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-Esto de interrogar personas en los sótanos me está cansando...

Exclamé en cuánto vi a través del cristal de mi ventana la figura de Elijah.

-¿Qué se siente la muerte?-. Preguntó ofreciéndome vino de la botella que traía

-Ojalá pudiera decírtelo pero, creo que jamás estuve muerta-. Se lo acepté, lo tome entre mis manos e hice ademán de brindar

Bajó la mirada y después la dirigió nuevamente a mí. Sentado en el borde de mi cama. Con un traje negro impecable...

-No se lo digas a el hombre que te vio arrojarte y arder en las llamas, con lágrimas en los ojos-. Apretó sus puños.-
...Qué tuvo qué matar por meses para volver a sentirse vivo...

Mi corazón dio un vuelco. ¿A qué se refería?

-Elijah, yo...

-Aunque digas que si, se qué jamás me perdonarás por dejarte aquel día

Otra vez esta conversación. Era lo que yo menos deseaba.

-Se que estabas asustado por Hayley. ¿Cómo esta ella?

Intenté cambiar el tema lo antes posible y él lo notó. Asi que se puso de pie y se recargó en el marco de la puerta.

-Después de resucitar, se fue con Hope a el sur de Florida. Necesitaban pasar completamente inadvertidas

-Espero que eso le trajera algo de paz a Klaus también-. Suspire y él asintio

-A todos.

Dicho esto, se dio la media vuelta caminando hacia la puerta...

-¿Por que me preguntaste qué se sentia morir?

Él se detuvo... Estaba de espaldas pero estoy segura de que sonrió.

-Por qué queria estar preparado para ello. Puede pasar dentro de 10 siglos, 10 años... O 10 minutos

Rodé los ojos y tome su brazo.

-No dejes que tu paranoia te lleve más lejos. Son cazadores

-Si, tal vez tienes razón...

Sonrió melancólicamente y besó mi mano, después tomó aire y siguió caminando hasta que lo perdí de vista.

Tal vez yo había exagerado con Elijah... Él era un hombre más decente que conocía, en este mundo de bestias...

Pero uno nunca sabe qué animal puede despertar... Y no quería arriesgarme una vez más

Tenía una larga historia con los chicos malos: Algunos habían intentando matarme, otros sacrificarme... Pero no iba a permitir qué alguien se divirtiera con mi corazón

Es la peor forma de morir...

Por qué sigues abriendo los ojos al amanecer... y lidiando con ello

Te duele respirar por un dolor en tu pecho que no se aliviará

Incluso, odias el anochecer. Por qué los recuerdos reviven y tus ojos se pueden humedecer

Nadie te enviará más flores que en tu muerte...

Es confiarle tu alma a otra persona... Y e aprendido qué eso no se hace.

Cerré la ventana de mi habitación y me acosté, mirando hacia el techo, intentando conciliar el sueño

Me prometí que no moriría sin saber a quién elegiría...

A Klaus, con esos ojos oceánicos y sonrisa psicópata

La Última Salvatore IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora