—Te lo juro Mateo, estaba parada detrás de ti— dijo mi madre en la mañana mientras aún seguía acostada en mi cama.—¿La Muerte dices?— me reí.
—¡Si! Pero...¿Por qué estaba con vestido rojo?— preguntó dudosa.
—Es una túnica, estúpida— aparece atrás de ella y me pongo nervioso.
—Q-quien sabe, quizás viene de Las Vegas— dije encogiéndome de hombros.
—¿Que tonterías estás diciendo?— juntó sus cejas en confusión.
—Mamá, creo que es la resaca— dije nervioso.
—Tu sabes que vuelvo a estar sobria rápidamente— mira su reloj— ¡Por Dios, se me hace tarde!— dijo apresurada y se tiró de la cama.
Me volteo hacia La Muerte con seriedad y ésta evade mi mirada.
—Volviste a la túnica negra— le dije agradeciendo el cambio.
—Creo que ayer tu madre me vió por eso— dijo un poco vacilante- resalto demasiado de rojo, no puedo con tanta belleza— puso una mano en su cabeza y la otra en la cintura.
—Como sea, tengo que ir a enseñarle a Jenni— dije aborrecido.
—¿Le enseñarás a coger?— preguntó de forma pícara.
—¿No quieres que te enseñe a ti?— le pregunté con molestia.
—Querido, yo incluso me cogí a Afrodita cuando murió, ¿Por qué querría algo con un debilucho como tú?— se burló.
—Como sea, iré a su casa y creo que cuando vuelva intentaré matarme, ya hace tiempos no lo hago— dije con un plan ya en mente.
—Yo no tengo nada que hacer así que me quedaré en tu habitación y veré tutoriales de Lolita— dijo y se tiró en la cama mientras sacaba una laptop.
—¿Quien te dió permiso?— pregunté recostandome en el umbral de la puerta.
—No te pedí permiso, te estaba informando lo que voy a hacer—dijo mientras tecleaba algo.
Tomé el libro que usaríamos y también mi teléfono y me fuí, llegué a su casa y Carmen me invitó a pasar a la habitación de Jenni a esperarla porque ella no estaba.
—Seguro está comprando sus pendejadas de gamer— susurré molesto mientras subía las gradas.
Entré y me senté en la cama mientras miraba a la nada, me aburrí y ya que el ordenador estaba solo, solin, solito me senté y lo encendí.
—Vamos a ver tu historial— dije mientras sonreía maliciosamente— ¿"Boku No Pico Capítulo 3"?
La curiosidad me atacó y le dí click al enlace.
...
...
¿Que verga acabo de ver? En ese momento Jenni entró y apresurada tiró una bolsa en la cama y me quito del ordenador mientras tapaba la pantalla
—Ya lo ví— le dije asqueado— pelea de espadas, eres una sucia.
—N-no es lo que parece— dijo avergonzada.
—Pues parece que un hombre le está introduciendo la banana a un niño, seguro mis ojos vieron mal— dije sarcásticamente.
—Olvida eso, mejor pasemos a la lección de hoy— dijo aclarando su garganta.
—Espera...— saqué mi teléfono y marque un número.
—¿Que haces?— preguntó confundida.
—Es que necesitas ayuda...— dije y la llamada ya estaba en curso— Marti, ¿Si una chica ve porno gay necesita ayuda psicológica?— pregunté y ella abrió su boca incrédula.
—Oye— susurró mientras trataba de quitarme el teléfono y yo la detenía con mi mano libre.
—¿Que si, dices? Ok, programa una cita para mañana por favor, llevaré a mi vecina— dije con lástima y colgué.
—Eres un estúpido— dijo molesta mientras se cruzaba de brazos.
—Hoy aprenderemos a dividir— le dije ignorando su enojo y tomando asiento en la cama.
—No quiero— dijo firme y se sentó junto a mí.
—Vamos a hacerlo— dije mirándola a los ojos.
—No vamos a hacerlo— respondió.
—Me estresas tanto Jennifer Carmela Hernández— dije rodando los ojos.
—No dejes para mañana a quien puedes mandar a la mierda hoy— dijo la muerte que apareció frente al ordenador.
—No veas eso— le advertí.
—¿Que pedo we?— dijo mientras se volteaba hacia mí y luego hacia la pantalla.
—Lo mismo dije cuando lo ví— le dije divertido mirándolo y Jenni me vió confundida y se volteó a ver qué el vídeo seguía reproduciéndose.
—¡Yo lo apagué!— dijo sorprendida y se levantó de golpe para quitarlo de nuevo.
—¡Ay!— se quejó La Muerte mientras sujetaba su pie y saltaba en el mismo lugar.
—¿Qué?— pregunté preocupado.
—Esta perra se paró en mi dedo— dijo molesto y chasqueo sus dedos a lo que Jenni cayó al piso.
—¡¿La mataste?!— pregunté asustado mientras me preparaba para huir.
—Creo que solo hice que se desmayara...creo— dijo tapando su boca con su mano mientras reía como una dama.
Apresuradamente salí del cuarto y me topé con Carmen.
—Que rápido terminaron ahora— dijo con una sonrisa en su rostro.
—S-si, claro claro— dije secando el sudor de mi frente— Wao, Jenni es toda una máquina de absorber conocimiento, adiós— dije y ella caminó hacia la habitación.
—¡Jennifer ¿Que te pasó?!— gritó sorprendida y La Muerte apareció junto a ella, chasqueo sus dedos una vez más y Carmen se desmayó.
—Cuando despierte no recordará nada— dijo orgulloso de si mismo.
—¿Es un hábito desmayar a las personas?— pregunté mientras caminaba hacia las gradas.
—Estamos frente a las gradas, ¿No quieres que te desmaye a ti?— dijo con un tono de amenaza y yo me detuve con una sonrisa en mi rostro.
—Sabes que me encantaría que hicieras eso— dije extendiendo mis brazos y cerrando mis ojos—¿Que esperas?
—Te odio— me dijo y desapareció.
Oa.Amigooooos, que nervias, acabo de enviar la historia para que participe en los Wattys.
Por favor recomienden la historia a sus amigos para tener más apoyo y lo más importante, hacer que La Muerte bb se sienta amada.
Gracias por su atención prestada <3
Los aguacate y espero que disfruten de este capítulo ❤️
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Hola, Muerte (EDITANDO)
HumorMateo Galván es un chico universitario de 20 años, se puede describir fácilmente como un pesimista, aborrece la vida, a veces lo ves hablando solo y su madre es muy popular por ser divertida y fiestera. Para el la vida es una delgada cuerda que quie...