9. Distance

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Mingyu entrecerraba los ojos mientras expulsaba el humo de sus labios. Parecía tan relajado que podría haber quedado dormido solo con verlo. El alcohol aún recorría mis venas con fuerza y, posiblemente, al día siguiente no recordase nada de esto.

Las facciones de Mingyu se veían endurecidas gracias a las sombras que aparecían a causa de la luz de la ciudad y de las estrellas, perdiéndose así su rostro más parecido a un cachorro... Y ahí estaba de nuevo, Min en mi mente.

No sabía qué diablos estaba pasando conmigo y tampoco es como si quisiera hablarlo con mis amigos, posiblemente pensarían que estaba loco por haber comenzado a tener contacto con un seguidor y tal vez podría meterme en un problema si alguien más se enterase, porque seguramente, viviendo en la sociedad en la que vivimos, alguien diría que me estaba aprovechando de él. Y de ninguna manera yo quería aprovecharme de Min. Simplemente nos conocimos porque yo era Beanie96 y él era un gran seguidor de mis vídeos pero yo... Yo quería que me viese como Jeon Wonwoo.

―Entonces, ¿por qué no se lo dices? ―murmuró Mingyu. Yo estaba escandalizado, no me jodas que encima lee la mente porque definitivamente eso sería muy vergonzoso. ―No, Wonwoo, no leo la mente. Simplemente te pusiste a divagar en voz alta sobre un tal Min al cual has conocido gracias a ser Beanie96 y pareces estar confuso... ―Mingyu no me había mirado en ningún momento y, cuando lo hizo, sus ojos se veían tan... Intensos y brillantes. Parecía saber más de lo que decía y, quizá, Mingyu era la persona más aterradora que había conocido en toda mi vida. ¿Cómo había pasado de ser de un simple desconocido que vivía junto a mi pared a ser la persona que sabía más secretos míos que el propio Jihoon?

―O-Oh, vaya. Sé que no he parado de pedirte favores desde que te conocí pero... No se lo digas a nadie, ¿por favor? ―Mingyu suspiró, acabando su cigarro y echándole en lo que parecía un recipiente para colillas –posiblemente él mismo lo puso allí, desde que Jihoon me comentó que lo había escuchado desde su ventana cuando subía a hablar por teléfono mientras que fumaba –y se sentó a mi lado.

Así estuvimos durante minutos en silencio, observando la ciudad que se veía tan calmada, muy diferente de lo que solía ser cuando el sol hacía aparición entre sus calles.

―No me has respondido. ―murmuró Mingyu, tan bajo, que su voz salió totalmente rota.

―Estoy asustado. No quiero que nadie más lo sepa, además lo acabo de conocer, podría ser un loco y mañana aparecer muerto en todos los periódicos por su culpa, no gracias. ―Él soltó una carcajada y se sentó más cómodamente.

―Eres un paranoico. ―susurró.

―He leído historias de otros youtubers famosos, ¿vale? Algunos tuvieron que mudarse repetidas veces porque los seguían a casa y créeme yo no estoy capacitado mentalmente para soportar eso. Tampoco para saludar a la gente que se acerque a mí, ¿te imaginas que me piden una foto? ¡Qué horror! Me podría mear encima si eso ocurriese. No quiero que piensen que me lo tengo muy creído y no quiero hablar con mis seguidores por simplemente tener... Miedo. ―En algún punto de mi monólogo, Mingyu se había girado para observarme; sin embargo, yo estaba tan metido en la historia mientras que movía mis manos sin parar que no me di cuenta hasta que paré de hablar para tomar aire.

―Sería un desastre si tuvieras que mudarte, posiblemente tuvieras que irte a una casa de campo perdida en mitad de la nada y no creo que la conexión a internet sea muy buena allí, si es que consigues algo.

―¿Por qué lo dices? ―pregunté, asustado por lo cerca que estábamos.

―¿Quién te iba a soportar como vecino que no sea yo? No te creas que todo el mundo es tan benevolente. Quizá no tengas a tus fans en la puerta, pero posiblemente tengas un par de policías para advertirte que si no cierras el pico conseguirás una denuncia. ―dijo con una sonrisa antes de volver a observar el cielo.

I'm not your fan! [MEANIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora