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(Laurens POV)

     Ya han pasado algunos meses, y Alex, Laf y Herc han hecho varias recreaciones, y pude recordar pequeñas cosas de cada una.
     Hoy no había ninguna junta planeada.
     Quise recordar algunas recreaciones para ver si podía recordar más. Estuve varias horas así, hasta que poco a poco recordé cosas muy pequeñas, pero las recordaba al menos.
     Llegó un momento en el que no recordé cosas de las recreaciones. Recordé cosas que ni si quiera me habían mencionado o que todavía no las habían recreado, como la vez que me junté con Alex en un parque y le conté las cosas que habían pasado en mi familia, o cuando Alex me había regalado una tortuga para mi cumpleaños, cosas que ya sabía, pero no las recordaba.
     Estuve todo el día recordando pequeñas cosas, y el día siguiente igual, y el subsiguiente, y así, hasta que llegó un día en el que recordaba muchas cosas, pero no le había contado eso a nadie.

     En un momento del día, mientras intentaba recordar más cosas, recordé lo último que podía recordar.
     Cuando intenté suicidarme
     También el mensaje que le había enviado a Alex antes de hacerlo.
     No me acordaba de lo que decía exactamente el mensaje, así que lo busqué. Demoré un buen rato, hasta que finalmente lo encontré.
     Estuve algunos minutos leyendo el mensaje, y al terminar, me puse a llorar. Recordar lo que estaba pasando en esos momentos fue difícil, y además, el hecho de que Alex sufrió mucho con lo que hice, cuando pude evitar todo, lo hacía peor.

     De la nada, recordé otra cosa.
     Las cartas.
     No las quería leer, porque quizás saldrían cosas que no entendería al no recordar mucho, pero ahora creo que recordé todo lo que podía recordar, así que fui al cajón donde había dejado las cartas y las comencé a leer en orden.

     “Querido John;

     No sabes lo difícil que fue este día para mí. Fue el peor día de mi vida. No sé si te llegaré a contar esto en persona, así que lo diré por aquí.
     Lo que pasó fue esto;
     Luego de ir a comprar algunas cosas, me dirigía a mi casa, pero en un momento miré hacia la derecha, y ahí estabas. Tirado, al lado de una casa. No sabía bien si eras tú en un principio, porque estabas boca abajo, pero tu pelo me hizo estar casi seguro de que eras tú, y al darte vuelta, lo confirmé.
     Llamé a una ambulancia lo más rápido que pude, intentando no llorar, y cuando llegaron te pusieron en una camilla y luego dentro de la ambulancia, y tuve que decir que era tu novio para que me dejaran entrar, porque dijeron que sólo podía hacer eso si era algún familiar o alguien cercano, y si decía que era simplemente tu mejor amigo había una probabilidad de que no me dejaran entrar, quizás pensando que no era un vínculo tan grande.
     En el camino, les mandé un mensaje a Laf y a Herc avisándoles que fueran al hospital, y luego de eso, antes de apagar mi teléfono, noté que tenía un mensaje tuyo de hace un rato.
     Al leerlo se me hizo realmente muy díficil aguantar llorar. Todo lo que me habías dicho fue lo mejor que alguien me había dicho en toda mi vida, pero siendo sincero, hasta preferiría que me odiaras y que nunca me dijeras eso a que te intentaras quitar la vida. Eso me destruyó.
     Luego, llegamos al hospital y te llevaron a un lugar al cual yo no podía entrar. Me quedé en la sala de espera unos minutos, pero en un momento no podía aguantar más y salí del hospital, fui a un lugar algo escondido y me puse a llorar, mucho. No podía creer lo que estaba pasando. Pensaba una y otra vez que pude haber hecho algo para evitar que todo eso pasara, y no podía sentirme peor.
     De repente, me di cuenta de que tenía varias llamadas perdidas de Laf y Herc, y llamé a Laf y me dijo que ya habían llegado, así que entré al hospital y les expliqué lo que pasó. Luego, no me sentía capaz de seguir aguantando llorar, así que volví a hacerlo, al mismo lugar de antes, hasta que me llamaron para decirme que el doctor que te había atendido ya podía hablar de tu estado, así que me volví a aguantar y fui. Dijo que estabas en coma, y que había, aproximadamente, un veinticinco por ciento de probabilidades de que sobrevivieras. Realmente me sentía pésimo. Le pregunté al doctor que si podía verte, sabiendo que no podría hablarte, y luego de decir que sí, lo seguí hasta la habitación donde estabas, y al verte ahí, en una camilla, pálido, me sentía aún peor. Me aseguré de que el doctor ya se había ido para continuar llorando. Me senté en el borde de tu camilla, tomé con una mano ambas de tus manos, y luego la mano que tenía libre la puse sobre una de tus mejillas. Estabas totalmente helado. Me dolía mucho verte así, y duele mucho también recordarlo.
     Luego, tuve que salir a petición del doctor, y volví con Laf y Herc, quienes seguían en la sala de espera. Les conté sobre tu palidez y lo frío que estabas. Luego hablamos sobre si creíamos que sobrevivirías o no. Yo estaba triste, mucho, pero aún así, no dude en decir que yo creía que sí ibas a despertar. No dije más allá de un «sí». Si profundizaba probablemente no habría parado de llorar. Laf y Herc dijeron que también creían eso. Luego, Laf le mandó un mensaje al resto, diciéndoles lo que había pasado. Nadie lo podía creer. Estuvieron hablando de eso un buen rato, pero no estuvimos viendo la conversación, eso lo llegamos a saber después.
     En un momento, Laf y Herc comenzaron a hablar sobre lo que pudo haber pasado para que hicieras eso. Hablaron de lo raro que encontraban eso de que últimamente no te podías juntar con nosotros, de que sólo podías salir a partir de las once y media, no antes, y que cuando nos juntábamos te ponías algo nervioso cuando ya se hacía muy tarde. Yo suspiré involuntariamente, y me preguntaron que qué pasaba. Dije que no pasaba nada, pero mi forma de decirlo los hizo dudar. Se dieron cuenta de que yo sabía algo de lo que ellos no tenían idea, e insistieron en que les dijera. Al principio no quise, porque pensé que no sería eso lo que ibas a querer, pero no podía dejarlos con la duda, así que les dije.
     Lo siento.
     Luego ellos comenzaron a hablar de denunciar a tu padre, cosa a la que me negué, por lo que me habías dicho, pero insistieron, y la verdad, no me quedó otra opción que decir que sí.
     Lo siento de nuevo.
     Sé que ninguna de esas dos cosas son algo que tú aceptarías, pero no tuve opción. Realmente lo siento.
     Y bueno, básicamente eso fue lo que pasó hoy. Eso sí, no es todo lo que quiero decir.
     No sé cuándo vayas a leer esto. Ojalá lo más pronto posible. No ha pasado ni un día sin ti estando despierto y ya siento como si hubiesen pasado años, pero cuando lo leas, espero que lo que dijiste en ese último mensaje que enviaste no haya cambiado.
     Te amo, John.

     - Alexander Hamilton”

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No Me Olvides || Lams Modern AU [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora