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Era un lindo día

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Era un lindo día.

Por fin en tanto tiempo, el sol se asomó entre las nubes y los pájaros se movieron de un lado a otro con sus típicos cantos que a todos les encantaba (por lo menos a JiMin)

Pero miserablemente, nunca puede ser un lindo día para JiMin. Cuando su cuerpo pasó la puerta de entrada a su escuela, un gran afiche con letras llamativas deslumbró hasta llegar a los ojos del pequeño castaño. Casi se le cae el cabello al leer "Día del Deporte" con las próximas actividades que harían.

Y sí, JiMin adora el deporte. Ama el tennis, el baloncesto, fútbol y natación, lo ama profundamente.

El único problema es que ama ver deporte, no hacerlo.

Era pésimo en dar pases, en correr, en ponerse su traje de baño y acostumbrarse a lo apegado que este se siente en su piel. Y de eso se trataba el "Día del Deporte" en su escuela. Todos (realmente, TODOS) tendrían que participar en por lo menos un deporte o carrera, cosa que tenía a JiMin bastante preocupado.

Al llegar a su primera clase, no pudo ni siquiera sentarse cuando el director entró y los obligó a salir del salón. Todos los alumnos se movían por los pasillos para llegar al gimnasio, uno de los más grandes que había visto el pálido alguna vez. Tenía todo lo necesario; camerinos para hombres y mujeres, los dos muy separados y con todo señalado para que nadie cometa algún error; aros altos que se encontraban en la parte techada del gimnasio; una cancha de fútbol justo al lado de los baños; y gradas donde fácilmente podrían caber más de mil personas.

Bueno, tal vez exageraba un poco con respecto a las gradas.

Pero de alguna u otra forma, había logrado tranquilizar su organismo. En el afiche salía que irían compitiendo por años, del menor al mayor. Y JiMin, como estaba en el último, tendría el tiempo suficiente como para comer algo en mal estado e ir a la enfermería diciendo que le dolía mucho el estómago.

O eso quería hacer. Todo por no competir.

Las gradas se iban llenando de a poco, hasta que finalmente quedó solo una parte vacía, que era la más alejada. JiMin decidió sentarse allí, ya que así pasaría desapercibido para Jackson.

Lo que él no pensó fue que no pasó desapercibido para JungKook.

El chico se encontraba en la parte más poblada de las gradas. Nadie hablaba con él, pero se sentía parte de un grupo muy grande, y el sentimiento de querer ganar no tardó en entrar en su cuerpo. Los alumnos gritaban cosas a los competidores, hasta se escuchaban palabrotas que alguno soltaba y ni les llamaban la atención por eso.

Pero llegó un punto en que se aburrió de ver a los de segundo año. Eran horriblemente malos en el deporte, y la mayoría de la gente lo sabía. Le causó un poco de pena ver que las gradas se vaciaban de a poco, pero un sentimiento de alegría lo llenó cuando vio a JiMin, sentado a tan solo metros, observando algo en su celular.

Femenine 여자 "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora