Un mosquetero en entrenamiento

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Después de leer el libro "La era de los reyes" de la editorial Times-life, me ha inspirado a escribir este crossover de capa y espada, incluso algunos films de D'Artagnan y los tres mosqueteros de Alexander Dumas me han sido inspiradores.

Los personajes que pertenecen a Rumiko Takahashi: Inuyasha, Kagome, Sesshomaru, Rin, Jaken, Kikyo, Naraku, Byakura, Koga, Miroku, Mushin, Sango, Shippo, Kirara, Izayoi, Irasue y Bankotsu con sus hermanos.

-Los personajes que pertenecen a Kazumi Takahashi: Los escoltas del rey, de la reina y de la sota, Bufón Arcano, el Espadachín imperial, Fred.

-Los personajes que pertenecen a Kohta Hirano: Tulbancain, los hermanos Valentine e Incognito (pertenece a Gonzo)

Capítulo 1: Un espadachín en entrenamiento

En el siglo XVII, en el ficticio país de Taishonia, vivía un muchacho de cabello blanco y largo, y tenía orejas de perro, porque era hibrido, producto de padre demonio y madre humana; y sobre todo, era de sangre real, pero su medio hermano Sesshomaru, que era el rey, gobernaba de forma absoluta y al morir su padre, Irasue, la madre de su medio hermano, le quitó todos los derechos reales a él y a su madre Izayoi.

Inuyasha, como se llamaba este muchacho, vivía con su madre Izayoi, a las afueras de la ciudad capital, donde se dedicaba a la producción de tejidos, y el joven de orejas de perro le ayudaba cortando troncos en el bosque cercano y cuidando a los animales de la chacra.

Pero en lo que era bueno Inuyasha, era en el manejo de la espada, con la que practicaba todos los días después de hacer sus labores, y sobre todo para defender a su granja de los bandidos que asechaban en la zona.

Sin embargo, en una de las noches a la hora de cenar, Inu decidió unirse a los mosqueteros del rey, pero con la intención de volver a empezar y reclamar sus derechos reales, pero su madre le decía:

-Escucha Inu, tu padre que en paz descanse, te quería a ti y a tu medio hermano, tanto como a mí, y él nunca quiso que tú y tu medio hermano se pelearan.

-Pero madre, así podré ayudarte a progresar, y podrás volver a vivir en la ciudad-Le dijo el joven.

-Ya me acostumbré a vivir aquí, pero no enfrentes a tu medio hermano el rey.

-Está bien madre, seguiré tu consejo, después de todo, eres especial para mí-Le dice y la abraza.

Así, el joven prepara su caballo y algunas provisiones además del equipaje, y antes de montar en su equino, le dice a su madre:

-No te preocupes, cuando pueda te vendré a visitar y te traeré algo de dinero.

-Recuerda, tanto tu padre y yo, siempre te queremos-Le dice y la abraza.

Ahí Izayoi vio cómo su amado hijo se alejaba galopando en su caballo, rumbo a la ciudad capital para unirse a la guardia real de los mosqueteros.

Después de un breve viaje a caballo, el joven llega a la ciudad capital, donde ve a su alrededor, puestos de comercio y edificios enormes, del cual había sabido que era una de las ciudades más prosperas de esa parte del mundo, y sobre todo que progresaba gracias al comercio.

Al llegar a lo que sería el cuartel general de los mosqueteros, el joven entro decidido a formar parte, y eso que uno de los oficiales como el sargento le dijo:

-Recuerda muchacho, aquí has venido a servir a su majestad el rey Sesshomaru, del cual le serás fiel sobre todas las cosas y hasta para morir por él.

-Haré todo lo que mis oficiales ordenen-Respondió.

-Así sea, y ahora ve con los demás reclutas-Le ordenó.

Después de juntarse con los demás reclutas, todos jóvenes en su mayoría, se cambia la vestimenta, y van al patio del cuartel, en donde forman fila para recibir las ordenes.

Estando todos los reclutas, junto con los mosqueteros que ya tenían sus capas, apareció el capitán-mayor de los mosqueteros que le arengó en forma general:

-Sean bienvenidos jóvenes reclutas, aquí se prepararan para defender a su majestad el rey el día de mañana, y también estarán dispuestos a morir por él y por su patria en contra de las fuerzas enemigas, así que comiencen a entrenar.

Después de que el capitán-mayor dijo lo que debían saber, Inu al igual que sus numerosos compañeros, se sometió a un duro entrenamiento en el manejo de las armas como el mosquete, del cual debía ser disparado con precisión para enfrentar al enemigo, además del uso de los distintos tipos de lanzas como la pica. Pero para él, poco a poco iba perfeccionando su manejo de la espada.

Finalmente, Inu y sus compañeros ya había superado las pruebas y ya era hora de tener su propia capa de mosqueteros, del cual se prepararon para ir hacia el palacio real, en donde el capitán-mayor les inculca estas órdenes:

-Ahora se van a presentar ante el monarca, para que conozca a los nuevos integrantes.

Mientras tanto, el monarca de largo cabello platinado y vestido con las prendas más finas, se la pasaba jugando a los bolos en el jardín del palacio, en compañía de algunos cortesanos y de sus esposas, y con músicos que tocaban para el ambiente, y cuando apareció su enano leal Jaken, Sesshomaru le dijo:

-Espero que tengas una buena razón para interrumpirme en mi tiempo de entretenimiento.

-Órdenes del ministro Arcano, para ver a los nuevos integrantes de su guardia de mosqueteros, amo bonito.

-Dile que ahora voy a verles ¿Dónde está el general Fred?

-También lo espera a usted, amo bonito.

-Bien, será mejor que vaya a verles.

Pero Sesshomaru no gobernaba solo, estaba el ministro de economía Arcano que le daba más ideas económicas al rey y también el ambicioso ministro Naraku, que tenía una guardia propia, pero el rey siempre trataba de ponerle límites porque a veces como que él era el gobernante y no el. Además de que era el hombre más temido y odiado del reino.

Sobre todo, Sesshomaru trataba de que su reino siga prosperando como en los tiempos de su padre, ya sea en el entorno económico como el político, ya que contaba con fieles banqueros que le contaban las finanzas al monarca para que todo siguiera estable.

Mientras que Naraku observaba lo que hacía el rey, ante el ministro apareció Incognito, un noble tuerto del ojo izquierdo, pálido y con una peluca que escondía su calvicie, que era el capitán de la guardia del ministro, además de que era su hombre de confianza y le dijo:

-El rey va a ver a su guardia real de mosqueteros, seguramente vendrán jóvenes hábiles con la espada.

-Esos mosqueteros nos han estado causando problemas desde que fue fundado-Dijo Incognito.

-Pero, de todos modos, nuestra guardia debe ser mejor que ellos.

-Igual señor, ahora mismo iré a ver a nuestros nuevos reclutas.

-Más vale que sean buenos espadachines.

Dejando al ministro solo, Incognito va a ver a los nuevos reclutas en su cuartel, pero sobre todo, para probarlos.

Al ser recibido por su oficial Tulbancain, el tuerto le pregunta:

-¿Qué tal los nuevos reclutas?

-Ahí están, señor-Responde señalando el oficial de bigote fino.

Al ver a un grupo de reclutas, el tuerto le ordena a uno luchar con él y cuando choca su espada con la de él, le desarma poco después y le ordena a un segundo luchar, pero este demuestra torpeza al luchar.

Por eso Incognito le da la conclusión a Tulbancain:

-Recluta a otros, ninguno de los que aquí es digno de ser de la guardia del ministro, ya que serán fácilmente vencidos por los mosqueteros del rey.

El intrepido mosqueteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora