Tuvo que controlar el impulso de no romper la copa vino contra el suelo cuando el Gran Maestre Algie le contó sobre las circunstancias que rodearon el asesinato del príncipe Gabryel Targaryen.
El nuevo lord del Bosque Real, el niño al que Devendra ni siquiera conocía muy bien, había escrito de su puño y letra que Sienna Stark no sería devuelta a la Fortaleza Roja por su participación en el crimen contra su padre y que Devendra Connington no se atreviera a cruzar el límite de la Puerta del Lodazal que, bajo su orden, permanecería cerrada, desentendiendo sus dominios con las Tierras de la Corona, y dejando la vida de Devendra así como el Trono de Hierro en manos de su prima, la reina Vassillisa.
Devendra no podía creer lo que leía. El pillo de Gabryel Targaryen había estado tramando su ascensión al Consejo para arrebatarle la insignia de la Mano del Rey a Devendra, y ella sabía que su carta más cercana para conseguirlo era la estúpida de Sienna Stark. Pero por desgracia, la estupidez era una habilidad de la que Sienna carecía enormemente como para haber asesinado con sus propias manos a lord Gabryel, de modo que esa parte de la carta no se atrevía a creerla.
Una parte de ella se sentía feliz y quería gritar de alegría porque Sienna estuviera en un calabazo, pero la otra mitad no creía ni por un minuto de su participación en el asesinato y la necesitaba en la Fortaleza Roja, en donde la loba de verdad tenía utilidad, y no como prisionera de un niño con todo el olor a verano sus calzones.
Sin embargo, ahora, con todo el poder de la capital en sus manos, podía hablar con libertad y no esperaba recibir resistencia por parte del Consejo sin Sienna presente. Y aunque eso en parte la asustaba, por que Sienna era astuta, tenía demasiados otros problemas en los que concentrarse además de liberar a la tonta norteña ilusa.
Si tan solo Sienna Stark hubiese sido mayor en edad y más experimentada, habría sido una mujer de temer y quizás, habría podido tenerla más de su lado de lo que la había tenido hasta ahora.
-Esto es terrible - se conmocionó Anton Lannister en su silla del Consejo mientras leía en silencio las palabras que el Gran Maestre ya había leído en voz alta de la carta enviada por aquel Targaryen poco astuto -. Necesitamos más detalles. Necesitamos más explicaciones sobre esta situación. El asesinato de lord Gabryel es una cuestión de seguridad muy grave y ciertamente no podemos permitir que lady Sienna se quedé allí como prisionera.
-Lo mismo pienso yo, Lannister - Devendra no tenía calma suficiente como para permanecer sentada -. Debemos enviar a un emisario a confirmar esta desgracia. Pero el niño no está jugando. Sus palabras son firmes - el nuevo lord había escrito y firmado la carta marcando con fuerza la pluma en el papel y salpicando con furia la tinta en negros manchones que en su opinión significaban más de lo que hubiera querido -. Lord Tormenta, ¿qué ocurre en la Puerta del Lodazal?
-La he cerrado por precaución, como usted ordenó, mi lady. Pero los guardias de la ciudad han visto apostarse al menos doscientos hombres en el límite de ambas Casas. Todos con la bandera del bosque coronado.
-No me dejarán pasar. Debemos enviar a alguien que no sea un político del reino a averiguar.
-Yo me encargaré de buscar a algún hombre apropiado - señaló Algie -. Algún acólito que pueda vestirse como un hombre común será menos llamativo. Pero tenemos la desgracia de conocer poco el temperamento de lord Brys.
-Sin embargo, esto es estúpido - escupió, Ryan Redwayne, casi sin entender el asunto.
-¿Qué es estúpido?
-Brys Targaryen es un niño. ¿Qué quiere? ¿Levantar una guerra?
-Al parecer.
-¿Contra quién? - dijo casi echándose a reír -.El Bosque Real está atrapado entre nosotros y Bastión de Tormentas, mi lady.
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PONIENTE I : Hielo y Fuego
FanfictionHan pasado 500 años desde que ocurrió el reinado de Daenerys Targaryen en los Siete Reinos. El mundo ha evolucionado, las ciudades y los castillos han proliferado, los habitantes se han multiplicado y ha habido paz en Poniente desde que la amenaza...