Castiel llegó a su casa después de las dos de la mañana, pues la temperatura en la playa había bajado, también era algo peligroso estar ahí por la noche ya que la marea había subido.
Cuando entró a casa, había mucho silencio, indicándole que Amara y Sully se habían ido a dormir, lo cual agradeció, pues no quería hablar con nadie.
Se dirigió a la cocina, directo a la nevera y tomó el bote de helado que había comprado hace dos días, era de 3 litros, así que le duraría toda la noche.
Subió a su habitación y después de cambiarse ese incómodo traje, se recostó en su cama y puso la primera película que le apareció en Netflix. She's all that. Solía encantarle esa película, una chica inadaptada terminaba siendo novia del chico más lindo y popular de la escuela. Claro que el chico la había buscado por una apuesta, pero al final se daban cuenta que estaban enamorados y son felices.
Lo que más le deprimió fue el final, pues después de que ella se iba del baile y regresaba a casa, él estaba esperándola ahí y bailaban a la luz de la luna.
Castiel sabía que era algo muy cursi pero por un momento sintió que eso pasaría. Él regresaría a casa y Dean iría a buscarlo para después esperarlo ahí, en su casa y le diría que está enamorado de él. Entonces serían felices juntos y bailarían a la luz de la luna. Pero eso no pasarían porque esto es la vida real y Dean no sentía lo mismo que él.
Castiel cayó en un sueño profundo, mientras comenzaba otra película.Al llegar a casa, Dean solo subió a su habitación y se tiró a la cama, donde después de que algunas lágrimas recorrieran su rostro, se quedó dormido. No supo a qué hora había llegado a casa, ni siquiera cuánto tiempo durmió, pero el sonido de la puerta principal abriéndose lo hizo despertar.
Bajó las escaleras a toda prisa pensando que se trataba de Bobby, pero era Sam, lo cual lo sorprendió, pues su hermano menor jamás llegaba tarde a casa.-Buenos días.-Le dijo Dean al pie de la escalera, Sam alzo la mirada, pues estaba saludando a Bailey para encontrarse con su hermano con los brazos cruzados.
-¿A qué hora llegaste?-Le preguntó Sam al notar que aún traía puesto su traje, su camisa estaba arremangada y desabrochada.
-Anoche.-Contestó Dean.-¿Dónde estabas?
-¿Porqué sigues vestido?-Sam frunció el ceño
-Me quedé dormido así.-Dean se encogió de hombros.-Contesta mi pregunta, ¿dónde estabas?
-Con Kev y Eileen.-Sam se encogió de hombros e intento dirigirse así habitación.
-Esos dos estoy seguro de que les dieron permiso de estar en el baile antes de la media noche.-Dean se puso en su camino.
-La cita de Eileen la dejó plantada.-Sam mintió, no podía decirle donde había estado realmente.-Fuimos a su casa y no dormimos.
-Eso es suficientemente creíble.-Dijo el mayor con sospecha. Palmeó su hombro y se hizo a un lado. Sam bufó dispuesto a reclamar pero estaba muy cansado para hablar y se dirigió a su habitación.
Dean tomó asiento en la mesa de la cocina, miró el reloj que se encontraba junto a una foto de él y Sam cuando eran pequeños. Ese chico estaba ocultando algo.
Eran las ocho de la mañana, podía ir a Harvelle's, tal vez Castiel no trabajaría ahí hoy. No tenía ganas de nada, así que se dio una ducha rápida y se vistió para dirigirse a la cafetería.
Castiel no estaba ahí, lo cual lo decepcionó un poco, pues aunque le haya roto el corazón, quería verlo.
Tomó asiento en una mesa afuera, sabía que ahí estaba todos los fumadores, pero hoy tenía ganas de sentir la brisa del océano. Jo fue quien lo atendió, cuando lo vio, estaba sorprendida, pues cada vez ese chico aparecía más temprano para desayunar.

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𝙇𝙤𝙬 𝙏𝙞𝙙𝙚 𝙇𝙤𝙫𝙚
Teen FictionCastiel Novak llevaba la vida más ordinaria, un día decide hacer un trato con Dean Winchester, un chico que apenas conoce. Todo era un juego en el que Castiel perdió por romper las reglas y a él le rompieron el corazón. Acompáñanos a ver qué tan lej...