Capitulo 25

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Allen...

-Porque dejaste de entrenar?- me pregunto Marian.

-Me mentiste... o tal vez nos mintieron...-empece mi platica sin prestar atención al regaño.

-De que hablas?

-Mana no me encontró en la iglesia... me conoció en un circo...

-Pues entonces nos mintió a ambos, no sabía toda su vida...

-Muchas otras cosas también eran mentira. La maldición en mi ojo... la hizo mi Neah, es probable que conociera a los monstruos de los que tanto hablan desde ese entonces... mi brazo es resultado de esos experimentos que Mana me llevo, pero cuando fueron un éxito... huimos.

-Supongo que algo no salió como lo tenía planeado- se le veía tranquilo.

-Y una mierda con su plan. Qué se supone que debo hacer? Soy parte de los Noeh y al mismo tiempo un experimento con esos cristales.

-No lo pienses mucho- prendió un cigarro- lo único en lo que nadie te mintió es que tu eres la clave de esta guerra.

-Eso no me hace sentir mejor...

-No lo dije para que te sintieras mejor, es solo para que lo pienses... la decisión que tomes es el secreto de quien gana esta guerra.

-Yo solo quiero una vida normal, esto es demasiada responsabilidad- me queje.

-Si logras ganar, podrás tener tu vida de omega feliz, marcado junto a su alpha, en una casa acogedora y bla bla bla.

-No dije que ese fuera mi sueño- me queje.

-Se te nota a kilómetros cada vez que vez al mocoso afeminado....

Me sonroje. Me sentía expuesto con las palabras tan sinceras de ese tonto supuesto maestro. Ni siquiera sabía que mi mirada era diferente cuando veía a Kanda...

-Aunque tengas razón, nosotros no podemos estar juntos...- trataba de ser valiente al decir esas palabras, pero no podía.

-Se están engañando, además pensaba que ya lo habían arreglado.

-Algo así, no creo que sea el mejor momento...

-Sabran ustedes que hacen con su vida, yo no soy ningún cupido, así que largo... a entrenar.

-Si... si...

Regrese a el lugar donde estaba entrenando, pero Kanda estaba ahí. Empecé a dudar de si debía acercarme... aún no sabía cómo actuar con él después de todo lo que pasó. Dejando eso de lado, Marian Cross tenía razón, si no actuó tampoco nada cambiará.

-Deja de revolotear Moyashi...- me grito, aunque no parecía molesto, sino como si quisiera hacerme enojar.

-Callate Bakanda- me senté a su lado haciendo un puchero.

-Niño consentido...-susurro.

-A quien le dices niño?- voltee de golpe.

Nuestros rostros estaban demasiado cerca el uno del otro, no había medido distancias y como voltee rápido, nos tomó de sorpresa a ambos. Sin saber cómo actuar baje la mirada y el se apartó un poco dándome mi espacio.

-Que haces aquí?- pregunte tratando de cambiar el tema.

-Estoy en el mismo dilema que tu... como activar ese maldito cristal...- su actitud se volvió fría.

-Lo lograste? Tienes el cristal? Tan rápido?

-No... parece ser que, cuando era niño, los experimentos conmigo ya tenían este cristal incluido...- frunció el ceño.

-Alma...- dude en preguntar.

-Él también lo tiene, pero su cuerpo ya no lo resiste...

-Es doloroso verdad?- puse mi mano sobre la suya tirando de reconfortarlo.

No quería verlo a la cara porque ya sabía que parecía un tomate, pero cuando se sobresaltó tampoco quería dejarlo ir, así que insistí y el se dejó hacer.

-Que de todo?- preguntó.

-Verlos morir y no poder hacer nada, ser un experimento y que no te advirtieran en lo que te están convirtiendo, tener una responsabilidad donde todos quieren todo de ti y no saber como hacerlo...- mis lágrimas empezaron a traicionarme.

-Si...- su respuesta fue tan sincera que tuve que levantar mi mirada- es un completo infierno... llevo tanto tiempo odiandolos que había olvidado mi verdadero propósito, aunque ahora todo es confuso de nuevo.

-Que quieres decir?

-Yo solo sigo en esto, porque no podría dejarte solo, ya lo intente... tantas veces lo he intentado y siempre he fallado.

-Ya lo has intentando? Cuando?- estaba sorprendido.

-Cuando escapaste, cuando desapareciste, cuando te corrí, cuando te llevaron con el Conde... cada una de esas veces lo intenté y siempre terminaba corriendo detrás de ti...

-Y... porque me odias tanto?- pregunte confundido.

-Ya no lo hago...- me renegó.

-Pero lo hiciste...

-Si -suspiro- pero era algo personal, si tu eres mi destinado... significaba que todo lo que había buscado este tiempo, era una pérdida de tiempo y si solo te aceptaba, era traicionar a Alma y a esa chica.

-Aun así no me lo merecía.

-Cómo querías que lo tomara entonces, princesa?

-Solo... lo hubiéramos dejado en una amistad...

-Tu no lo entiendes!- se exaltó.

Temble ante su alteración, me protegió abrazando mis piernas, pero el se dio cuenta y se reclamo así mismo. Se tomó el puente de la nariz y pare la estresado.

-Entonces explicamelo- me atreví a preguntar.

Kanda dudó pero parecía querer intentarlo, no se veía convencido, pero lo intentó.

-No podía dejarlo, porque aunque no quería, te deseaba...- contesto con seriedad.

Me sonroje. Trate de ocultarme, pero no podía dejar esta conversación, él ya había dado el primer paso.

-De verdad que hicimos todo mal...- me reí de la situación.

-Si... pero nosotros podríamos...

-Allen!- nos interrumpió Komui.

Ambos nos acomodamos y tratamos de actuar como si nada pasara. Me molesté un poco por la interrupción, pero Komui se veía preocupado.

-Sucede algo?- pregunte más interesado.

-Ellos volvieron a aparecer!- hablaba exaltado.

-Ellos?- pregunto Kanda.

-Si! Los Noeh regresaron!

Tenía una sensación agridulce, si bien no los quería volver a ver... aún tenía dudas y Tikky tenía muchas de esas respuestas, si el era uno de los que aparecieron, necesitaba verlos.

Tenshi [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora