(Narra TN)
Nada más levantarme me acerqué al calendario para tachar el día. ¡Ya solo quedaban dos semanas para mi cumpleaños! ¡Qué emoción, qué emoción! Me puse a dar saltos de alegría.
—¿Por qué tan contenta? —escuché preguntar a Law. ¡Por favor! ¡Qué sustos me daba! Me llevé una mano al pecho.
—Porque queda poco para mi cumpleaños —contesté, sonriendo.
—Entonces... Estás tan contenta porque te voy a besar dentro de poco, ¿no? —preguntó con su maldita sonrisa. Esa sonrisa que le hacía todavía más guapo si eso era posible.
—Puede que sea una de las razones... —dije, divertida. Se quedó algo parado. Sabía que sería una buena respuesta. Punto para mí—. A ver, hoy voy a estar fuera. Vamos a preparar la «Caza de los huevos de pascua», para los pequeños del vecindario. Así que, por favor, necesito estar tranquila.
—¿Consiste en esconder huevos y que los niños los busquen? —preguntó él.
—Exacto. Y esos huevos tienen premios dentro —acabé de aclararle—. Ahora voy a desayunar y a vestirme. Puedes ir a divertirte por la ciudad si quieres.
No le di tiempo a contestar. Salí rápidamente de la habitación, ya que se me había hecho un poco tarde. Había pospuesto la alarma dos veces. Me preparé algo de café e hice rápidamente unos huevos revueltos. Por suerte, cuando llegué a la habitación, Law no estaba allí, así que pude cambiarme rápido. Me puse algo cómodo, unas mallas negras, una sudadera gris y las deportivas negras. Cogí una pequeña mochila con lo necesario y salí de la habitación.
—Adiós mamá, adiós Helena. Voy a ayudar a preparar las cosas —me despedí, mientras pasaba por el salón. Alguien mayor de cada casa debía colaborar, pero mamá estaba ocupada con sus tareas, y a mí me hacía ilusión, así que...
—Adiós, cariño —se despidió mi madre.
—¡No lo pongáis muy difícil! —exclamó Helena, que estaba ansiosa por que llegara la tarde y empezar a jugar.
Cuando salí de casa me dirigí hacia el parque. Todos los años de celebraba ahí, ya que era el lugar más espacioso y con más posibilidades para esconder las cosas. Estaba a unos pocos minutos de mi casa, así que no tarde mucho en llegar. A lo lejos vi al resto de vecinos. Encima de unas mesas había cajas y bolsas con todo el material necesario.
—Hola, (TN). Muchas gracias por venir. Siempre viene bien a ayuda, sobre todo de gente joven —comentó la señora Smith, cuando llegué hasta ellos- Ahora estábamos a punto de montar los huevos y meter los premios.
—Buenos días. Está bien, vamos a ello —dije, emocionada, mientras me ponía en frente de una de las mesas.
Eran huevos de plástico, más grandes que los de verdad. Estaban partidos en dos partes, metías los premios y los montabas. Había varios tipos de premios, figuritas de chocolate, caramelos, muñequitos de plástico... Fui metiendo uno de cada dentro del huevo y los fui dejando en la caja, como hacía el resto.
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Mi demonio personal «Law x Lectora»
RomanceLos padres de (TN) se mudaron a la ciudad de Londres por cuestiones laborales. Poco después de llegar tuvieron a la niña. (TN) tiene una vida ideal: una preciosa casa a las afueras de la ciudad, un buen colegio y muchos amigos. No le falta de nada...