Capítulo 12

2.7K 391 167
                                    

(Narra TN)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Narra TN)

Ese lunes después del cumpleaños ya no teníamos clase. Eran las vacaciones de Pascua, teníamos fiesta casi dos semanas, hasta la última semana de Abril. Me encantaban esas vacaciones. Bueno, esas y las de Navidad eran mis favoritas. 

Mi hermana y yo estábamos disfrutando de nuestro primer día sin clases en un parque que había cerca de nuestra casa. Había una extensa zona de hierba donde las familias ponían sus mantas y comían juntas. Mamá no había venido con nosotras porque se había quedado cuidando de mi padre. Le había pedido a Law que se quedara vigilando, por si a ese idiota se le ocurría hacerle daño. Había aceptado pero más tarde me diría que quería a cambio. Le prometí que haría lo que fuera... Él solo sonrió de lado. ¡A saber!

—Voy a ver los patos —dijo Helena, mientras dejaba encima de la manta las cartas con las que estábamos jugando. Le miré mientras se acercaba al estanque que estaba a unos pocos metros de allí. ¡Qué mayor estaba! Ya tenía nueve años y pronto cumpliría diez.

—¿Cómo va la tarde, (TN)-ya? —escuché cerca de mi oído. Mi cuerpo dio una rápida sacudida por el susto.

—Law... —murmuré, intentando mantener la calma. No me giré e intente mover poco los labios o la gente se pensaría que estaba loca—. ¿Qué haces aquí? ¿Y mi madre?

—Tú padre se ha ido de casa... No ha dicho dónde iba. Al trabajo supongo. Como ya no había peligro he decidido venir a visitaros —contestó, tranquilamente.

—Pues no molestes...Y no pienso hacer nada malo. Ni ahogar a mi hermana en el estanque ni nada parecido —susurré, frunciendo el ceño.

—Qué ideas tan perversas tienes... No se me había ocurrido —comentó sonriendo de lado. Ya, claro. De repente noté sus labios muy cerca de mi cuello—. Estaba pensando en otra cosa... ¿Qué te parecería perder tu virginidad en el parque?

—Ni hablar —murmuré, mientras mis mejillas se sonrojaban. Me moví un poco para apartarme de él.

—Bueno, os dejo disfrutar. Voy a ver si encuentro a algún idiota con el que divertirme —dijo, antes de desaparecer.

Suspiré. Mierda. Cada vez me sentía más atraída por él. Ya no sabía si de verdad le gustaba, si solo lo hacía para corromperme o si lo decía de broma... ¿Podría llegar a sentir algo por mí? Es decir, era un demonio. ¿Los demonios podrían sentir esa clase de cosas?

Después de pasar un rato más en el parque, recogimos todo entre las dos y empezamos nuestro camino a casa. Habíamos hecho bien en ir al parque. No había muchos días soleados en Londres. Cuando abrí la puerta de casa, Helena entró rápidamente y se fue a su habitación. Cuando cerré la puerta me fijé que había una nota en el suelo. Me agaché para recogerla.

«Me voy del país con el verdadero amor de mi vida. Enviaré el dinero necesario para que a las niñas no les falte de nada. Hasta nunca».

Mi demonio personal  «Law x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora