18. Pizza

644 94 15
                                    

Todo era más perfecto de lo que jamás imaginé en toda mi vida, Mingyu había puesto una lista de reproducción de fondo mientras que bebíamos cerveza y comíamos pizza. A veces lo miraba de reojo para darme cuenta de que sus ojos ya estaban puestos en mí y una pequeña sonrisa surcaba sus labios. ¿Acaso él...? Imposible.

―¿En qué estás pensando? ―murmuré. No sabía por qué pero desde que habíamos llegado a la azotea simplemente habíamos hablado en susurros. Mingyu se echó hacia atrás, sentándose mientras que se apoyaba en su mano que estaba detrás de su cuerpo y estiró sus piernas, observando el cielo. Su sonrisa se hizo un poco más tímida, intentando esconderla pero fallando notoriamente.

―Nada. ―Su voz sonaba más ronca cuando respondió, huyendo de mi mirada.

―No se veía como nada. ―Después de aquello volvió el silencio hasta que me atreví a comentar. ―Oye nunca me cuentas nada sobre ti, sobre tu familia, por dios ni siquiera sé si tienes pareja. ―Y dije aquello último perfectamente consciente, no queriendo hablar de géneros recordando mi conversación con Jihoon.

―¿Qué quieres saber? ―preguntó por fin atreviéndose a mirarme.

―¿"Todo" suena demasiado? ―Él soltó una pequeña carcajada mientras que yo pasaba los dedos por mi pelo intentando echarlo hacia atrás pero, al final, volviendo cada mechón a su lugar en mi frente.

―Mis padres viven en Anyang, mi ciudad natal. Tengo una hermana pequeña, nos parecemos mucho y nos llevamos muy bien, la echo muchísimo de menos y me encantaría que ella viniese a vivir conmigo pero aún está en el instituto, sus amigas están allí... Posiblemente cuando entre en la universidad se mudará. ―Yo de vez en cuando asentía cuando nuevos detalles se escapaban de su boca. ―En cuanto a pareja... ―Él rió un poco con más vergüenza que humor. ―No tengo, hace no mucho tiempo te habría dicho que no tenía tiempo para ello. Ya sabes, los estudios, el trabajo... Ocupa demasiado en mi vida y supongo, y espero, que en un futuro pueda centrarme más en mi vida sentimental.

―Has dicho que hace no mucho me habrías contestado eso, ¿qué ha cambiado ahora? Quiero decir... ¿por qué?

―Porque me gusta alguien. ―Lo dijo rápidamente, como si hubiese esperado mi pregunta.

―Vaya y... ¿cómo es? ―Él volvió a sonreír a las estrellas.

―Me gusta a mí por supuesto que él es genial. ―Él. Había dicho él. ¿A Mingyu le gustaba un chico? Necesitaba llamar a Jihoon.

―Apuesto lo que sea a que es aburrido y cuenta chistes de mierda como tú. ―Él me golpeó en el pecho mientras que reía sin parar, formando medias lunas con sus ojos hasta que finalmente suspiró aún con el recuerdo de una sonrisa en sus labios.

―Me gustaría negar eso, pero tienes toda la razón, aunque no pienso que él sea aburrido. ―Rodeó sus rodillas entre sus brazos, abrazándose a sí mismo, viéndose más pequeño de lo que en realidad era. ―Aunque sí es cierto que sus chistes son una mierda. ―rió.

―Cuéntame sobre él... Si quieres.

―Como dije, él es realmente genial y aunque nuestra relación es posiblemente la más extraña que haya tenido con alguien en toda mi vida la verdad es que me encanta hablar con él y, aún más, pasar tiempo con él.

―¿Extraña? Maldita sea, Mingyu, ¿qué es él?

―¿Él? Un idiota. 

Después de aquello simplemente cambió de tema, tampoco es como si quisiera forzarlo a hablar sobre algo que claramente lo avergonzaba de alguna forma.

―Ese trozo era mío. ―dije entrecerrando mis ojos viéndolo como masticaba felizmente.

―¿De qué hablas? ―preguntó, actuando como si fuese inocente.

―Dámelo. ―Estiré mi mano en su dirección y abrí y cerré mi puño, moviendo los dedos para que me lo diera. Mingyu chocó nuestras manos como si eso fuera lo que yo estuve buscando.

―Ya he comenzado a comerlo, no voy a pasarte mis babas.

―No es como si me importara. ―Él me observó con los ojos totalmente redondos. ―M-me refiero, no me da asco compartir la comida con otra persona.

―Una pena que no te vaya a dar mi trozo de pizza. ―murmuró mientras que marcaba ese "mi".

―Te he dicho que me lo des. ―Me puse de rodillas para llegar hasta él –que estaba justo enfrente, para poder empujarlo por los hombros. Evidentemente, no esperaba que fuese a caer tan fácilmente, aún más cuando era una bola de músculo y yo un saco de huesos. Caí torpemente sobre él, siendo un lío de extremidades.

―Vaya, Jeon. ―dijo cuando su rostro estaba a centímetros del mío, sin parecer afectado por la cercanía, a pesar de que podía sentir su corazón en mi pecho y sabía que era mentira. ― ¿Así piensas agradecerme el haberte invitado a una cita en la azotea? No pensaba que fueses a ser tan rápido. ―susurró mientras que guiñaba y rodeaba mi cintura con su brazo, podía sentir como se clavaba su reloj en mi baja espalda.

―¿Q-qué haces? ―tartamudeé.

―No te muevas. 

I'm not your fan! [MEANIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora