Lo que aprendí de amarte.

11.La cueva del amor

A Cate se le olvidó por un momento todo su enfado.

-Emily: también he traido la cena.

Sacó una cesta con unos bocadillos y un delicioso vino dulce.

-Cate: ya veo que lo tenías todo muy bien pensado pero ¿cómo vamos a beber el vino sin copas?

-Emily: pues de la botella ¿a caso te molesta? 

Cate seguía sin querer tener tanta confianza con Emily, pero no tenía más remedio.

Ambas cenaron y permanecieron en silencio mirando la luna.

-Cate: estoy cansada, creo que deberíamos volver.

En ese momento Emily se colocó detrás de ella y comenzó a masajear su cuello, sus hombros, su espalda.

-Emily: puedes apoyar la cabeza en mi regazo si quieres. 

Cate estaba demasiado cansada y relajada como para pensar en otra cosa así que se durmió mientras Emily acariciaba sus dorados cabellos.

Los primeros rayos de sol despertaron a Cate.

-Emily: buenos días, ¿ha dormido bien la princesa?

Cate se sonrojó, Emily la estaba mirando fijamente, Cate no se atrevía a levantar la mirada del suelo, Emily levantó la barbilla de Cate para obligarla a mirarle a los ojos. Esos segundos fueron muy tensos para Cate.

Emily se levantó.

-Emily: vamos, levanta o llegaremos tarde al rodaje.

Con la sorpresa de Cate al ver que Emily no había intentado nada, las dos estuvieron rodando todo el día.

Cate fue al camerino de Emily por la noche.

-Cate: gracias por no haber intentado nada ayer.

-Emily: dejaste muy claro que amabas a otra, yo no puedo luchar contra eso.

Cate comenzó a llorar, cada vez estaba más cerca de Emily.

-Cate: después de lo de ayer, se que aquel beso no fue con mala intención, tú no sabías nada y yo tenía que haberte apartado pero no lo hice y ahora ella se ha ido y quiero echarle la culpa a alguien pero en realidad es porque no me doy cuenta de que todo es culpa mía y...

Emily puso sus labios sobre los de Cate para que se callara y cuando se separaron.

-Cate: creo que lo necesitaba.

Cate continuó con otro beso y Emily lo siguió, besó su cuello y cuando intentó quitarle la camiseta.

-Cate: espera, espera no puedo, creo que todavía no estoy preparada.

Emily abrazó a Cate.

-Emily: no te preocupes amor, no hay prisa.

Las dos durmieron abrazadas toda la noche, y Cate no envió su mensaje a Sarah.