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Algo que sorprendió a JungKook en la hora del receso fueron las ojeras que JiMin tenía bajo los ojos.

Parecía como si no hubiera podido dormir toda la noche, y aunque sabía que el ojiazul usaba maquillaje para taparse las imperfecciones (las cuales eran muy pocas), estas ojeras se notaban mucho más de lo que normalmente hacían.

Ese día con suerte compartían una clase, la cual era español, y no podían hablar nada ya que era hora de examen. En resumen se vieron con suerte tres veces en el día; una cuando JiMin fue corriendo a buscar sus libros y no se dio cuenta de que JungKook lo llamaba; otra cuando estaban en el examen de español; y la última fue en la hora de almuerzo.

Ninguno habló del tema que había pasado el día anterior. Sí, los dos querían sacar la conversación respecto a eso, pero no sabían cómo hacerlo.

"Oye, quiero besarte de nuevo, ningún problema, ¿cierto?"

"Fue una pena que mi madre nos interrumpiera, ¿lo intentamos de nuevo?"

Mil veces no.

Las clases terminaron temprano. Alrededor de las cuatro JiMin y JungKook se encontraban saliendo de la escuela cuando el castaño se acordó de algo en su casillero y dejó solo al azabache en la puerta por lo que parecieron horas.

Pero lo que no sabía JungKook, era que mientras esperaba, su lindo castaño estaba siendo intimidado por otro chico mucho más alto que él, ojos café y cabello oscuro como el carbón.

Exactamente; Jackson Wang.

JiMin estaba cerrando su casillero cuando sintió que alguien lo tomaba por los hombros y lo daba vuelta, dejándolo sin escapatoria. Sus libros cayeron al suelo por el susto y miró a Jackson en frente suyo.

—Sabes... — Empezó a decir el chico, sin dejar de observar sus ojos. —... odio completamente a los chicos como tú.

Apretó su agarre en los hombros del castaño ganándose un gemido de dolor por su parte.

—No te he hecho nada. — Dijo en un susurro JiMin. — No intencionalmente.

—Oh, claro. — Jackson hizo una sonrisa falsa. — Ustedes nunca hacen nada. Siempre son los buenos de la historia, los que siempre son defendidos, pero ¿te digo algo? Son peores que yo.

—No entiendo lo que dices. — Los ojos de JiMin se cristalizaron por la desesperación. — Déjame ir y no haré nada que no te guste.

—Obviamente no entiendes lo que digo, pero deberías hacerlo. — Se acercó hasta quedar a centímetros de su cara y lo miró de forma amenazante. —Tú, maldito gay infeliz, vas a ir al infierno por demostrar lo que no se puede hacer.

De golpe, soltó a JiMin haciendo que este se fuera al suelo dejando salir un chillido. Jackson se separó y miró al chico botado en el suelo, cambiando su expresión amenazante a una sonriente.

—Que pases una linda tarde. — Le sonrió y se dio la vuelta, para luego doblar en la esquina del pasillo.

Después de unos segundos procesando lo que acababa de pasar, JiMin tomó sus libros del suelo con las manos temblorosas y salió lo más rápido posible del establecimiento. No podía pensar en Jackson. Debía enfocarse en JungKook, en lo que haría con él esa misma tarde.

Pero nuevamente, sintió su corazón romperse al ver a Nancy hablando con JungKook en la salida, los dos sonriendo felices. Hacían una pareja linda, de esas que todos querían aunque ni siquiera los conocieran.

Se acercó a pasos sigilosos hasta Nancy y JungKook. Tocó con el dedo índice el hombro del chico y este se giró quedando en frente del castaño, y juntó las cejas en un gesto molesto, pero sin pensarlo dos veces, pasó sus manos por los hombros de JiMin.

Femenine 여자 "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora