—Ya estoy hasta la puta madre— me quejé en voz baja— es la quinta vez que grabo un comercial depilandome el rostro y ni siquiera tengo un jodido pelo.—Calmate hermano— Richard el amigo de Esteban tenía su brazo alrededor de mis hombros y con el otro acariciaba mi pecho.
—No te preocupes— llegó La Muerte en su forma de mujer con un traje de dos piezas que resaltaban sus curvas, su cabello rubio largo y ondulado que caía sobre sus pechos, un bolso de mano muy caro y un par de tacones que al ser tan altos hacían que su pie se curvara un poco— el director morirá en dos días.
—Mi linda señorita— Richard se despegó de mí y camino coqueto hacia el...¿O ella?
—No, te dije que no quiero nada contigo desde que te vi hurgandote la nariz— lo detuvo con la palma de la mano— estás pendejo si crees que con esos sucios dedos tocaras este bello cuerpo— deslizó su mano sobre sí mismo y se dio una nalgada.
—¿Qué pasa si muere el director, lo cambian?— pregunté confundido.
—Normalmente la grabación se cancela de forma temporal o definitiva, pero te pagarán así que no te preocupes— me respondió.
Tal como La Muerte me dijo el director murió dos días después, me pagaron y decidí irme de ahí.
—Tons, no trates de hacer nada pendejo— me despedía en el aeropuerto— aunque tú sola existencia es una pendejada...
—¿Este es tu puesto definitivo?— pregunté tratando de sonar indiferente.
—Ay— me pellizco el cachete— no me extrañes, talvez vuelva algún día.
—Espero que no, ¿Sabes lo difícil que es que toda la gente te mire raro por hablar solo?— señalé a un par de chicas que me veían confundidas.
—Esas chamas me la pelan.
—Como sea, cuídate— me dí la vuelta.
—¿De qué debería cuidarme?— camino a mí lado.
—No lo sé, tú dime— me encogi de hombros sin verlo y recibí una llamada, me detuve para contestarla.
—Ponlo en altavoz, quiero escuchar el chisme— insistía La Muerte apoyándose en mis hombros.
—¿Cómo dices que dijiste?— pregunté incrédulo.
—¡Que me metiste el UwU en el OwO!— gritaba una Jennie histérica al otro lado de la línea.
—No tienes que llamar solo para recordarme ese error— dije con sarcasmo.
—¡Pues ahora ese error tendrá brazos y patas!— estaba furiosa.
—¿A qué te refieres? No...no puede ser eso verda—
—Pues si es eso, tengo una cosa dentro de la panza por tu culpa, ¡Te odio!— colgué e hice otra llamada.
—Quiero cancelar el boleto de Nueva York a San Francisco...— me di la vuelta y empece a caminar de regreso.
—¿A dónde vas?— me preguntó confundido.
—Vamos a comprar camisas pro-aborto— le indique.
—¡Vamos!
Caminando a través de las calles mientras arrastraba mi maleta, mi cabeza se llenó de miles de preguntas que no importa cuánto buscara en mi interior...ninguna tenia respuesta.
¿Por qué quiero morir?
¿Por qué debería vivir?
¿Por qué no soy capaz de ser feliz?
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Hola, Muerte (EDITANDO)
HumorMateo Galván es un chico universitario de 20 años, se puede describir fácilmente como un pesimista, aborrece la vida, a veces lo ves hablando solo y su madre es muy popular por ser divertida y fiestera. Para el la vida es una delgada cuerda que quie...