Niño Bien | En Pausa

16.

Emilio.

Pasó un rato, Joaquín se acercó a nosotros, estaba emocionado, abrazó a su mamá y a Reni, fue directo con su mejor amiga, Any, debo admitir que mi corazón se estrujó un poco ante aquella acción, pero yo no compartía con la chica, no, era su mejor amiga, ella había estado para él en todo momento, yo lo había dejado, mis padres habían causado eso y de una u otra forma, me dolía.

Finalmente se acercó a mí, me regaló una sonrisa sincera, lo abracé fuertemente y con tan solo unos segundos yo me sentía pleno, en paz, la felicidad que Joaquín irradiaba se transmitía a quien lo viera, me gustaba verlo sonreír y quería que siempre fuera así.

Eli propuso ir a cenar, todos estuvimos de acuerdo, era un buen momento para celebrar y convivir con mis amigos, pero sobre todo con Joaquín.

Llegamos a un restaurante, en todo el trayecto estuve platicando con Blue, Joaco no me hizo caso, al parecer tenía muchas cosas que contarle a Any.

La noche pasó, era Sábado, así que a Reni se le hizo buena idea hacer una pijamada, estaba de acuerdo, era una manera más de convivir con aquellas personas que comenzaban a tomar cierta importancia en mi vida, cosa que nunca antes había sucedido si no se tratase de mi familia.

Llamé a mamá, al tratarse de los Gress, no dijo que no, aceptó sin más. Era tarde y salimos con dirección a la casa, estaba perdido en mis pensamientos ¿Lo que había pasado esta noche en realidad significa algo? Estaba confundido, no sabía que pensar, no sabía si hacerle caso al corazón era una buena idea.

Joaco me saco del trance, no estaba al tanto de la plática, así que solo lo mire y le regale una sonrisa.

- Y tú eres Emilio ah, mucho gusto, mi nombre es Ana, pero puedes llamarme Any. -

- Es un gusto, Any. - hablé un tanto molesto, no entendía el porque.

El resto del trayecto estuve revisando mi celular, mis seguidores habían causado un alboroto ante las imágenes que había subido del concierto de hace unas horas, en realidad me agradaba leer los mensajes, la mayoría tenía relación con el shipp que las chicas habían creado Emiliaco, era la unión de nuestros nombres y sonaba bien a decir verdad, de igual forma me encontré con un mensaje de Romi
- ¿Él es el chico que te gusta Mailo? - mi pulso incrementó ¿Tan notorio había sido?.

Llegamos a casa de Joaco, Eli nos preparó algunas botanas y colocó bebidas en la pequeña mesa de centro que había en la sala, a decir verdad me agrada estar aquí, el ambiente se siente relajado, tan pleno al igual que Joaquín.

La noche comenzó, llena de juegos que parecían unirme a ellos cada vez más, la idea de Any de jugar el famoso juego de la botella, no me parecía una excelente idea, Any era mayor que nosotros y sabía que el juego solía ser algo atrevido, pero al final terminaron aceptando, no quería quedar como aquel amargado así que decidí jugar, ¿Que podía salir mal?.

Las rondas iniciaron, la primera en caer fue Blue, quién tuvo que cortar un mechón de su cabello como parte de un reto que su mismo hermano le había puesto, las rondas siguieron, nada fuera de lo común, hasta que aquel objeto de detuvo frente a mí, Any sería quién preguntaría está vez,
Trágame tierra.

- Mmm, Emilio ¿Verdad o Reto? -
- Verdad - contesté luego de unos segundos.
- ¿Es verdad que te gusta Joaco? -
Sentía mis mejillas arder, no sabía que contestar, no dije una palabra, sólo lo miré y esbocé una sonrisa.

Joaquín.

Sin duda me había tomado por sorpresa aquella pregunta, le había contado a Any sobre Mailo, ella sabía que yo comenzaba a sentir cosas por él, pero no me parecía el momento indicado para contestar, así que decidí interrumpir el juego.

- Emi, ¿Te parece si me acompañas a la cocina por un poco más de palomitas? - tome el recipiente y me levanté de mi lugar, no sin antes lanzar una mirada amenazante hacia mi mejor amiga, me di la vuelta y espere a que Emi se levantara para continuar hacia la cocina.

- Si, claro Joaco, yo te sigo - se levantó y camino a mis espaldas.

Llegamos a la cocina, yo no me sentía bien, luego de la última mirada que lanzó Eduardo hacia mí no me sentía como antes, algo era diferente.

Emilio llegó y se posó a mi lado, dejando la bandeja sobre la barra.

- ¿Está todo bien Joaco? - me miró, intentando decifrar lo que sucedía.

Sólo pude decir que no con la cabeza y cuando menos lo espere yo ya me encontraba sobre sus brazos, había perdido el conocimiento pero Emilio no me había dejado caer, ví todo negro, una escena más se proyectaba en mi cabeza.

« -Yo sólo quiero hacer música Pa', eso es lo que me gusta hacer- hablaba un Eduardo de tan sólo 15 años, con los ojos cristalizados y una mirada  reflejando su furia.
- Entiende que no estás hecho para ello, tú trabajas conmigo, tenemos un proyecto y no quiero que éste se arruine por un estúpido capricho tuyo- Juan estaba molesto, tomó el libro que Eduardo sostenía entre sus manos y comenzó a arrancar una a una las páginas que con tanto trabajo había podido terminar, algo se rompió dentro de él, su padre lo había lastimado, había cortado sus alas de la peor manera. Juan dejo los restos de aquel librillo tirados en el centro la habitación, Eduardo lo tomó en sus manos, sus lágrimas corrían por sus mejillas cual cascada, el llanto no cesaba y una parte de él ya no existía. »

Eduardo.

Yo no quería lastimar a nadie, no quiero que piensen que soy malo, no es así, es solo que cada uno de los objetos que Joaquín debe entregar me tienen atado aquí, cada uno tiene un significado para una persona, un libro, un anillo, un cuadro y mi guitarra, si eso logra desaparecer yo seré libre, dejaré a Joaquín libre y no volveré a molestar más.

Por ahora solo quiero estar cerca de mi familia, lo haré por medio de Joaco, haré que Joaco sea el Eduardo que no pude ser, lo haré cambiar, no lo lastimare, nada de eso, solo quiero encontrar mi paz y la de mi familia atrás vez de él, él es mi única salida.

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