1.Mira por dónde vas

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Stephanie POVs

A pesar de intentar convencer a mis padres con largas discusiones, argumentos que ni el mejor de los abogados tiene y hasta con presentaciones que mostraban las desventajas de que me mandaran a Londres. Me voy hoy mismo.

Al parecer el hecho de que sea una gran ciudad, que tuvieran un asesino tan conocido como lo es Jack el destripador, que llueva la mayor parte del tiempo... no contaron como argumentos válidos según mis padres. Así que aquí estoy, sentada en un pequeño asiento junto con mi equipaje de mano mirando como las personas van de un lado al otro dirigiéndose a sus destinos. Me levanto rápidamente y voy a la  drug store para tomar un paquete de cada uno de los chocolates que tenían, comienzo a tomarlos y a ponerlos en el mostrador, chocolate amargo, semi amargo, con almendras, nueces, arándanos y... ¿malvaviscos? Bueno eso es nuevo, tendré que llevarlos también. Miro a la señora que está marcando para cobrarme y le doy una sonrisa de esas que ponen los niños cuando están a punto de empacharse.

—¿Segura llevará tanto chocolate?— me dice devolviéndome la sonrisa y poniendo todo en una bolsa.

—Si, será un viaje muy largo y no estoy segura de poder sobrevivir sin esto—. Suspiro tomando una barra de chocolate y la pongo contra mi mejilla—son mis preciosos.

La señora de unos aproximados 40 años me sonríe y asiente.

—Pondré estos de cortesía— añade una bolsita de gomitas y me guiña un ojo— espero no sea tan largo ese viaje.

Le agradezco y voy de regreso a mi asiento, oh si supiera, esto no es un viaje por gusto, pero al menos ya tenía con que pasar el rato dentro del avión.

Escucho que comienzan a pedir que abordemos al vuelo, subo  y camino buscando mi asiento por los pasillos hasta que lo encuentro, reviso dos veces que sea el mismo número y lo es pero... ya había alguien ahí, me fijo en el chico que está sentando en el que tendría que ser mi sitio, parecía a lo mucho algunos años mayor que yo, quizás vaya a la universidad, o tal vez sea un asesino serial, pero... es un maldito dios griego.

—Éstas en mi asiento— digo bajito tosiendo un poco para llamar su atención, gira hacia mi y mierda... cabello negro azabache, ojos grises, esa sonrisa que seguro me hacía poner cara de que jamás había visto un chico en mi vida; muerdo mi labio y cuando me doy cuenta intento dejar de hacerlo, aparto la mirada maldiciendo por parecer una chica en plena edad hormonal.

—Este es mi asiento— me muestra su boleto acercándose un poco a mi, puedo percibir su olor, café? mmmm algo más, quizás caramelo? Vuelvo de mi trance y me doy cuenta de que ambos tenemos el mismo número de asiento.

—Ya vengo—sonrío incómoda y me voy a buscar a una sobrecargo.

La mujer me dice que debió de ser un error de sistema, me acompaña de regreso a donde estaba el chico y yo la miro.

—Perdón por las molestias, pero puede quedarse a lado del joven—me guiña un ojo—está libre el lugar—nos da una última sonrisa y se va.

Perfecto Steph, primero te muestras como una niñata inmadura y ahora compartirás vuelo con este chico.

El chico me da una sonrisa y se levanta para dejarme pasar al asiento de a un lado.

—Gracias—digo bajito y puedo ver como me recorre con la mirada.

—No es nada—me da su mano—un placer, soy Will—tomo su mano y sonrío.

Viviendo en un internado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora