6 Doce propósitos

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Lectura Bíblica: Isaías 55:8-9

En la noche del 31 de diciembre, al escucharse las doce campanadas que marcan el inicio de un nuevo año, millones de personas se reúnen con sus familiares y amigos para festejar. Doce campanadas, doce meses, doce uvas, doce propósitos para cumplir en un nuevo periodo. Como un dato curioso, esta festividad es la más antigua y universal, se realizaba desde el año 2000 a.C. en Babilonia, antes de que existiera un calendario anual, pero el tiempo entre la siembra y la cosecha de los campos representaba un ciclo, el cual terminaba en lo que ahora es el mes de marzo. Continuó siendo festejado ese mes hasta el año 1582 cuando surge el calendario Juliano, en el que se marca el mes de Jano (el dios griego de los inicios) como el comienzo del año. Así fue la aceptación general del primer día de enero como una fiesta para estar con nuestros seres queridos y hacernos propósitos de mejora.

Y no sólo en "año nuevo" tenemos deseos, sino que a lo largo de nuestras vidas todos nos hacemos propósitos que nos beneficiarán, buscamos qué tiene más importancia para nosotros y, en base a eso, decidimos en que queremos mejorar, crecer y cambiar en muchos aspectos. Pensamos qué queremos tener o cómo queremos ser y qué tenemos que hacer para conseguirlo, y nos hacemos a ese propósito.

Los propósitos que más se hacen en todo el mundo, en orden de frecuencia, son: Bajar de peso, hacer ejercicio, ahorrar, ser mejor persona, ayudar más, dejar vicios y/o hábitos, conseguir o mejorar una relación con su pareja, viajar o salir de vacaciones, conseguir un empleo o ascender de puesto, tener una mejor relación con su familia, dejar las deudas, tener un automóvil, aprender más, y por último tener buena salud. Se dice que sólo la quinta parte de los que se hacen propósitos los logran, y el 25% los abandona antes de los tres meses. Pero que eso sea normal, no quiere decir que sea lo correcto, entonces, ¿Qué diferencia hay entre lo común y lo que hacen los hijos de Dios?

1. Propósito: Esta palabra viene del griego "Propositum" que es la intención o ánimo de hacer o dejar de hacer algo. En otro sentido, es un objetivo o algo que se quiere conseguir, o el sentido que se le da a algo. A lo largo de toda nuestra vida, deseamos no sólo para nosotros, sino para los que nos rodean, felicidad, bienestar, etc. ¿Será que con sólo ese deseo, "intención", o "ánimo" la obtendremos? No, la Biblia dice en proverbios 14:23 (PDT) "Si trabajas duro, sacarás provecho, pero si no haces más que hablar sólo tendrás miseria" ¿Qué tenemos que hacer entonces? Si queremos terminar en la pobreza, nos basta con sólo hablar, pero si no queremos eso, entonces debemos trabajar duro, pero ahora la pregunta es, ¿En qué tenemos que trabajar duro?

2. En qué tenemos que poner nuestros ojos: La Biblia sí nos dice qué propósito debemos de hacernos, 1 Crónicas 22:19 (DHH) dice: "Por tanto, haceos ahora el firme propósito de buscar al Señor vuestro Dios" Muchas veces cometemos el error de querer ajustar nuestros planes para darle a Dios un poco de espacio, y acomodar a Dios a nuestros planes, cuando deberíamos de hacer lo contrario.

Dios no concede caprichos, pero sí tiene cuidado de todas y cada una de nuestras necesidades, como menciona Mateo 6:31-33. La versión NTV dice en el verso 33:

"Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten".

Así que tus propósitos no sean tener más dinero, más salud, más prosperidad, sino que sean buscar a Dios, y entonces lo encontrarás y Él te dará todo lo que necesites. Filipenses 4:8-9 nos dice en qué debemos de poner nuestros ojos:

"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros"

3. ¿Qué va primero?: Hay que ante todo, entregarle nuestra vida entera a Dios, nuestros deseos, sueños, anhelos, propósitos, ¡No se comparan en nada con lo que Dios tiene para nosotros! Leamos Jeremías 2:13, Eclesiastés 5:10 y Eclesiastés 6:7, ¿Qué menciona este versículo sobre el hombre que trabaja sin tomar en cuenta a Dios? Por más que trabaja, no se sacia. Más Dios nos dice en Salmos 81:10

"Yo soy Jehová tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto; Abre tu boca, y yo la llenaré".

Hacer planes no tiene sentido si no son guiados por Dios, ¿Qué dice la Biblia en Santiago 4:13-15? No sabemos lo que pasará mañana como para hacer planes, debemos de escuchar lo que Dios quiere y actuarlo. La voluntad de Dios, se hará en todo momento.

Conclusión.

Eres un hijo de Dios y por lo tanto, Él tiene cuidado de ti, y quiere darte todo Su amor, pero es necesario que seas paciente, y primero renuncies a tus deseos, para que Él pueda obrar en ti y darte más de lo que esperas, más de lo que siempre has querido. Si aún no has tomado la decisión de entregarle tu vida a Dios, ahora es el momento, permite que Él sea el Rey de tu vida, hay un gran Amor esperando por ti. Que los planes de Dios sean tus planes, es una gran decisión que puedes tomar hoy.

. "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos" (Isaías 55:8-9)

"Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis." (Jeremías 29:11)

Tay-Reh'-O. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora