EN LA BIBLIOTECA

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-Llegas tarde- anunció Hermione al ver que él se acercaba-deberías ser puntual por lo menos.

-Ni en una cita soy puntual, ¿porque debería de serlo con esto que ni siquiera me interesa?

-¿Tal vez porque podrían expulsarte si no lo haces?- respondió sarcástica.

-Se que no lo harán, ellos tienen cosas más importantes que hacer, que ver que soy puntual con una persona como tu- la miró de arriba abajo- o sea lo que sea que eres.

-Eres insoportable- masculló.

-No mas que tu presencia querida-negó al tiempo con la cabeza- entonces...¿Por dónde empezamos?-preguntó con las manos en la cintura y mirando a los lados buscando los materiales.

-Primero tenemos que ir con la profesora Mcgonagall- dijo de mala gana- si caminamos quizás lleguemos a tiempo- fingió una sonrisa agradable que no lo pudo engañar en lo más mínimo, eso era grato para él, molestarla... Eso sí que era vida.

Hermione caminó al frente sin importarle si él la seguía o no, ¡quería terminar con eso lo más rápido posible!, todo con tal de no estar con el tanto tiempo, le gustaba sí, lo amaba sí, lo odiaba ¡también!... Pero no podía negar que le inquietaba su presencia, sabía por experiencia propia como era él y también sabía que ella no se negaría a nada cuando lo tuviera cerca, sencillamente porque ese chico le fascinaba de una manera tal que la asustaba... Aunque claro a veces él la hacía comportarse como una loca sin escrúpulos.

Al llegar a las escaleras que los dirigiría a la dirección, se lanzaron una breve mirada retadora, ya no había marcha atrás, tendrían que aguantarse, así sus mentes no quisieran.

-Siéntense por favor- indicó la profesora cuando estuvieron dentro- bueno ya que están aquí, antes de darles las indicaciones, de una vez les advierto que tengan cuidado, no aceptaré ninguna clase de broma, ninguna clase de comportamiento injustificado y mucho menos...-los miró severamente- otro escándalo como en los que ustedes han sido los protagonistas... Ya que les quedó claro-prosiguió sin esperar respuesta de ellos- les indicaré en donde comenzarán con su castigo, espero que esto les enseñe una buena disciplina-dijo al tiempo que se levantaba de la mesa y se dirigía a la puerta, los miró- si quieren seguirme.

Los chicos se levantaron de sus sillones con las mismas ganas con las que un ser humano se dirige a su muerte segura. De alguna forma estarían arriesgados a matarse, estaban seguros de que físicamente no... Por completo, pero mentalmente si.

Siguieron a la directora varios minutos por largos pasillos del castillo. La directora paró justo delante de una puerta que Hermione conocía muy bien... La biblioteca.

-Aquí comenzaran sus actividades, al finalizar la tarde espero que hayan terminado con más de la mitad de la biblioteca- abrió con un movimiento de su varita la puerta que ese día permanecía cerrada por mantenimiento- les aviso de nuevo que todo será limpiado a mano, así que les agradecería mucho si me entregaran sus varitas- los dos la sacaron contra su voluntad colocándolas en la mano de la profesora- muy bien, adentro tendrán lo que necesitan... Suerte.

Se alejó de allí sin mirar atrás, estaba segura de lo que había logrado, un acercamiento entre dos casa siempre enemigas, solo esperaba que no terminara en mal, suspiró con desgana, estaría atenta a cualquier problema que oyera.

Hermione abrió la puerta de la biblioteca, para encontrarse con un espeso silencio, parecía un cementerio, nada se oía, incluso un cementerio no era tan callado como ese lugar, lograba darle escalofríos.

Siguió adelante sin mirar al rubio que iba tras ella, solo estaba dispuesta a terminar con eso lo más rápido que pudiera, no quería estar más tiempo de lo necesario cerca de él. En la esquina del salón vio los materiales que necesitarían y una gran sonrisa iluminó su cara, definitivamente disfrutaría, habían puros objetos de limpieza muggles en su mayoría irreconocibles para Malfoy, que en ese momento los agarraba asqueado.

EL AMOR SECRETO DE HERMIONE GRANGERWhere stories live. Discover now