|| EXTRA ||

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Tres años después.

- ¡Corre amor, corre! - Grité a todo lo que mis pulmones daban cuando Mateo atrapó la pelota. Todos me miraron raro en ese momento - ¿Qué? ¿Una ya no puede alentar a su esposo? - Dije y ellos volvieron a mirar el partido.

- Mejor calmate loca - Dice Elenor quien está junto a Ethan.

- Cuando Ethan este en un partido sabrás lo que se siente -

- Lo sé, te recuerdo que anda en carreras clandestinas, aún odio eso pero no me hace caso - Respondió cruzándose de brazos.

- Lo dejaré amor, tranquila - Le dijo Ethan.

Dejé de mirarlos cuando escuché un gran golpe y luego a todo el estadio haciendo muecas y quejidos de dolor. Miré al campo y vi a un jugador del equipo contrario sobre mi hombre.

- ¡Vuelve a tocar a mi marido y te romperé el hocico, animal! -

- ¡Cállese ya, vieja loca! - Dice alguien atrás nuestro y mi amiga se levanta furiosa.

- ¡Vuelve a hablarle asi a mi mejor amiga y te mato, imbécil! -

Nadie mas responde, Ethan ríe agachando la cabeza pero luego mira hacia nosotras mientras que nos dimos la vuelta.

- Gracias preciosa - Le dije.

- De nada hermosa - Respondió.

Ethan vuelve a reír pero no dice nada, él y Mateo ya estaban acostumbrados a como nos llevábamos Elenor y yo.

- ¿Huh? ¿Pero qué le pasa? - Murmuré.

Vi que Mateo aún no se levantaba así que me preocupé, lo ayudaron a levantarse y el caminó adolorido hasta una banca cerca de las gradas en donde yo estaba así que cuando ningún guardia veía, bajé al campo y fui donde él.

- Mateo ¿Estás bien? - Le pregunté.

- Me duele el costado - Dijo sujetándose la parte adolorida.

- Ay porfavor, ya habías aguantado cosas peores, y ambos sabemos que puedes aguantar esto ¿Por qué no vuelves? - Me crucé de brazos, él suspira y deja de tocarse el costado.

- No lo sé... hoy me siento diferente, me siento inseguro... - Se sincera pero no me mira.

- Mateo, no debes sentirte así, yo estoy contigo, así que no importa si ganas o pierdes, o si juegas bien o mal, igual seguiré contigo, ahora ve al campo o nada pasará en la noche - Dije sonriendo con malicia y diversión.

- Ay por favor Lena, no serias tan cruel con tu pobre esposo - Dijo haciendo ojitos de cachorro. Yo lo besé.

- ¿Me quieres probar? - Respondí.

Él se levanta y me atrae por la cintura para besarme de nuevo, luego se va trotando con los demás y yo aproveché cuando estuvo junto a su equipo para gritarle.

- ¡Gana este partido por tu hijo! - El se detuvo en seco y se dió vuelta.

Me miró y yo le sonreí, toqué mi vientre y asentí, ví un sonrisa incrédula en su rostro y luego corre a toda velocidad para llegar junto a mi de nuevo, me abraza despegándome del suelo comenzando a besarme todo el cuello y dando algunos pasos. Yo reía pero luego agarré sus mejillas con una mano y besé sus labios.

- Te amo tanto Lena Moore -

- Yo te amo más Mateo Keller -

Mateo me baja con cuidado y me vuelve a besar.

- Ahora vuelve al campo y ganales a esos idiotas - Dije.

- Claro que si, princesa - Dice.

En ese momento los guardias llegaron para sacarme del campo pero Mateo los aleja tomándome por la cintura y agarrando por la muñeca al que había estirado su mano para tocarme.

- No la toquen, es mi esposa y esta embarazada, animales - Dijo tensando la mandíbula y los guardias asistieron.

- Ganales - Dije una vez más.

Me fui de nuevo a las graderías y Mateo se fue con el equipo quienes lo felicitaban sonrientes por nuestro hijo.

- Entonces... se lo dijiste - Dice Elenor cuando llegué a su lado.

- Sep -

- Y se lo tomó bien -

- Muy bien... -

- ¿Lo amas? -

- Más que a mi propia vida, si -

- Son hechos el uno para el otro - Termina y yo sonreí.

El juego continuó. Mateo jugaba como nunca y en su rostro siempre tenía una sonrisa, además de que aveces parecía usar alguno movimientos de baile que una vez practicamos porque quiso aprender por mi.

En los últimos segundos, Mateo anotó el último y con ese último punto ganamos.

Yo saltaba en mi lugar gritando y luego volví al campo y corrí hacia Mateo, el me esperaba con su casco en el suelo, me subí en el y lo bese.

Si... sigo siendo una enana a su lado.

Le entregaron el balón a Mateo y el abrazándome lo levanta y me besa de nuevo.

Esto es más de lo que pude soñar. Un esposo súper sexy y amoroso, mis amigos, y ahora un hijo o hija... Nada puede ser mejor que esto.

Nada.

Fin

MI VIDA JUNTO A TI || 2 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora