14.

9 1 0
                                    

Pensaba en todo y sentía empatia de todo absolutamente vulnerable era mi ser.
Ante el sufrimiento cruel me era imposible serle indiferente, ya no era un organismo simple que prefería ocultarse entre la multitud era complicado evitar llamar la atención ante tanta gente.
Y llegaban a mi los pensamientos existencialistas si en realidad yo estaba feliz no podía soportar el hecho de obtener felicidad mientras otra persona sufría y la rabia se apoderaba de mí al sentirme impotente ante las catástrofes porque era débil de alguna u otra manera era vulnerable porque tal vez mientras yo despreciaba un abrazo alguien en el mundo lo necesitaba.

Y por primera vez en mi realidad ya no quería ser solo una quería ser muchas quise proteger a todo aquel cercano a mi sin importar cuán difícil se me hiciera esa función, sentí que mi labor y vocación en el mundo era ayudar a otros de manera que pudieran salir de aquello y por meses lloré inconsoladamente después de caer en la realidad de que aunque yo quisiese ayudar al mundo entero nunca aportaría nada en realidad porque la sola existencia era irrelevante ante toda la creación del universo que se encontraba frente a mi.

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora