23. Beanie96

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―No te lo he dicho pero voy a estar fuera una semana. ―dijo Jihoon antes de comenzar a subir las escaleras. ―Cheol tiene vacaciones ahora, así que... Sí, hemos decidido viajar juntos y estaremos de aquí para allá visitando distintos lugares, a mí me gustaría ver el mar... ―Tamborileó sus dedos en la barandilla nervioso sin saber qué más decir como si necesitara algún tipo de validación a sus actos, siempre tenía miedo a demostrar sus sentimientos o cruzar la línea de lo que él creía que era demasiado moñas para su gusto.

―Me alegro mucho de que las cosas estén yendo bien, habéis perdido mucho tiempo y el pobre de Seungcheol se merece disfrutarlo tanto como pueda después de tanto esperando por ti. ―reí cuando mi amigo bufó.

―Pero... ―Las sombras hacían figuras en el rostro de Jihoon cuando observó hacia la planta de arriba, evitando mi mirada. ―Me siento mal dejándote ahora aquí solo, estoy seguro que ni siquiera serás capaz de comer bien si no estoy aquí.

―Aunque te sorprenda, no soy un niño y puedo cuidarme solo. ―respondí intentando sonar lo mejor posible, sabía que lo decía porque se preocupaba por mí. ―Te conozco y vas a estar mandándome mensajes y llamándome para comprobar si he sobrevivido pero, en serio, disfruta de estas vacaciones, puedo hacerlo.

―Está bien. ―Suspiró. ―Descansa Won y si necesitas alg-

―Sí, sí... ¡Trae algo para mí! Y no me seas cabrón tienes el dinero suficiente como para comprar algo más que una simple postal. Buenas noches, Ji.

La casa se veía demasiado vacía a pesar de que siempre lo había estado, ahora se sentía demasiado grande para mí solo, necesitaba escuchar una pequeña risa aguda de fondo y, entonces, mi cerebro imaginó a la perfección como nos habríamos visto Mingyu y yo mientras que nos besábamos, corriendo hacia mi habitación siendo un desastre con patas. Lo había rememorado tantas veces que ni siquiera necesitaba cerrar los ojos, simplemente dejar las mente en blanco y... ¡ahí estaba de nuevo!

Aunque lo había intentado evitar, subí a la azotea antes de que las paredes comenzaran a cerrarse, tanto, que no pudiese respirar. El viento en mi rostro, despeinando mi cabello y dirigiéndolo hacia todas las direcciones excepto la apropiada, era suficiente como para que el oxígeno hiciera su trabajo por el momento.

Allí, en la soledad, me di cuenta de algo. Por mucho que doliese la idea, me habían gustado ambos sin querer aceptarlo porque, si no, estaba seguro de que no habría reaccionado así; sin embargo, estaba tan ensimismado ante el misterioso Min, que no me había permitido darle una oportunidad a Mingyu. Pero, al contrario de lo que habría imaginado en un principio, cuando nos besamos no se sintió como una simple atracción física, quizá mi mente en algún momento deseó que ambos fueran la misma persona aunque la realidad fue mucho más dolorosa de lo que creí posible.

Con eso en mente, sentí que debía de hablar con Mingyu, quizá una segunda oportunidad no era tan mala idea y, definitivamente, necesitaba disculparme por el espectáculo que monté anteriormente en el bar. No podía imaginar cuán avergonzado habría estado, la forma en la que le grité delante de todo el mundo y lo dolorosas que debían de haber sido mis palabras... Aunque había sido un gilipollas, no debería de haber hecho eso.

Por fin pude dormir y descansar después de mucho tiempo y, al despertar, había pasado tantas horas enrollando entre mis sábanas que un fuerte dolor de cabeza mantenía tamborileando mis sienes. Después de una pastilla para solucionarlo y una larga ducha que relajase mis músculos decidí que debería de ser valiente una vez en la vida y caminé hacia la casa de Mingyu; sin embargo, nadie abrió la puerta a pesar de que lo llamé y grité su nombre durante varios minutos. No me apetecía volver a mi apartamento y, sintiendo el ruido en mi barriga y la hora que era, lo mejor sería ir a cualquier lado para conseguir comida.

Algo era diferente, quizás podrían ser imaginaciones mías, pero era como si la gente me estuviera mirando. Aprovechando los escaparates de las tiendas, me miraba una y otra vez en el reflejo buscando algo diferente, que destacara e hiciera que las miradas estuvieran puestas en mí.

Al contrario de la creencia popular, no me gustaba visitar restaurantes ostentosos, así que simplemente fui a uno pequeño con vistas a un gran parque que vendía comida rápida, posiblemente una hamburguesa solucionaría todo. 

No había nada que no pudiera arreglar una hamburguesa.

Después de pedir a una señora algo mayor pero con gran sonrisa, escogí una mesa que se situaba al fondo de la habitación y, aunque estar en la última esquina de aquel lugar podía parecer una mala elección, el gran ventanal con vistas al verdoso césped era simplemente increíble. Además, el sabor de la comida ya hacía que el venir aquí mereciese la pena. 

Hacía mucho que no visitaba aquel lugar durante el fin de semana, quizá por eso es por lo que había tantos adolescentes arremolinándose por la zona, aunque aquello no me hacía sentir más cómodo por lo que me removí en mi silla demasiadas veces como si aquello fuese a cambiar algo, como si mis dedos no fuesen a estar tan engarrotados.

El nombre de Mingyu apareció en el medio de la pantalla de mi móvil, el cual estaba abandonado en la mesa desde que llegué, no es como si le hubiese prestado mucha atención durante todo el día. Con Jihoon ocupado y Mingyu –y Min junto a él –sin hablar conmigo, es como si mis notificaciones hubiesen muerto. Acepté la llamada rápidamente, evitando por cualquier medio que pudiese arrepentirse y colgar antes de que pudiese ni siquiera agarrar el maldito aparato.

―¿Dónde coño estás? ―Mingyu sonaba agitado como si estuviera corriendo.

―¿P-por qué preguntas?

―Wonwoo, joder, te he preguntado que dónde estás. Por favor, por favor dime que no has salido a la calle.

―S-sí, estoy comiendo fuera. ―¿Qué cojones estaba pasando?

―Me cago en... ―Resopló. ―¿Dónde estás? Intenta ir a un lugar privado, voy ahora mismo.

―En el bar de comida rápida que fuimos una vez, en el parque. ―Las miradas de los que me rodeaban parecían incluso más intensas que antes.

―¿El de tus hamburguesas favoritas?

―Sí.

―Ve al baño si ves que las cosas se ponen muy feas, creo recordar que era individual, nadie podrá acercarse a ti allí.

―P-pero, ¿por qué?

Como lo oyen. ―dijo la mujer de las noticias, la televisión sonaba demasiado fuerte a pesar del ruido de toda la gente que había ido a pasar el rato allí. ―El rostro del famoso youtuber Beanie96 ha sido revelado y ha sido el tema más hablado en la red desde ayer en la noche. Al parecer, un joven grabó como un grupo de amigos se encontraban en medio de una discusión en un bar de copas en la zona centro de la ciudad de Seúl cuando el joven reveló su identidad sin saber que estaba siendo grabado. Por supuesto, dicho vídeo se hizo real en las redes sociales rápidamente. Los fieles subscriptores están de acuerdo de que su identidad es la misma que la de este joven ―Continuó mientras que señalaba una pantalla en la que se veía claramente mi rostro a pesar de ser una captura del vídeo. ―Desde que la voz coincide a la perfección con la de Beanie96. Los adolescentes se han vuelto locos con la notic-

Dejé de escuchar porque entonces pude notarlo, las sonrisas y ojos abiertos de par en par, los móviles y sus cámaras inclinadas hacia un mismo lugar, todo con un mismo objetivo, yo. 

Joder, creo que no puedo respirar.

I'm not your fan! [MEANIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora