Soy hija de Uchiha Itachi

Adiós a un amigo.

Solo han pasado unos meses de nuestra misión de encontrar a los setsus blancos.. no pensé que el Mizukage lograria qué nos dieran permiso para adentrarnos al bosque. Se quejaba Rem mientras saltaba hasta la sima de un árbol.

– Dime Rem... ¿logras ver algo desde ahí? Pregunte

Rem:
No, solo veo rocas y árboles. Dijo saltando hacia el suelo.

Zaraki:
No hay huellas en el suelo y tampoco logro percibir chakra.

– Maldición,si tan solo Mayuri nos hubiera dado más información importante sobre ellos. Dije molesta mientras observaba todo el lugar

Rem:
No te preocupes Mei. Ya los encontraremos pronto. (Sonrió)

– Bien. Sigamos avanzando para terminar pronto con esta misión.

Zaraki:
¿A qué distancia están las rocas que viste, Rem?.

Rem:
Solo a unos metros de aquí.

Zaraki:
Vallamos hasta allá. Tal vez ahí encontremos algo.

–Buena idea. Contesté.

Zaraki:
Oye Rem, ¿porque trajiste esa máscara contigo?. Preguntó mientras corría y saltaba entre los árboles.

– Cierto Rem, pensé que te habías desecho de ella. Dije burlándome

Rem:
Claro que no. De ahora en adelante la llevaré a todos lados. Dijo sonriendo

– Es espantosa. Dije sería

Zaraki:
La verdad es que Mei odia esa máscara ¿No es así Mei?

– ¡Silencio!. Me detuve de repente.

Zaraki:
¿Que pasa Mei?.

– Hay algo adelante. Dije nerviosa

Rem:
¿Crees que se traten de setsus blancos?.

– No lo sé. Pero estoy segura que no son humanos. Dije sería

Zaraki:
¿Que haremos ahora Mei. ?

– Enfrentarlos por supuesto. Contesté

Zaraki:
¿Enfrentarlos? Pe..pero Mayuri sensei dijo que no lo hiciéramos,que solo lleváramos la información al Mizukage.

– Se lo que Mayuri dijo. Pero si se trata de ellos no creo que nos dejen escapar. Contesté

Rem:
Creo que Mei tiene razón. Si esas cosas blancas nos ven .. lo más probable es que nos quieran atacar.

Zaraki:
Está bien, pero no sabemos que tan poderosos sean.

– Ahora lo descubriremos. Contesté mientras sacaba mi espada y corria rápidamente hacia el.

Rem:
¡Espera! . Gritó nervioso

Zaraki:
Esta bien Rem.. sigamos a Mei.

– ¿Que ? ¡¿Como lo hizo?! Dije mirando como el lograba esquivar mi ataque.

Zaraki:
¿Que es eso?. Preguntó asombrado

Rem:
No puede ser posible. ¡Esas cosas existen todavía!. Gritó nervioso

– ¡Esta vez acabaré contigo!. Le dije molesta. Lo ataque directamente siguiendo cada uno de sus movimientos con el Sharingan y logrando así atravesar su cuerpo con mi espada.

Zaraki:
¡Lo lograste! Gritó emocionado

– Con que esto es un setsu. Dije en voz baja. –Debo admitir que su agilidad fue sorprendente,pero no me pareció que tuviera alguna habilidad de combate. Es más me pareció algo débil.

Rem:
Que alivio que no tuviera que intervenir. (Sonrío nervioso)

– Nunca hubo necesidad de que intervinieran. Dije sería

Zaraki:
Lo dices por qué derrotaste a alguien débil. Pero aún está la posibilidad de que existan setsus mucho más fuertes que este. (Dijo burlándose)

– Cállate,te demostraré que puedo derrotarlos a todos. Dije molesta

Rem:
Basta chicos, no peleen. (Dijo sonriendo)

– Tu calla..... ¡Rem cuidado!. Grité derrepente.

Rem:
¿Que, que pa... (Sintió que algo lo atravesaba por la espalda)

Zaraki:
¡Rem!.. (Corrió hacia el)

– ¡Rem!.. Gritaba desesperada mientras corría a toda prisa hacia donde estaba Rem. –¡Que demonios!, ¿de dónde salió?. Me preguntaba mientras lo atacaba con la espada.

Zaraki:
¡Mei.. yo me haré cargo!. Ayuda a Rem. ¡Date prisa!

– Bien... Rem estáras bien. – Lo cargue para alejarlo de ahí.

Rem:
L..lo siento Mei... Me distraje.

– No hables. Yo tuve la culpa,no logré ver a tiempo. Contesté con voz entre cortada.–la herida es grande y estás perdiendo sangre Rem. – Tengo que llevarte de regreso para que te auxilien. Dije nerviosa

Rem:
E.. esta bien Mei. No me preocupa morir aquí, aunque siempre pensé que moriría en manos de alguien fuerte. Dijo apretando la mano de Mei.

– Basta Rem. Tu no morirás.. no ahora. ¿Puedes sostenerte de mi? –Vamos has un intento.

Rem:
Lo siento,pero ya no tengo fuerzas para levantarme. No siento mi cuerpo.. ya no siento nada. (Sonrió levemente)

– ¡Rem vamos, necesitas ayuda!. – ¡Maldición!. Si tan solo hubiera un ninja médico entré nosotros. Dije en voz baja

Rem:
Gracias Mei... gracias por haberme permitido estar a tu lado. Dijo con voz agonizante.

– ¡Oye !.. Estarás bien. Dije sollozando

Rem:
T.. te amó Mei. (Intenta tomarla de la mano pero no lo logra).

– E..Espera Rem... Abre los ojos por favor. – ¡Reeem! No me dejes. –¡Rem, Rem, Rem!.. Repetí varias veces su nombre esperando a que reaccionará..pero fue imposible, su cuerpo ya estaba sin vida.

¿Mei que te pasa?. Gritaba Zaraki en medio del combate.

– ¡No puede ser!. ¿Por qué el tuvo que morir ? ¿Porque Rem?. Me preguntaba una y otra vez. – Esto no lo puedo perdonar.. el era mi única familia. Dije con la mirada perdida observando el cuerpo sin vida del que era mi único amigó.

Zaraki:
¡Mei!..No logro hacerle ningún dañó.. ¡Por favor reacciona Mei!. Gritó con expresión de cansancio en el rostro y tocándose un brazo herido.

– ¡No se lo perdonaré!. No lo haré,no lo haré. Dije mientras me levantaba del suelo..cubríendome el rostro con las manos llenas de sangre. – ¡No te lo perdonaré! Grité lanzandome rápidamente hacia el setsu.

¿Q..Que demonios fue eso?.. Se preguntó zaraki asombrado por lo que estaba viendo.

– ¡Eh acabado contigo y acabaré con todos los demás!. Le grité sería.. sacando mi brazo completamente de su estómago.

Zaraki:
¿Que te sucedió Mei? ¿Que le ah pasado a tu rostro?.. tus ojos han cambiado. Dijo nervioso y con una expresión de miedo.

– Zaraki.. quiero que hagas algo.

Zaraki:
¿Q.. qué ?. Preguntó nervioso

– Quiero que regreses a la aldea y pide que vengan por el cuerpo de Rem. Contesté con la mirada cabizbaja

Zaraki:
No puedo creer que Rem haya muerto. (Se quedó en silencio unos segundos) ¿Pe.. pero que harás tú?

– Iré en busca de esas malditas cosas y terminaré con ellas. Dije mirándolo fijamente a los ojos.

Zaraki:
¡Que! E.. ese es el Mangekyou Sharingan. Gritó asustado

– ¡Hazlo rápido! Grité molesta

Zaraki:
E..esta bien lo haré ahora mismo.. y Mei regresaras pronto a la aldea? Preguntó de repente.

– No hasta que haya conseguido acabar con ellos. Contesté con la mirada perdida.