CAPITULO 6

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Narración Milo.

Cada minuto que pasaba era una tortura para mí, mi preocupación iba aumentado, no sabía nada de Camus, si estaba bien o no, trate de hablar con Saga para tratar de llegar a un acuerdo sobre el problema, pero para mi sorpresa él no estaba en su templo, oh mi amado, ¿Camus donde estarás?

Narración normal.

El galo se encontraba aun prisionero en aquel lugar hasta ahora lo único que estaba recibiendo eran golpes ya que este se negaba a las acaricias del geminiano lo que provocaba que la paciencia de él se fuera agotando, pero aún tenía que esperar, además quería hacer entrar en razón a mil que nadie jugaría con el así que el que pagaría todo ahora no sería Milo, sino que Camus.

El rostro del galo estaba un poco lleno de golpes, su camisa estaba un poco rota, su mirada trataba de buscar alguna salida, pero su vista se oscurecía.

- ¿Ah...? -quejo el galo.

Sus ojos estaban siendo vendados por una blanca y suave tela, el geminiano terminaba de amarrar la banda y acomodo el cabello del galo con cuidado para luego pasar un poco sus manos sobre el cuerpo del francés, trazando con sus manos la perfecta silueta del galo, disfrutando la vista de esa hermosa y delicada piel blanca, la respiración del galo era un poco agitada significando que estaba molesto pero trataba de mantener la calma, pensaba que tarde o temprano todo esto tenía que acabarse pero de lo más rápido posible y en ese mismo momento le patearía el trasero a Saga y a Milo. El silencio que inundaba el lugar se había roto un leve gruñido del parte del galo, su cuerpo se exalto un poco al sentir una larga lamida en la parte derecha de su cuerpo cerca de su nuca, era básicamente su punto débil pero no iba demostrar nada ante Saga.

El geminiano enredo sus dedos entre las hebras del cabello del galo para tomarlo y jalar un poco su cabeza hacia atrás.

-Bueno Camus se le acabo el tiempo a Milo, lo que significa -silencio, hizo una corta pausa entre sus palabras para pasar su otra mano entre la espalda del galo bajando poco a poco hasta llegar a su pantalón y meter de manera brusca su mano dentro de esta tocando el trasero del galo. Camus movió sus manos tratado de romper las cadenas al sentir la mano de Saga dentro de su pantalón y el fuerte agarre provoco que el galo se molestara aún más, pero eso provoco una sonrisa en el rostro del pelizul-. Me tocara reclamar la apuesta, así que prepárate -termino de hablar.

-Repito, ¡!POR QUE YO!! -exclamo molesto el galo-. Saga cuando me libere, juro que los volveré a los dos estatuas de hielo.

Mientras tanto.

En el santuario, Milo regresaba al templo de aires, estaba muy preocupado y angustiado pues no encontraba a Saga y mucho menos a Camus.

-Saga no está en su templo y ya tengo miedo de lo que le estará haciendo a mi cubito -dijo preocupado.

-Puedo llevarte donde él está Milo, si quieres -respondió Mu.

-Mu, ah claro que Athena no me ha pagado, así que si me meto en otra deuda Camus me colgara -exclamo de forma neutral pero la expresión que tenía era de miedo y sorpresa.

Mu solo soltó un pesado suspiro y miro a Milo con paciencia.

-A veces pienso como ustedes se atraen, solo sáquese de aquí y déjenme ir a la casa de virgo en paz -dijo Mu.

El caballero de Aries alzo su mano para ponerla en la frente del heleno y teletransportándolo al lugar donde estaba Camus.

Pero para su sorpresa, sus ojos observaron una desagradable escena que su ira empezaría a despertar.

UNA FUERTE UKEADA 🌌 MiloxCamusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora