6. Deal

739 111 21
                                    

Por cierto, ¿Wonwoo? Sé que he dicho que mantendría este secreto tuyo pero... ¿Podrías hacer algo por mí?

Mingyu era un demonio, un vil ser que había venido a la tierra para atormentarme, eso estaba claro. Lo que había comenzado como una relación de odio unilateral, cada vez más se estaba convirtiendo en un sentimiento mutuo.

¿Cómo se atrevía?

Él sabía cuánto había sufrido por el simple hecho de que él descubriese mi secreto y, aunque una pequeña parte de mí pensó que Min tenía razón –o al menos quería pensar que la tenía –resulta que Mingyu era una persona egoísta, igual que el resto.

―¿Qué quieres? ¿Dinero? Puedo darte eso si es lo que quieres. ―Mingyu elevó una de sus cejas, sorprendido por mi ofrecimiento.

―No había pensado en pedirte dinero si te soy sincero, aunque quizá debería de hacerlo, pero no soy tan cruel; sin embargo, hay algo que sí que estaría dispuesto a pedirte.

―No soy un objeto sexual si es lo que estás pensando. ―Las orejas de Mingyu se colorearon de rojo y, a pesar de su inmenso tamaño, se vio tan nervioso que por un segundo me sentí mal por haber bromeado así cuando no había tal confianza entre nosotros. ―Estoy bromeando... ―me agaché buscando sus ojos y acercándome un poco, actuando preocupado, a pesar de que ya era varios centímetros más bajo que él.

―N-no estaba pensando en eso tampoco, idiota. Presiento que tienes mucho libre, a pesar de que grabar vídeos y editarlos ocupe alguna de tus tardes así que había pensado que quizá mientras que estoy estudiando puedes llegarte por mi casa durante tres meses para limpiarla. Yo guardo tú secreto y yo gano más tiempo para estudiar hasta que lleguen mis finales, a mí me parece un trato bastante justo, ¿no crees?

―¿Quieres que sea tu chacha? ―Mingyu soltó una carcajada, intentando taparse de forma estúpida su boca con una de sus grandes manazas.

―¿No te parece gracioso? El youtuber más grande del país está limpiando mi casa, que soy un pobre perdido en esta vida.

―Me parece que eres gilipollas más bien. ―murmuré por lo bajo a sabiendas de que me escucharía perfectamente.

―Modales, Jeon, modales. A no ser que quieras que abra mi cuenta de Twitter y le diga al mundo quién eres. ―Miró por encima del hombro, observando cada rincón de mi casa. ―Espero que hagas un mejor trabajo que aquí. ―dijo con disgusto mientras que observaba la caja de pizza olvidada en la mesa del salón que aún guardaba algunos restos. ―¡Ah! Por cierto, en caso de que se te ocurra contratar a alguien para que haga tu trabajo, serás igualmente penalizado. ―su sonrisa, su puta sonrisa falsa, quería borrársela de un puñetazo; sin embargo, sabía que me dejaría medio moribundo incluso antes de que quisiera intentarlo.

―Entendido. ¿Cuándo quieres que empiece? ―En mi voz podía notarse que estaba enfadado, cosa que parecía alegrarlo.

―Mañana mismo, hoy vamos a pasar el día juntos comiendo, ¿recuerdas? ―En ese momento Jihoon bajaba las escaleras vistiendo su ropa para hacer deporte. Le gustaba salir a correr a un parque que había cercano antes de ir al gimnasio y seguir pasando la mañana allí.

―¡Hola, Jihoon! ―Lo saludó con un movimiento de mano. Mi amigo parecía asustado, observándonos de uno a otro, buscando una respuesta sobre qué hacía en mi puerta tan temprano.

―Escucha, es un gilipollas, pero espero que no tenga que pelearme contigo, Kim. Puede que sea bajito, pero te partiría las piernas antes de que pudieras parpadear.―Mingyu no borró su sonrisa y levantó sus manos en señal de paz.

―Hemos llegado a un trato bastante justo si me permites mi opinión, no creo que tengamos que llegar a las manos. ―Jihoon me observó, esperando una confirmación, y yo solo rodé los ojos a sabiendas de que hablaba en serio en eso de partirle las piernas. ―Por cierto, ¿a qué hora hoy?

Al final quedamos para tomar algo después de cenar, definitivamente ese día me tocaría a mí emborracharme porque si no, sería imposible que soportara aquel imbécil durante toda la noche y, si hacía alguna estupidez, podría culpar al alcohol.

Al final quedamos para tomar algo después de cenar, definitivamente ese día me tocaría a mí emborracharme porque si no, sería imposible que soportara aquel imbécil durante toda la noche y, si hacía alguna estupidez, podría culpar al alcohol

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No sabía qué había ocurrido en el piso de Mingyu pues, el silencio se vio interrumpido por una gran carcajada suya, siendo la más genuina que había oído desde que había llegado a lo que se había convertido en mi nuevo hogar.

No sabía qué había ocurrido en el piso de Mingyu pues, el silencio se vio interrumpido por una gran carcajada suya, siendo la más genuina que había oído desde que había llegado a lo que se había convertido en mi nuevo hogar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De nuevo, escuché a Mingyu gritar de forma aguda desde la cama de mi habitación.

Por el amor de dios, ¿por qué estaba sonriendo como un adolescente?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por el amor de dios, ¿por qué estaba sonriendo como un adolescente?

―¡Escúchame, Kim Mingyu! ―grité mientras que golpeaba la pared que estaba a mis espaldas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

―¡Escúchame, Kim Mingyu! ―grité mientras que golpeaba la pared que estaba a mis espaldas. Intentando no pensar en el temblor de mis dedos después de haber escrito aquel último mensaje.―¿Tengo que llamar a una ambulancia? ¿Qué ha sido ese golpe? ¿Estás bien o mis deseos de que mueras se hicieron realidad? 

I'm not your fan! [MEANIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora