4.Yo podría ayudarte

360 20 4
                                    

Steph POVs

Estábamos en la cafetería, en eso Jane sonríe y me señala con su dedo una de las mesas, estaban James, Mason, otros 2 chicos y chicas que son animadoras.

—¿Ves la mesa de allá?, ahí come James con sus amigos, Mason, Luke, Alex y algunas de sus zorras, digo novias—Mia ríe y Jane la mira seria.

Miro a las chicas con sus trajes cortos y que son unas plásticas de los pies a la cabeza, arrugo mi nariz.

—Bueno no me sorprende que ellas sean—rio y mi mirada se encuentra con la de Mason, trago saliva, con solo su mirada es capaz de hacerme poner nerviosa, Santa madre de los dioses griegos, sálvame.

Después del descanso entré a mi siguiente clase que para mi mala suerte es Química, estaba con Mia pero ninguna es buena para esta materia.

—Buenos días clase, soy la Sra. Grey—después de su nombre me perdí, fue la clase más aburrida en mi vida y es que Mia había desaparecido y se me había olvidado de mi en la clase.

Voy por los pasillos buscando el siguiente salón, no tenía ni la menor idea de en donde estaba y veo que James está a unos cuantos metros.

No, no, no.
Ahora no tengo ganas de lidiar con él.

Intento dar la vuelta pero ya es muy tarde porque en tan solo unos segundos escucho su voz detrás de mi, lentamente me giro para verlo con cara de pocos amigos.

—Hola niñita, ¿perdida?—puso cara de tristeza pero con una inmensa sonrisa.

—Claro que no, solo estoy buscando un salón—ruedo mis ojos—déjame tranquila Smith—su sonrisa se ensancha y pone un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

—Estás perdida, yo podría ayudarte—Este idiota hasta cree que voy a confiar en él.

—No gracias, puedo sola—me muevo hacia un lado para intentar escapar pero se pone en frente de mi y me hace chocar con su pecho, maldigo bajito.

—Ya en serio, solo quiero hacer las pases—rasca su cabeza, ¿estaba nervioso?, esta vez me da una sonrisa que parecía... ¿sincera?.

Suspiro, no había nadie más y ya iba tarde, es mi última opción.

—Bueno, pero te vigilo Smith—le digo mi clase y me lleva hasta una de las puertas—¿seguro que es aquí?, es que no parece que nada...—no me deja terminar porque abre la puerta y me empuja dentro, esto no es un salón, es el cuarto del conserje.

—¡Suerte, la necesitarás!—escucho a James decir mientras le pone seguro a la puerta.

—¡SÁCAME DE AQUÍ SMITH!—solo podía escuchar sus risas, oh amigo no sabes con quien te estás metiendo.

—Hay niñita, deberías de aprender que no puedes confiar en cualquiera.

—¡SÁCAME!—golpeo la puerta y nada.

—Sabes que no puedo hacer eso, tú te lo buscaste, aprende que nadie se mete conmigo linda—escucho sus pisadas alejándose y me quedo en el piso sentada, será una tarde muy larga.

Para mi buena suerte hoy había olvidado el móvil en la clase, estaba sola sin poder llamar a alguien, ¿supongo que no podían tardar o si?...

Ya habían pasado 2 horas, 2 malditas horas que llevaba encerrada, cuando saliera de aquí James Smith iba a aprender quien era realmente Stephanie Sullivan, niñita mis ovarios, iba a vengarme de ese idiota.

Escucho una voz al otro lado de la puerta y me pongo de pié rápido.

—¿Estás ahí Steph?.

—¡Si soy yo, sácame por favor!—golpeo la puerta con mis manos y escucho como van abriendo la cerradura, la puerta de abre y miro que es Mason—gracias, gracias, gracias—digo rápido y me lanzo a sus brazos quedando colgada de él, beso su mejilla—juro que iba a volverme loca ahí—me doy cuenta de que estaba sobre él y me sonrojo, Mason solo me miraba con una sonrisa, bajo de sus brazos y veo que viene con alguien más.

—No hay nada que agradecer Steph, perdón por tardar tanto apenas nos entramos venimos por ti—se da cuenta de que estoy viendo al chico pelinegro a su lado—este es Luke—es muy alto, cabello lacio negro azabache y hermosos ojos entre verde y como la miel.

—Gracias por venir, no se que hubiera hecho si me quedaba otra hora ahí—hago un puchero y ambos ríen—me vengaré del idiota de su amigo.

—Nosotros te ayudaremos linda—dice Luke con sus manos en sus bolsillos.

Pasamos a la clase por mi teléfono y después a la cafetería por unas malteadas. Ya llevaba 2 e iba a pedir la tercera, ambos me miran sorprendidos.

—¿Cómo puedes tomar tantas Steph?—Luke apenas llevaba la mitad de su primer malteada, me encojo de hombros.

—Nunca habrá demasiadas malteadas para mi—sonrío—ustedes dos no se parecen en nada al gruñón de James—ya me estaba encariñando.

En ese momento llega Mason con la segunda ronda de malteadas, bueno la tercera para mi,  hago una imitación de James y Luke se ríe tanto que la malteada le sale por la nariz.

Ya por la tarde entro al cuarto, Jane no estaba, seguro había salido con algún chico del instituto, ella y los chicos son como imanes, me quedo acostada y en tan solo unos minutos ya estaba dormida.

Viviendo en un internado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora