12. Puppy

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Mingyu había hecho su promesa, no volvería a ver mis vídeos; sin embargo, un brillo intenso apareció en su mirada oscura.

―Supongo que no será un problema desde que tú mismo dijiste que no tenías ni idea de quién era hasta hace unas semanas. ―dije mientras que entrelazaba mis dedos y apoyaba mi barbilla en mis manos, dejando mi peso contra mis codos los cuales estaban sobre la mesa.

―¿Qué pasa si ahora me convertí en tu fan? ―preguntó él con lo que parecía una sonrisa coqueta e imitaba mi posición, aunque sus ojos seguían viéndose como si fuera un pequeño cach-.

Para.

Jihoon tenía razón y, después de haber hablado con él, había hecho una lista mental sobre los pros y cons que tenían Mingyu y Min.

Mientras que Mingyu era todo positivo: vivía cerca –de hecho su habitación daba a la mía –era atractivo, inteligente, gracioso con una pizca de mal humor que volvía todo mucho más interesante y, por si fuera poco, sabía mi secreto y no parecía ser un posible peligro en cuanto a revelar mi identidad al menos en el corto plazo. Si tuviera que pensar en algo negativo, sería que siempre estaba demasiado ocupado pero, volviendo a la distancia mínima que nos separaba, no parecía ser un gran problema.

Por otro lado estaba Min, había sentido que había conectado con él desde el primer momento y, quizá porque no sabía quién estaba realmente detrás de la pantalla, era tan intrigante mantener una conversación con él... Además, parecía siempre saber qué deseaba escuchar –o en este caso leer –y siempre me apoyaba en todo lo que le contase. Sorprendentemente, después del susto que tuve con Mingyu, se convirtió en un hombro indispensable–no hablando literalmente en este caso –en el que pude apoyarme. Siempre intentando distraerme para que no me preocupara demasiado o intentando animarme, quitándole el peso necesario al asunto hasta que ya este prácticamente no se sentía a mis espaldas; sin embargo, la parte negativa era tan grande como la positiva, aunque el misterio que lo rodeaba parecía atraerme como si fuera el imán perfecto para mí, tenía que decir que me asustaba. No solo por el hecho de que podría estar mintiéndome y ser alguien totalmente diferente de lo que solía decir, sino que la posición social que yo ocupaba era... Complicada. No podía permitir que nadie más supiera mi secreto, por lo que incluso las llamadas a través de webcam estaban prohibidas, aunque eso no parecía ser un problema para él, pues no parecía tampoco tener especial ilusión en que yo supiera demasiados detalles sobre quién era él realmente, cosa no sabía cómo tomármela.

―¿Wonwoo? ―Mingyu intentó llamar mi atención golpeando sus propios palillos contra mi plato. ―¿Pensando en Min? ―preguntó con una sonrisa retorcida.

―¡Cállate! ―grité tan fuerte que algunas personas de alrededor se giraron para observarnos con el ceño fruncido aunque a él pareció divertirle la atención que obtuvimos.

―¿Por qué? ¿Acaso no tengo razón? ―preguntó, aún con aquella chispa curiosa en sus ojos.

―¿Sabes? A veces me recuerdas a él. ―Mingyu estuvo a punto de comer un poco más, si no fuera porque sus palillos se doblaron y la carne se cayó contra la mesa, salpicando un poco de grasa y la salsa que había usado.

―¿D-de qué estás hablando? ―Apoyé mi cabeza sobre mi mano, paseando mi mirada por todo su rostro, lo que lo hizo estar mucho más nervioso.

―Sí, Min me dijo que era alto y tenía tu edad...

―¿Crees que soy el único chico con veintidós años de Corea que es alto? ―preguntó con una carcajada. ―Qué gilipollez.

―Además me dijo que era fuerte y, bueno, creo que podrías partirme en dos si te lo propusieras. ―Mingyu levantó su mirada tan rápido de la mesa que posiblemente se mareó, teniendo sus mejillas tan rojas que podríamos hacer la carne en ellas. Hasta que finalmente entendí que podrían malinterpretarse mis palabras. ―Quiero decir, con todos esos músculos y eso. ―Continué mientras que señalaba sus brazos con mis palillos. ―También tienes ese rostro que me recuerda a un pequeño cachorro.

―¿Estás intentando coquetear conmigo, Beanie? ―susurró cuando apoyó su cuerpo contra la mesa, levantándose levemente de su asiento y dejando su rostro a unos centímetros del mío. Mingyu olía a cerveza pero también de esa forma que me había vuelto loco ese día que me lo encontré cuando volvía de casa de Jihoon.

―Pero como siempre, me recuerdas que no eres él. ―dije con una sonrisa, tan triste que hasta el propio Mingyu podría decirlo, mientras que volvía a comer intentando dar el tema por zanjado.

―¿Por qué? ¿Qué le hace a Min ser mejor que yo? ―Antes de ver su cara, pensaría que estaba bromeando, intentando molestarme... Sin embargo, Mingyu estaba más serio de lo que jamás pude haberlo visto. Su mandíbula apretada hasta el punto que podría estar haciéndose daño y con los nudillos blanquecinos, con los puños cerrados sobre la mesa.

―No estés celoso Mingyu, simplemente la conexión que tuve con Min es... Diferente. Nunca me había ocurrido si te soy sincero, me comprende de una forma en la que nunca pensé que alguien podría lograrlo. Mi madre siempre dice que soy un poco...

―¿Frío?

Beanie96: ¿Te gusta mi voz?

MdeMin: ...

MdeMin: ¡Descríbete de una vez!

Beanie96: vaaaale, vaaaaale. Bueno, pues siento ser yo quien te diga que las dos opciones son erróneas. Soy un chico bastante normal y, para tu información, me gusta darme largas duchas hasta que no puedo ver mi reflejo en el espejo gracias a todo el vapor. Soy alto, al menos más alto que el resto de mis amigos, mido 1'82. Soy moreno como prácticamente toda la población??? Soy muy delgado, la gente que me conoce acaba dándose cuenta de que no tengo ningún problema alimenticio, simplemente no puedo engordar. ¡Oh! ¿Sabes qué? Tengo un ojo más grande que otro y puede notarse a simple viste pero, como uso gafas puedo disimularlo un poco. No sabría qué más decir, ¿algo que quieras preguntar?

MdeMin: Awww no sé por qué ahora te imagino tan taaaan adorable. ¿Cómo te ves? Quiero decir cómo describirías la imagen que das.

Beanie96: Mi madre dice que estoy soltero porque tengo esta imagen tan fría pero en realidad no es verdad. Mis ojos son muy afilados y no suelo expresar mucho con mi cara, no me gusta que la gente sepa en qué estoy pensando. Así que parece que paso todo el tiempo en blanco. ¿Y tú, cómo te ves?

MdeMin: No sé cómo te verás, pero no me pareces alguien frío, si el intercambiar un par de mensajes y el haber visto todos tus vídeos me permite opinar.

―Iba a decir "raro". ―Entrecerré mi rostro, intentando buscar algún cambio en su gesto. ―¿Cómo sabes que mi madre piensa que me veo frío, Kim Mingyu?

 ―¿Cómo sabes que mi madre piensa que me veo frío, Kim Mingyu?

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I'm not your fan! [MEANIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora