Capítulo 24

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(Narra TN)

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(Narra TN)

Estaba bastante nerviosa por no poder hacerlo bien, pero no tenía miedo. Me sentía segura gracias a Law y al ángel. Di una vuelta a la casa para llamar la atención del demonio y volví a esconderme. Me había visto, no tardaría en venir.

Unos segundos después estaba en frente de mí, a unos metros. Este no daba tanto miedo como el otro, tenía forma de persona normal. Se fue acercando a mí lentamente. No parecía sorprendido porque le estuviera viendo. Estiré el brazo hacia delante. Debía pensar en algo, rápido. Escuché su voz en mí cabeza. «Quítate la ropa y deja que te folle». ¡Pero bueno! ¿Qué le pasaba a este tipo? ¿A cuántas chicas les habría hecho lo mismo? Noté un pinchazo en mi cabeza, ya que obviamente me resistí a seguir sus indicaciones. Sin embargo, estaba acostumbrada a las órdenes de Law, que era más poderoso. Fue más fácil resistirlo, pero aun así, el dolor no me dejaba concentrarme bien.

Mierda. No podía dejar que esto les pasará a mi madre y a mi hermana. Ese maldito o cualquier otro influyendo a alguna de ellas para violarla... ¡Ni hablar! Noté que mi mano empezaba a temblar, sentía una gran presión y notaba que la piel me ardía. Aun así, no quería cerrar los ojos. Si ese ser se desintegraba quería observarlo. No veía nada salir de mi mano, pero, poco a poco, el demonio iba desapareciendo. Era como si su cuerpo se fuera convirtiendo en ceniza y el viento se la llevara.

Cuando desapareció del todo caí de rodillas en la hierba. No sabía si me dolía más la mano o la cabeza, pero... ¡Lo había conseguido! Enseguida aparecieron los dos en frente de mí.

—(TN)-ya, ¿estás bien? —preguntó Law, preocupado, mientras se agachaba frente a mí. Asentí y me incorporé poco a poco. Él me ofreció su mano para ayudarme.

—¡Lo he conseguido! —exclamé, emocionada. Él sonrió de lado.

—¡Ha sido increíble! —gritó el ángel, contento—. ¿En qué momento feliz has pensado?

—La verdad... Es que en ninguno —confesé. Él me miró sorprendido—. Es que... Él ha intentado influenciarme para algo y he imaginado que le hacía lo mismo a mi madre o a mi hermana y que no quería que pasara.

—Oh, vaya... Puede que eso también sea efectivo —comentó el ángel, pensativo.

—¿Qué te decía que hicieras? —preguntó Law, serio.

—No importa, la cuestión es que lo he conseguido —contesté, contenta, desviando el tema.

—Bueno, (TN), lo dejaremos por hoy. Mañana tienes clase. Con uno al día vamos bien, pero el viernes podemos entretenernos más —dijo el ser de luz. Asentí con una sonrisa.

Law se acercó y me cogió de los hombros. Otra vez aquella extraña sensación. Ya no dolía tanto como la primera vez, pero seguía sin ser del todo agradable. Era como si te sacudieran y todo tu cuerpo se removiera por dentro. Cuando abrí los ojos estábamos en mi habitación, pero solo estaba con él. El ángel no había aparecido.

Mi demonio personal  «Law x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora