos los años de tu vida. Porque Él conoce las palabras que vas a decir antes de que salgan de tu boca, conoce todo sobre ti, y hasta tus cabellos los tiene contados. Confía en Él. Si tú permites que Dios tome el control de todo, en todo verás Su propósito cumplido en ti. Dios tiene un plan, y no te deja sólo mientras lo vives.
Este año, será uno muy grande, si decides entregarlo todo. El plan de Dios para Sus hijos no se restringe con el darte una eternidad en el Cielo. Él dio a Su Hijo Jesús para que Su presencia pudiera ser disfrutada en todo el mundo. Sólo así, muriendo por nosotros, podíamos rendirlo todo a Dios, y Él tendría el control de todo, por amor de nosotros y de Su ser.
Conclusión.
En este siglo, lleno de maldad, de muerte, enfermedad, cáncer, tristeza, pobreza, problemas, divorcio, Dios nos da una promesa. Ésta no se trata de absolvernos de todo problema en nuestras vidas, se trata de la presencia de Cristo en medio de ellos. Si miras hacia atrás, seguramente verás que Dios ha estado contigo, aun cuando te guiaba por lugares por los que no querías ir; y lo que es hoy, es por el fiel amor de Dios que estaba contigo. Tienes un Dios que está contigo a través de todo, y cualquier cosa que venga en el futuro, Dios está ahí, y tiene un plan para tu vida. Antes de que la tormenta te golpeé, Dios ya tiene un plan para que la pases, porque es tu Padre, quien fue, quien es y quien ha de venir; quien viene por ti y es poderoso para salvarte. Dios es confiable por completo. Confía en Él. Si te salvó de la muerte, dando a Su único Hijo, ¿Qué te negará? ¿En qué no te podrá ayudar? Dios está ahí a tu lado, justo ahora, a través de cualquier cosa. ¿Lo puedes reconocer? Siempre ha estado ahí. Ni hambre, ni la muerte, ni lo alto, ni lo profundo, ni ángeles, ni potestades, ni el presente, ni el futuro, NADA, te puede separar de Su amor. Esa es la promesa: estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, siendo nuestro Padre y amigo, todo lo que necesitamos; revelando SU plan y cumpliéndolo.
Si tan sólo entendiéramos en lo profundo de nuestro corazón, que las palabras de Jesús no son sólo leyes que nos vemos obligados a cumplir. Me imagino a Jesús hablando con amor aconsejándonos lo que es bueno que hagamos; advirtiéndonos de los malos caminos que nos hacen daño y terminan destruyendo. Ese amor de Padre y Creador de cada uno, clamando a gran voz por nuestro amor. Si fuéramos obedientes a todo lo que está en Su palabra; si ésta fuera nuestro entorno, y la presencia de Dios nuestro respirar; Si tan sólo lográramos dejar de ver todo lo que nos rodea, y prestáramos atención a Dios diciéndonos: “Tengo un plan para tu vida, tranquilo; Yo te doy paz que sobrepasa todo entendimiento. Aunque no puedas comprender lo que Yo hago, tienes que saber que Yo soy tu Dios, y tú eres mi pueblo. Yo soy tu padre, y tú mi hijo. No te voy a dejar.”; Si prestáramos nuestros oídos al Cielo, escuchando la dirección continua que nuestro pastor nos da. Si esto hiciéramos, veríamos el propósito de Dios, su buena voluntad, agradable y perfecta, cumpliéndose en nuestra vida, por Su fiel amor, que nunca abandona.
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Tay-Reh'-O. 1
SpiritualitéEsta es la primera recopilación de estudios bíblicos a nombre de MejorLeeTuBiblia. He revisado, leído, estudiado, y analizado estos 20 estudios de diferentes tópicos realizados en un periodo de 2 años, y hay mucho que no recordaba. No me cabe duda q...