I'm not your fan! [MEANIE]

11. Promise

¿Invitar a salir a Mingyu? ¿Qué tontería era esa? Él me odiaba, porque me odiaba, ¿no? La verdad era que ya había pasado una semana desde la primera vez que estuve en su casa y, al contrario de cómo se comportaba al principio, siempre me sonreía de forma educada cuando llegaba a su casa y se disculpaba una decena de veces antes de irme por haber tenido que acudir a mí cuando esto era simplemente un trato que había estado dispuesto aceptar aunque no lo hiciera tácitamente. Tomé aire varias veces antes de abrir el chat de Mingyu.

―Así que... ¿Una cita con Gyu? Menudo cabrón, fui el primero en decirte lo bien que estaba. Won no respetas a nadie, joder. ―dijo distraídamente Jihoon mientras que doblaba un pequeño papel en sus manos y jugaba con él entre sus dedos.

―Has dicho tantas cosas mal en una simple oración que me dejas sin palabras. ―Jihoon levantó una ceja, dejando de jugar para observarme con bravuconería. ―Primero de todo, no es una cita simplemente Min me aconsejó que...

―Espera, espera. ―chilló Jihoon. ―¿Y yo soy el que está mal? Voy a resumirlo para ti, quizá si lo escuchas de otra persona veas donde está el error. Así que un día coincides con tu vecino, que por cierto está tremendo y, después de un par de problemas, te trata bastante bien, incluso te cuidó cuando estabas borracho aunque no os conocéis demasiado. Por otro lado está Min, un seguidor al que has conocido hace unas semanas y por el que crees que te estás empezando a pillar porque habláis a todas horas; sin embargo, no tienes ni idea de cómo se ve, ni siquiera sabes su verdadero nombre, mientras que el primero, no solo sabe cómo te llamas, sino que sabe tu secreto como todos nosotros y, para sorpresa de todos, no se puso a alucinar porque fueras Beanie. Por cierto, no quiero meter el dedo en la llaga pero, ¿te has dado cuenta de que Min te está aconsejando que conozcas a otro chico? Eso da qué pensar...

―Ajá, sí, supongo que ese es el resumen de la historia, ¿qué me quieres decir con eso? ―pregunté mientras que colocaba las gafas en su lugar con mi dedo índice.

―¿Eres gilipollas, cierto? ―dijo mientras que me lanzaba el papel con el que estaba jugando a mi cara. ―No lo sé, Won... No soy el adecuado para decirte qué deberías sentir y qué no pero Mingyu no es un chico feo, ¿verdad?